domingo, 27 de marzo de 2022

BILBAO-BILBAO 2022 (BIZI JAIA)

 Cuando el año pasado pospusieron la BilbaoBilbao para el mes de Septiembre y fui consciente de que me tocaba currar, no hice el menor intento de cambiar el turno para participar. ¿miedo? Estoy seguro. Sufrir en solo un año dos caídas graves por circunstancias ajenas a mi provoca que retrase inevitablemente la decisión de dar el paso de tomar parte en una marcha cicloturista. La proximidad de tanta cantidad de bizis me aterra. Bien lo saben los que en estos últimos años (desde noviembre de 2017) han tenido oportunidad de acompañarme en algunas de mis salidas ciclísticas.

Así que cuando este año me entero que la fecha prevista para la Bilbao es el 27 de marzo me propongo firmemente superar mis miedos e inscribirme en la que será mi decimoprimera participación en la marcha. 


El invierno hace que huya de la flaka, demasiado frío, carreteras mojadas,... además de lo poco que he montado en BTT desde octubre. Resumiendo, que empiezo febrero con la intención de ponerme las pilas y coger la de carretera todo lo que la climatología me lo permita. Tanto es así que a mediado de febrero y tras realizar un "Peso y regreso" con muy buenas sensaciones Oskar me comentó con muy buen ojo que estaba preparando la Bilbao. Total que 6 kilos mas gordo y en un estado de forma que hace que envidie al que tenía en Septiembre, me encuentro listo para sufrir con dignidad durante +/- 5 horas.

Varios son los que nos animamos. Cierto que no va a ser nuestra participación más numerosa pero confirmamos nuestra asistencia Sergio, Fernan, Alan, Rafa, Luis, Eva, Txerra (que saldrá desde Leioa), Gipu, Ángel, Raúl, Oskar y yo. Cuando llego a la estación ya están esperando Gipu, Ángel y Raúl, seguido llega Oskar. El Gipu nos ameniza la espera en la estación con un espectáculo de como quedarse enganchado con la bizi en la canceladora de acceso al andén. Las primeras risas de la mañana son gracias a él.  Esta madrugada ha sido el cambio de hora al horario de verano, razón principal por la que hemos decidido coger el tren para evitar acercarnos a Bilbao de noche.

Vamos de fiesta y eso se transmite, se palpa en el ambiente. Abundancia de bizis en los vagones. En Galindo suponemos que se monta Fernan y digo suponemos porque Ángel no se da cuenta que debe dar al botón para la apertura de la puerta y asomar la cabeza para buscar a Fernan. Llegamos a San Mames, nuestra parada, pero a Ángel se le ha olvidado que debe de abrir él la puerta para poder salir. El nerviosismo de un participante de la marcha ajeno a nuestro grupo es evidente y por un instante todos creemos que nos bajaremos en la siguiente. Menos mal que la reacción en el último momento de Ángel lo evita. En el andén nos juntamos con Fernan.

Sin incidentes en las canceladores al salir, ahora nos toca esperar a Raúl que no acierta a guardar la Barik. Andamos con prisas porque el tren ha venido con retraso. Estamos seguros que no llegamos a la Salida de las 8.00 horas. Rafa y Fernan se nos juntan en el Hotel Meliá, Alan está en el lugar que hemos quedado, esquina de Zubiarte, allí también aparece Sergio. Lo vamos a conseguir, espera, vamos,... ordenes contradictorias hacen que Raúl salga a las 8.08 horas y cuando miro para atrás para ver si estamos todos, paran los de delante mío porque la organización pone la cinta para la salida de las 8.15 horas. No hemos salido y ya nos hemos separado.

Intentamos cambiar el chip, Oskar aprovecha para sacar unas fotos y nos saludamos con los que apenas hemos visto. Salimos! Que sensación más extraña! Pedaleamos sin detenernos hasta casi cruzar San Ignacio, lo que hace comentar a Oskar que vamos a tener todo ese tramo lleno de PRs en el Strava. Serán todos menos yo porque no había empezado a grabar el recorrido, lo solucioné poco después en Lutxana-Erandio. Coge fuerza para años venideros la propuesta de empezar en salidas posteriores a la de las 8.00 horas para evitar los tapones del principio. La experiencia ha valido la pena. Claro que Raúl no pensará lo mismo.

