jueves, 20 de junio de 2013

CAMINO SANTIAGO. ETAPA 1. Saint Jean de Pied de Pôrt - Pamplona

          Son las 6:15 horas cuando suena el despertador. De hecho no llega a sonar porque llevo un rato despierto. Apenas he dormido por los nervios. Bajamos a desayunar y seguido vamos a colocar las alforjas. Nuestra intención es comenzar a dar pedales sobre las 7:00 horas pero yo estoy particularmente espeso. Cuando acabo de poner las alforjas son las 7:40 horas, y eso que he renunciado a poner la funda impermeable. En fin...  ¡comienza nuestro Camino!
Comienza la aventura
          Y comienza el pedaleo con un no muy molesto sirimiri que nos acompañará durante toda la ascensión. Es cierto que veníamos mentalizados para "subir" durante tres horas pero lo que nos encontramos supera todas nuestras expectativas. Las primeras rampas en frío, sin calentar, son durísimas y eso que aún no hemos abandonado el asfalto. A pesar de toda nuestra preparación, en mi caso es la primera vez que pedaleo con alforjas, y ese peso añadido hace que me tome con muchísima más tranquilidad el inicio de la ascensión. Llevamos 40 minutos con el máximo desarrollo posible y abandonamos el asfalto. Nos lo temíamos pero no queda más remedio, toca empujar nuestras monturas.
No imaginabamos que tuviesemos que empujar la bici tan pronto

En estos momentos me preguntaba por qué coño se me habrá ocurrido empezar en Saint Jean
          Después de varios zig-zags volvemos al asfalto, que ya no abandonaremos hasta que pasadas dos horas y cuarto desde nuestra partida, las flechas amarillas nos dirigirán hacia la derecha, hacia el collado de Lepoeder. Aunque el sirimiri no molesta demasiado la ascensión con el chubasquero y la bruma hacen que no disfrutemos del todo de una subida que en circustancias climatológicas distintas hubiese sido sencillamente impresionante.
Ya desde el comienzo se observaba la abundancia de peregrinos

Podemos decir que este ha sido el primer momento de descanso de la jornada

Dejamos atrás el asfalto buscando el collado de Lepoeder
          Dos horas y media después de iniciar nuestro Camino cruzamos la Muga, no sin antes empujar de nuevo nuestras bizis por el abrupto sendero que cruza El Pirineo. Volvemos a echar de menos un cielo más abierto para contemplar el paisaje que nos rodea... Tendremos que volver por aquí con mejor tiempo.
Muga Navarra. Cuando todo hace indicar que ya bajamos... ¡no! continuamos subiendo

Nuestro primer almuerzo del Camino tuvo un marco incomparable. Roncesvalles

El pasado octubre la situación atmosférica era igual: niebla y sirimiri
          Tras un muy merecido almuerzo y después de sellar nuestras credenciales en La Colegiata nos disponemos a cubrir los kilometros que nos separan de Pamplona con la ingenua intención de comer allí. Dos horas más tarde y "sufriendo" en primera persona los rigores del Camino, decidimos hacer nuestra comida importante del día en Zubiri. Según Bernard, el hospitalero del albergue Ultreia, el 100% de los bizicleteros finalizan aquí su jornada cuando han comenzado en Saint Jean. Nosotros reanudaremos nuestra marcha después de una reconstituyente comida y con unos objetivos bastante más realistas que cuando partimos.
Comemos en Zubiri, sin prisas

Cruzando el puente retomamos el Camino
          Los senderos llenos de barro, estrechos, con importantes desniveles nos comen poco a poco la moral. Los kilometros pesan en nuestras piernas casi más que nuestras alforjas y aunque el final de etapa previsto era otro, en un acuerdo tácito se decide que dormiremos en Pamplona. Han sido más de siete horas y media encima de la bizi, de las cuales tres han sido de un esfuerzo titanico hasta cruzar los Pirineos. Afortunadamente en Pamplona no llueve y después de lavar nuestros vehículos nos dirigimos al albergue que nos acogerá en esta nuestra segunda noche fuera de casa.
Algún lugar entre Zubiri y Pamplona

Fin de jornada. Pamplona      
          La cordial acogida de Iñaki en su albergue nos hace sentir como en casa despues de la "frialdad" francesa de Bernard. En nuestro paseo vespertino nos topamos con los italianos de Saint Jean, completamente desorientados, sin alojamiento, Isma les indica como llegar a nuestro albergue con la esperanza de que a estas horas (8 de la noche) hubiese sitio todavía. Han tenido suerte y compartiremos albergue. Antes de acostarnos podemos observar el cielo completamente estrellado. Pinta bien para mañana.