jueves, 16 de marzo de 2017

TRIANO (por la mina) - BARBADUN - ALTA GALDAMES (Por La Aceña)

          En el momento en que me dispongo a decir en el whatsapp de BTTANDO que saldré con la flaca hasta Artziniega, leo en el chat un mensaje de David que me "jode" los planes: A las 16.00 tarde épica de BTT. ¡QUE CABRÓN! El domingo nos toca la Bilbao, hoy pensaba rodar el último día con ánimo de exprimirme un poco. Después de intercambiar unos cuantos mensajes veo que, como no, David tiene en mente un recorrido nada habitual para mí. Me propone quedar en Cadegal. Ieltzu a expensas de imposibilidades de ultimísima hora confirma su asistencia. ¡Esto se anima! ¡que lástima que no pudiese añadirse nadie más!

          Aprovechando que hay que subir a Cadegal se me ocurre subir por el Polígono Granada hacia Las Balsas y luego continuar por un trazado que se recuperó con motivo del Ibilaldi 2012 organizado por la Ikastola Itxaropena de  nuestro pueblo. Duro, gravilla, ... ¡reto! La última vez que descendí por allí me pareció que podía ser factible. Quedo con Ieltzu en Telepi a las 15:35 horas con la duda de si estaremos en Cadegal para las 16:00. 

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          Empezamos el pedaleo con ganas. Hoy, como he dicho antes tengo ganas de exprimirme. El recorrido propuesto va a permitirmelo, la compañía también. Cuando ya en el polígono Granada la carretera se empina hacia las Balsas y meto el plato pequeño comienzan mis problemas mecánicos. He cambiado cadena y cassette guardando el plato pequeño nuevo para mejor ocasión y esa ha sido mi equivocación. La cadena se engancha, el plato pequeño chupa la cadena. Apenas hago caso a Ieltzu cuando me propone coger la senda que por la izquierda asciende entre las dos Balsas. Acciono el Shadow para ver si metiendo más tensión a la cadena consigo que la cadena no enganche en el plato pequeño. Hace un ruido infernal pero no se engancha. Comenzamos la pista de gravilla y estoy completamente rallado, parece que la cadena vaya a cascar de un momento a otro. En un par de ocasiones estoy a punto de decirle a Ieltzu que siga sin mí. Que vaya en busca de David y yo me piro para abajo para cambiar de bizi y quitar el txuntxo... Me resisto a ir solo. El recorrido de subir a Triano, bajar al Barbadún y por La Aceña subir hasta Alta Galdames me ha puesto los dientes largos. ¡Que sea lo que dios quiera!

          Después de sufrir doblemente, por la cadena y por la p. cuesta llegamos a Cadegal cuando son las 16.00 horas, puntuales. David aún no ha llegado y nos dejamos caer en su busca. En nada nos topamos con él. Justo en el punto donde comienza la pista que atraviesa la Mina. El guarda está echando la siesta en la garita, ¡disfrutemos! Yo padezco, ... padezco un trapo de lo tirado que voy. El pedaleo de Ieltzu es envidiable, el de David no le va a la zaga, ... yo... ¡sufro! ¡pero encantado, eh!

          Apenas tres kilómetros después de coger la pista llegamos al barrio minero de Triano... ¡y respiro! La dura subida hasta aquí sin que la cadena parta me da la confianza suficiente para sefuir la ruta con tranquilidad relativa. Un par de propuestas de variar la ruta en la ascensión rechazadas por David me indican que tiene perfectamente claro el itinerario de hoy. Claro que cuando las variaciones las propone él... no es lo mismo jejejeje

          Cruzamos Triano y seguimos por el asfalto en una variante desconocida para mí. Nos llevará a atravesar una granja y tomaremos la ruta de color naranja que nace en el Centro de Interpretación de Peñas Negras. De Triano al barrio de Las Cortes por un trazado desconocido para mí y del que tomo buena nota durante unos 6 km. Una vez allí el vertiginoso descenso al Barbadún hace las delicias de Ieltzu y David. Yo no lo paso mal en exceso. Variante escogida por David que desaparece tras los árboles seguido poco después por nosotros. Nos llevará al mismo sitio en el que por otras pistas llegamos para coger el sendero que arrimado al Barbadún nos permitirá disfrutar durante algo más de veinte minutos de un entorno único. Tras reponer agua en la fuente antes de llegar al Arenao y bromear con unas curtidas lugareñas acerca de nuestra hermosura tomamos la Vía Verde para acercarnos a La Aceña. Casi tres kilómetros que, al igual que la zona anterior junto al Barbadún, recorren un entorno incomparable, eso sí, con una pendiente continuada hacia arriba que en función del ritmo elegido puede hacerse muy, pero que muy... exigente.