Mañana fresca. Nada de esas heladoras mañanas con bruma al lado de la ría. En estas primeras pedaladas vamos alternando la compañía. Ritmo tranquilo, excesivamente tranquilo a veces. Me sorprende que nadie haga por aumentar el ritmo. Estamos muy formales. Tres formatos de marcha para elegir el que mas nos guste. La corta de unos 80 km, la clásica con unos 115 km y la que sube El Vivero con 125 km. Oskar, Raúl y yo haremos la clásica. El resto opta por El Vivero. A la altura de Leioa, donde iba a esperarnos Txerra, Txerra no está. Damos por hecho que habrá tirado y creo que todos pensamos que no volveremos a verle.




Mucha aglomeración de ciclistas, no provoca que nos paremos pero es fácil quedarse cerrado mientras todo tu grupo va hacia delante. Pronto perdemos de vista a Ángel que va por delante. Las primeras rampas saliendo de Sopela camino de Barrika provocan las primeras paradas de los que ya necesitan cambiar aguas. Me encuentro cómodo, muy cómodo. Es cierto que no suelto las manos del manillar ni para beber agua del pánico que tengo a caerme, pero es un pánico controlado ja, ja, ja,... Salí de casa con 3/4 de botellín y llegué sin haberlo terminado. Ni en el avituallamiento rellené el bote. Sí, ya sé que no se debe hacer pero... ¡soy dromedario!

Es en estas cuestas de Barrika cuando vemos de nuevo a Ángel a lo lejos. Pronto le cogeremos, parece que nos espera. No será hasta poco antes de empezar a subir Andrakas cuando veamos el motivo por el que Ángel parece que nos va esperando. ¡Acompaña al Marqués! A la chita callando y empezando en Las Arenas, piano piano se dispone a hacer, al igual que el año pasado la corta. ¡Vaya huevos que tienes, Iñaki! sin apenas andar y te vas a cascar 80 km de na... Bravo!!!!!



Le haremos compañía durante un rato. Nos viene genial porque yo quiero reservar y Oskar se ve justito de forma así que en un acuerdo tácito dejamos que todos los demás tiren para adelante y rodamos muy a gusto en compañía de Iñaki. Poco después y en previsión del calentón de Unbe veo la necesidad de realizar una parada técnica. Oskar también está de acuerdo así que antes de empezar a subir como quien dice, nos arrimamos a la derecha y nos tomamos un respiro. Iñaki sigue a su ritmo para ir haciendo camino. En nada reanudamos la marcha y en las inmediaciones del Castillo de Butron una voz femenina grita "Nadie lleva un ritmo tan lento como los de BTTANDO", me giro... ¡Eva! ¿Dónde anda Luis?  Compañeros de ruta en alguna excursión de BTT, en esta ocasión nos toca rodar con la flaka. Hablamos de donde vamos a quedar luego para la jamada (tan importante como la marcha en sí) y el propio ritmo nos va separando poco a poco. Nos acercamos a Unbe y me tengo que repetir varias veces que tranquilo, que despacio, que no estoy para alardes, que luego  lo pagaré,... 

En el cruce de la carretera que lleva a Urduliz todos los que iban por delante, Rafa, Alan, Gipu, Ángel y Fernan nos esperan arrimados a la derecha. Verles parados allí a la derecha, recordar el sentimiento de Oskar el año pasado acordándose del menda en este tramo (como sabes que me encanta) y encenderme es todo uno. Poco a poco, de manera imperceptible, voy aumentando la intensidad. Escucho por detrás las primeras "protestas" ¡que hemos dicho que íbamos a subir todos juntos! No se ni qué les contesto. Si nosotros no estábamos, nosotros ya íbamos juntos, y varias cosas más sin sentido. Un mala elección de la trazada hace que me quede cerrado y me rebasen por la izquierda todos. En cuanto puedo salgo por la izquierda para seguirles. Les tengo ahí a 50 metros. Me duelen las patas, lo que me hace recordar lo flojo que estoy. Casi cuando decido levantar el pie veo como se detiene la ambulancia que circulaba delante nuestro, y a la que el resto de la grupeta ha rebasado ya. Se detiene para atender una caída. El parón me viene de lujo como excusa para pararme yo también y descansar mis fatigadas piernas. Rebasamos como podemos el lugar del accidente e intento recuperar el ritmo perdido. No voy a tope pero mantengo una pedalada exigente. Viendo luego los datos en Strava compruebo que he subido más despacio que en 2017 pero no tanto como hacía parecer el ritmo que llevaban Gipu y compañía. 

