Después de las buenas sensaciones en la Iñigo Cuesta y este año sin la Pedales de
Hierro en su fecha habitual, me apetecía hacer una marcha bonita de Btt. Pocos días después de la última marcha con la flaca, me decidí que
sería un vez más y por segunda vez el infierno Pozano, la preciosa marcha que
organizan en Poza de la Sal que probé en el 2017 y tan buen gusto me dejó. Lo más importante para una marcha así es encontrar una buena
compañía, tras preguntar en el grupo, e intentar convencer a los compañeros más
habituales, les medio convenzo a Palmita y a Lopa. No consigo convencer ni a
Gipu ni a Kikillo , y mira que lo intente!
Cuando me apunto sé que también irán Iban, Alde y Txerra, David al
final que también tenía intención de venir no lo hará. Perezosos, Palma y Lopa, cuando realizo mi inscripción, pocos días
antes del cierre de inscripciones, asi están, tal es la pereza que el miércoles
le tengo que decir a Lopa urgentemente que se apuntara, que solo quedaban cinco
plazas. Creo que fue el antepenúltimo en coger plaza. El resto, menos mal ya
estábamos todos inscritos.