          Poligono industrial de La Aceña a la vista y David le recuerda el reto de la pared a Ieltzu, el que evita el túnel bajo la carretera que sube a San Pedro de Galdames. Allí que se van los dos... y ninguno lo consigue. Yo tampoco claro, pero mi poca convicción me hacía firme candidato al fracaso. Último comentario sobre la posibilidad de evitar la subida al Alta y escoger otra posibilidad. ¡Rechazada! ¡Para arriba! ¡ Toca sufrir!

          Al poco de comenzar el ascenso, en la parte más dura, Ieltzu me recrimina que haya comenzado yo a hacer eses. ¡joder Ieltzu! ¿que coño miras para atrás? Es cierto. Y es que... estos dos primeros kilómetros de subida me matan. A mi juicio son los más duros. Ieltzu y sobre todo David no piensan lo mismo. Quizás mi problema sea el cambio de llano a cuesta, siempre me cuestan los inicios para arriba, los cambios de llano a inclinado, ... Sufro, sufro mucho. Pero estoy encantado, poco a poco voy encontrándome mejor.

          Lo que no recordaba yo era la cantidad de piedrotes que han echado con la intención de adecentar la pista (?) y que vuelven supercomplicado el pedaleo durante la ascensión. Tres kilómetros y medio de pedaleo por la zona que me gusta recorridos y coincide con el punto en que observo como a David se le atraganta la piedra. Ni que decir tiene que mi moral aumenta exponencialmente. Cuando le rebaso muy poco a poco escucho su comentario de... ¡como se nota la doble aquí, eh! ¡que tío! ¡para una vez que me vengo arriba...! ¿De los 16 kg que pesa no dices nada ahora?, le grito por encima del hombro al tiempo que aprieto todavía un poco más... jejejeje

         Cuando llegamos al cruce que lleva para La Rasa Ieltzu propone que vayamos... ¡ni pa dios! Ahora que estoy yendo bien para arriba... ¡dejame disfrutar! Cuando llegamos al collado entre las cimas de Peña Pastores y Peña San Juan esperamos a David que no tarda nada en llegar. Recuperamos del esfuerzo (David y yo, Ieltzu ha subido silbando) camino del Alta y volvemos a apretar los dientes hacia arriba. Yo en este tramo prácticamente he tirado la toalla. Lo he dado casi todo en la subida anterior y no creo que vaya a aguantar el ritmo de David en este tramo, ni hablar de Ieltzu...

         En el empedrado tramo inicial y primeros metros después del desvío Ieltzu pedalea con facilidad seguido de David y un poco más rezagado yo. Curiosamente veo como el pedaleo de David se vuelve más... ¿improductivo? y le recorto distancia con facilidad. Es el tramo en que la subida ya no pica tanto para arriba y dandolo todo le rebaso sin contemplaciones. Tras el esfuerzo realizado levanto el pie observando el hueco que hay entre David y yo. Ieltzu en plena refriega se ha quitado de enmedio hacia la izquierda y observa el espectáculo desde posición privilegiada. Justo cuando veo como David se pone de pie encima de la bizi para dar el arreón final Ieltzu me grita... ¡cuidado Natxo que ataca! Paso, ya he demostrado que estoy bien, ya vale, además... igual me cago. En el momento en que David me rebasa cambio de opinión y poniendome de pie lo doy todo yo también.

          El desafío acaba conmigo totalmente tirado en el suelo intentando recuperar el resuello, David contemplandome mientras a su vez se repone y.. Ieltzu muerto de risa con la instantanea.



Alta Galdames en una tarde espectacular

Ieltzu haciendo dominadas, ... ¡sobrado!
          El regreso hacia Trapaga pasando por Las Postas para lavar nuestras bizis es un mero trámite. Descenso por Peñas Negras, Triano y Gallarta. Mi intención de exprimirme inicial no tenía nada que ver con la que ha resultado ser, lo que no cabe ninguna duda es que no hubiese disfrutado ni la décima parte de lo que lo he hecho hoy con tan inestimable compañía. Un placer enorme... ¡otra vez!