jueves, 27 de junio de 2013

CAMINO SANTIAGO. ETAPA 8. Portomarín - Santiago

          Último madrugón. Mañana hasta la Misa del peregrino a las 11:00 no tenemos prisa puesto que vamos a dormir en el Hostal La Salle de Santiago, con lo que no tenemos que abandonar prontísimo el alojamiento. Pero antes nos queda una jornada muy dura, sin ascensiones relevantes pero calificada en todos los foros como rompepiernas. Además, la avería de ayer no nos permitió avanzar lo que teníamos previsto, lo que supone que nos falten para llegar a nuestro destino más de 90 kms. Esperemos no sufrir ningun percance...
          Atravesamos Portomarín dirigiendonos hacia el embalse y cuando bajamos una pequeña cuesta Isma nota que tiene la rueda pinchada, con lo cual no nos queda más remedio que reparar. Típico pinchazo que no se aprecia a simple vista pero que ... Así, sin haber avanzado nada aún, paramos y sin quitar alforjas Isma procede a cambiar la cámara. Una vez solucionado el pinchazo y como Portomarín está en un agujero comenzamos a ascender por un camino bastante estrecho y muy frecuentado por los numerosos peregrinos que al igual que nosotros han iniciado su jornada en esta bella localidad gallega.
Deseando ponernos en marcha

Horreos ... ¡por todos los lados!

Más

No se aprecia pero esa pared era redonda

Cementerio en la mismísima carretera
          Despues de 14 kilometros de ininterrumpida ascensión alternando tramos de sendero con tramos de asfalto comenzamos un sube-baja que nos acompañará hasta las inmediaciones de Santiago. Esta mañana en el albergue el desayuno ha consistido en unos donuts y unos zumos, nos ha faltado meternos algo caliente al cuerpo. Así que cuando paramos en la iglesia de Palas a sellar las credenciales decidimos que es un buen momento para tomar un cafelito. Son las 9.30 horas y sólo hemos recorrido 25 km.

A veces había que volver la vista atrás para disfrutar del paisaje ¿que es eso?

Más horreos

Iglesia de Palas de Rey sellando las credenciales
          Estas etapas gallegas en las que el paisaje es más, digamos.. diverso, terminaron siendo repetitivas. Para arriba, para abajo, arroyo, pueblito, horreos, ... y vuelta a empezar. Quizás daba un poco la sensación de que estabas siempre pasando por el mismo sitio. ¿ podríamos decir monotono?
          Pero ya están los pinchazos para romper la monotonía , y vuelve a ser la bici de Isma y la misma rueda la que pierde presión. Después de valorar si solamente hinchábamos la rueda o la cambiabamos directamente nos ponemos por segunda vez a solucionar la avería, esperemos que esta ocasión sea la definitiva.

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Investigaremos qué es esto

Furelos


Inmediaciones de Melide

50 km, ... ya casi estamos

Pista

Paso complicado

La piedra que está delante mio se movía
          Debido a las reparaciones de los pinchazos, a que hemos parado tarde a tomar café, y a que somos conscientes de que la etapa de hoy se va a alargar, decidimos postergar también el momento de comer el bocadillo, de hecho queríamos llegar a Arzua y papear allí. No lo logramos, sólo faltan dos kilometrso para llegar a Arzua cuando en Ribadiso observamos una estupenda terraza con jardin que nos llama insistentemente. Imposible negarse. Gran bocata de lomo con queso, caña helada y de postre un enorme xuxo es la recompensa por haber superado el ecuador de la etapa de hoy. Son las 13.00 horas.
Camino
          Pienso que el día de hoy es el día de las emociones encontradas. La alegría de llegar a Santiago y la tristeza porque el Camino se acaba. Claro que tiene más fuerza la primera, y el disfrute de estos días de peregrinación permanecerán siempre en nuestros recuerdos pero... ¿cuando tendré la ocasión de hacer otra vez algo parecido?
          Despues de creer en varias ocasiones que estábamos iniciando la ascensión al Monte do Gozo llegamos a su cima definitivamente a las 16.00 horas. Han transcurrido tres horas desde el bocata que se nos han pasado en un santiamén. Por más que nos esforzamos en ver La Catedral no lo conseguimos; bueno, vemos algo que podría ser... pero yo creo que son más las ganas de verla que lo que se ve.
Monte do gozo

Satisfacción por un lado... decepción por otro, ¡no se ven las agujas de la Catedral!

Fachada

Ya casi casi estamos
          Sólo 40 minutos después y tras hacer un recorrido especialmente "feo" de acceso al Casco Viejo de Santiago llegamos a la plaza del Obradoiro y nos fundimos en un emocionado abrazo. "gracias por traerme hermanito" le digo, "gracias por venir" me responde. Llamadas de telefono, wahtshapps, fotos, ... son las formas de compartir un momento muy especial.
          Ahí va la hostia!!!!  Mira!!!!  Si son los italianos!!!!!!   Al igual que nosotros acaban de llegar y después de intercambiar saludos nos sacamos la foto que teníamos pendiente. Es curioso, iniciaron su Camino el mismo día que nosotros en el mismo lugar. Coíncidimos en Pamplona, Astorga y ahora en Santiago. Y en ningún momento hemos podido compartir pedaleo. Cosa que solucionaremos ahora mismo ya que nos dirigiremos juntos a la oficina del peregrino a obtener La Compostelana.
           

Plaza del Obradoiro

Gratísima sorpresa
           Cuando comenzamos el Camino dejamos en el aire la posibilidad, en función del tiempo y de cómo nos encontráramos, de ir a Finisterre. Durante el Camino no lo descartamos hasta la etapa de Astorga. Antonio nos contó sus planes de acudir a la Misa del peregrino a las 11.00 horas y a mí la idea me atrajo desde el primer momento, parecía la forma ideal de "terminar" la peregrinación. Esto fué lo que hizo que decidiesemos coger billetes de vuelta para la noche del 28 y así el sábado a la mañana estábamos ya en casa. Nuestros amigos italianos continuaban ruta hasta Finisterre. ¡ Buen Camino!

Sin palabras
          Con nuestra Compostelana ya en la mano nos dirigimos al Hostal para alojarnos. Ponemos a buen recaudo nuestra bicis, nos tomamos una reparadora ducha y salimos con la intención de estirar las piernas y "perdernos" por Santiago. Cuando salimos del Hostal... ¡Antonio! Allí estaba preparando su bicicleta para enviarla por seur hasta su domicilio. Al igual que decidimos en su día nosotros, él en el último momento decide alargar la última etapa para "ahorrarse" el madrugón y las prisas de dejar para el final esos 25 ó 30 km que ante cualquier percance supongan un retraso con la consiguiente ausencia en la Misa del peregrino. Nos cambiamos los teléfonos (esta vez sí) y quedamos en llamarnos cuando se instale para tomar unas cervezas más tarde. Mientras ... nosotros disfrutamos de Santiago.