En el llano antes de empezar a bajar Unbe veo a Oskar, mi ángel guardián esta BilbaoBilbao (y tantas otras veces)  como vuelve a esperarme, una vez más, y las que vendrán, para hacer camino juntos hasta el avituallamiento en el Parque tecnológico de Zamudio.  Tiempo de recuperar fuerzas, apretar un poco en los repechos de Sondika y Zamudio e intentar librar el viento que curiosamente, viene de cara. Las dudas habituales de en cual de los dos avituallamientos existentes nos tocará están presentes. Otros años intentamos juntarnos antes de llegar para que nos toque a todos en el mismo. Este año no ha sido así. Crucemos los dedos.

Pocas aglomeraciones para recoger la bolsa. Avanzamos unos 100 metros y allí a la derecha están casi todos. ¡Y Txerra! La hostia. No daba un duro por verle y ahí esta. Bravo Txerra. Al poco aparece Sergio también. Me suena el teléfono. Seguro que es Raúl, pienso. Efectivamente, le ha tocado en el otro avituallamiento. Le digo donde estamos y dice que viene. Tiene que venir en dirección contraria. Estoy seguro de que no lo va a conseguir, pero antes de que acabemos de avituallar allí aparece. Bien por tí, Raúl. Y es aquí en este punto donde nos volveremos a reunir la mayor cantidad de miembros de la grupeta de este domingo de bizi. Sólo faltan Eva y Luis. 





Unas fotos, unos comentarios sobre el contenido de la bolsa y algunas risas después reanudamos la marcha. Como cada año este comienzo a pedalear de nuevo se me hace duro. En la bajada hacia Derio uno de los sustos de la jornada. El ciclista que va dos por delante de mi clava la bizi y evito la caída por centimetros. No puedo evitar meterme en la parte derecha de la calzada que está como unos 20 cm más baja que la izquierda, el desnivel lo salva un "chaflán" que impide mi incorporación inmediata a la calzada "buena". Consigo salir unos metros despúes. He vuelto a quedarme solo. Empezamos a subir Artebakarra y veo como Oskar y Raúl están pendientes de mí. Raúl ha sido testigo del incidente pero el al circular a mi izquierda lo ha librado. Subimos Artebakarra juntos.

No puedo evitar recordar aquella ocasión en la que un cicloturista fue victima de un infarto justo en el alto. Un escalofrío recorre mi espalda. Es la primera vez que paso por aquí después de sufrir un percance similar. Tengo muy presente lo afortunado que soy. 

Ni rastro de los fuertes de la grupeta. Imagino que poco a poco se van distanciando y no recuerdo verles ya hasta la llegada. La bajada de Artebakarra hacía Mungia es una vergüenza. ¿Cuantos años llevamos sufriendo los mismos baches en este tramo? En 2017 ya tuvimos que detenernos por una caída provocada por uno de ellos. Hoy mismo un participante que circulaba a mi derecha se mete en uno y afortunadamente mantiene fuertemente agarrado el manillar y evita la caída. Estoy convencido que alguna más ya habrá habido. 

En nada llegamos a Mungia. Rodamos juntos Oskar, Raúl y yo. Saliendo de Mungia Raúl y yo recordamos aquella ocasión (2014) en que Alex pinchó y reparamos justo en este lugar. Apenas sin darme cuenta vamos a llegar al inicio de Gerekiz y necesito parar de nuevo para realizar una subida a Morga "sin presiones". Hablamos y nos paramos Oskar y yo. Raúl va haciendo camino. 

Reanudamos la marcha. A veces se produce una aglomeración de participantes debido al ritmo lento de una grupeta. La imposibilidad de pasar por el continuo adelantamiento de los que saliendo más tarde vienen más fuerte hace que puntualmente la circulación sea muy densa. Pero la mayor parte es muy fluída. A esta alturas de la marcha ya conocemos los maillots de aquellos grupos que llevan nuestro mismo ritmo. No vemos a Raúl. Quiero suponer que va por delante. Nuestro ritmo es muy tranquilo. Yo no aprieto y Oskar guarda y me acompaña. 




Coronamos Gerekiz y Oskar me explica donde estaba el año anterior el avituallamiento de líquidos. No recuerdo haberlo visto nunca. Nos dejamos caer en la pequeña bajada entre Gerekiz y el inicio de Morga y comenzamos a subir Morga. Enganchamos a Raúl. ¡Que bien has subido, eh! le espeto. Que va, si he subido despacio esperándoos, me contesta. Pues eso que has subido tocándote los huevos y estarás más fresco que una rosa, jajajaja...





Aquí si que tengo la sensación de que o bien Oskar esta guardando, o no puede seguir mi ritmo, por lo que levanto el pie para subir juntos. El paso por el pueblo de Morga siempre es especial. Mucha gente animando a los participantes, muchos gritos de aliento, ... Un poco más adelante se produce una de mis confusiones habituales en esta subida: creo que la siguiente curva a izquierdas es la última y aumento el ritmo a pesar de las protestas de Raúl. Un poco más adelante soy consciente de mi error y se me hace más largo de lo normal el último tramo de Morga. Este alto de Morga solía ser punto habitual de reagrupamiento para nosotros. Este año no es así. Los de delante subirán El Vivero y nosotros no. Además Oskar les ha insistido en varias ocasiones para que no nos esperaran. Fundamentalmente para no caer en la tentación. 

Nos dejamos caer hacia Larrabetzu conscientes de que lo más duro ya ha quedado atrás. Todo dependerá de lo que nos calentemos camino de Bilbao por la autovía y el ritmo con el que afrontemos la subida al Col de la Basilique. En esta bajada debemos extremar las precauciones. Siempre hay energúmenos que adelantando por la derecha, rozándote por la izquierda se creen disputando a Froome la bajada del Telegraphe. De hecho tanto Raúl como yo increpamos como se merece a uno de estos imbéciles. 




Raúl está tan bien de forma que por primera vez le oigo decir en alto que quizás se anime a subir El Vivero. No tengo la seguridad de que lo diga en serio pero no lo descarto. Cuando llegamos a la altura del desvío hacia El Vivero sigue de frente. Esta vez tampoco será. Antes de nosotros Ángel, Rafa, Gipu, Alan y Fernan giran hacia El Vivero. Txerra, que iba con ellos, continúa sin ascenderlo.





Tramo de llano. Estrategia: coger un "treno" que nos lleve en volandas. Antes de esto ya había cometido yo el error saliendo de Mungia de intentar cazar a un grupo con un ritmo apropiado. Error. Mucho más inteligente "subirse" a uno que nos rebase. Desde aquí hasta pasar a la altura del poligono Leguizamon nos divertimos apretando, aflojando, que si paramos en un semáforo, que no, ... Unas veces tirando Raúl, otras algún participante, ... Creo recordar que ni Oskar ni yo damos la cara en ningún momento. En el polígono Leguizamon levantamos el pie para coger aire y afrontar el penúltimo reto del día. Imposible no recordar mi primera participación en 2005 cuando me tuvieron que recoger entre dos voluntarios en el alto de Begoña, otro coger mi bizi para apartarme de la carretera y poder recuperarme de los calambres que me habían dejado clavado en un paso de peatones...

Raúl suelta que va a hacer saltar la foto del radar de 50. Yo al principio no le entiendo. Oskar piensa que está pirado. El radar esta ya iniciada la subida, quizás si fuese de 30... El caso es que nos saca unos metros y no se detiene. Oskar comenta la posibilidad de llegar antes de las 13.00 horas. Quizás por ello aumento el ritmo y voy rebasando participantes con la intención de apartarme después a la derecha. No encuentro hueco para apartarme, ¡joder! No me duelen las patas. Voy a intentar mantener un poco más. Vuelve a picar para arriba y me pongo de pie. Creo que Oskar ha dejado de seguirme. Mi miedo a caerme me impide mirar hacia atrás. ¡Hostias! Si está Raúl ahí mismo, no me saca ni 20 metros. En el alto le cazo fijo. No puedo antes por la densidad del tráfico. Justo antes de entrar al túnel de la amatxo y en el momento que rebaso a Raúl por su izquierda, Oskar a su vez me rabasa por la mía. Al pasar a la altura de Raúl le he gritado para avisarle. Más tarde ya en meta me contó que no me había oído. Debió girarse a su derecha para mirar para atras en el instante en que Oskar y yo le pasábamos por su izquierda, esto impidió nuestra entrada juntos en meta.

Cruzamos el túnel y empezamos la bajada que nos llevará al último repecho antes de la bajada hacia el Puente de La Salve. Este es otro de esos repecho que me encantan. Aquí le zurro de lo lindo. No hay apenas participantes y se puede apretar con garantías. Mas tarde veo en el Strava que es la vez que más rápido lo he hecho. Cuando acaba la subida aflojo y veo que Oskar también se ha divertido ahí ya que me coge enseguida. Solo nos queda el acceso al Puente, esa curva a derechas en subida que también nos gusta. En esta ocasión no podemos apretar, un grupo numeroso que ocupa casi todo el ancho de la calzada nos hace ser prudentes y rebasar por la izquierda con precaución. 




Nos dejamos caer hacia la Gran Via. En Alameda Recalde nos detienen para facilitar el paso de peatones. Mi cabeza está muy lejos de allí. Me veo postrado en una cama tras mi primera caída, los duros días de rehabilitación en Fisioaran, mi convalecencia tras el infarto sufrido en junio de 2019, mi familia sufriendo conmigo esos duros tragos, ... Afloran las emociones, se me saltan las lágrimas, Oskar entrando a mi lado, cuidándome durante toda la marcha, ... otro paso más dado. Otro reto superado. Otro miedo vencido. 

Nada de aglomeraciones en meta. Son las 12.58 horas. Saludo a Iñaki de Katalino. Cojo un par de coca-Colas (ya había dicho que no había bebido, no?) y nos apartamos a la esquina de lo que antes era La Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, luego fue Kutxabank y ahora es Zara. Punto habitual de reencuentro estos últimos años, justo al lado del edificio noble de la Diputación Foral de Bizkaia. ¡Y allí está Iñaki! Lleva un rato esperando. Al poco llega Raúl.  Allí estamos los cuatro un buen rato charlando. Llamo a Nata y le tranquilizo, he llegado, luego te veo. Nos fijamos hora tope de espera las 13,25 horas para iniciar el regreso a Trapaga. En ese intervalo vemos llegar a Gipu que no nos ve. Oskar le llama y le indica donde estamos. No aparece. Llegan Ángel y Rafa. El Gipu está justo enfrente. Oskar, siempre pendiente de todo el mundo, le vuelve a llamar. Por fin aparece y hacemos la foto con todos los que coincidimos en meta.





Iniciamos el regreso todos menos Rafa, que vuelve en coche. En el camino hacia Olabeaga vemos a Alan y Fernan (que casualidad). A la altura de Olabeaga Oskar (otra vez) se da cuenta de que faltan el Gipu y el Marqués. Les ha pillado el semáforo. Nuestra parada hace que Alan y Fernan no se den cuenta y continúen hacia adelante. Me preguntan por donde volver y yo siempre soy partidario de la subida de Cruces. Un samáforo a mitad de subida nos permite coger aire. Ritmo alegre pero tranquilo hasta Ugarte. Quedan dos puntos de diversión pero no estoy por la labor. 

No estoy hasta que saliendo de Ugarte nos adelanta un txirrindu y hago a Raúl el amago de seguirle. Raúl me mira como las vacas al tren y el que recoge el guante es Gipu. ¿vamos Natxo? ¡Dale! y se lanza como un tiro hacia él. Hemos tardado demasiado en salir y creo que yo no llegaré a cogerle antes de la rotonda, lo que no impide que vea como Gipu llega a su altura le rebasa y le lanza una mirada de desafío. El otro entra al trapo y le devuelve el ataque. Al final es Gipu el que se lleva el gato al agua antes de llegar a la rotonda. Yo he levantado el pie un poco antes. Al llegar a casa y viendo mi segmento de Strava me arrepiento de haber tirado la toalla, me quedo a solo 2 segundos de mi mejor marca.

El resto del grupo viene tranquilo. Gipu pedalea despacio pero no le alcanzo hasta el Repecho de Zaballa. Yo aquí ya he apretado desde abajo y paso como una exhalación a su lado. Último esfuerzo de la jornada, esta vez sí. Termino con subidón. Me encuentro fuerte. Estoy contento. En la parada del bus esperamos al grupo y al mismo tiempo nos despedimos. Espera la tradicional jamada BTTANDO post BilbaoBilbao. Esta vez no seré de la partida. La family me espera para jamar y pasar una estupenda tarde en Barrionuevo, en la casa de mi abuela Juliana. A Raúl, Oskar, Rafa, Gipu, Luis y Eva, y Alan y su familia les esperan unas estupendas cervezas y unas no menos estupendas txuletas que me da mucha envidia perder.

Un año más la Bilbao como punto de encuentro y la bizi protagonista. Gracias a todos los participantes por hacerme disfrutar de un día tan especial. Mención especial a Pedro por la gestión con las fotos. Nos vemos en la siguiente.