domingo, 3 de abril de 2016

PEDALES 2015 hasta Bitarratxo

         El pasado día 2, ayer, un buen número de miembros de BTTANDO se animan a hacer el recorrido de la Pedales Larga 2015. Alberto, Javi, Alderete, David, Unai y Alberto (además del que saca la foto, desconozco el nombre) no pierden la ocasión de disfrutar de un estupendo día de BTT. A los que por unas razones u otras no hemos podido asistir se nos plantea la oportunidad de hacer el mismo recorrido el domingo. No se puede perder la ocasión y somos Fernan, Gorka, Ieltzu, Ivan y yo mismo los que nos reunimos en Goizalde para comenzar nuestro itinerario. Fernan nos avisa de que otro que había confirmado asistir se cae de la lista. Al parecer "causas ajenas a su voluntad" impiden la participación de Iker R. Aresti en la martxa de hoy.

         Pasan por poco las 8.30 horas cuando empezamos nuestro pedalear hasta las  inmediaciones de nuestro querido Pirulí. Tengo la sensación de ir de acoplado. Y es que es raro que por una vez, a ver si son muchas más, la iniciativa de la salida de hoy no haya partido de mí. Sin dudas sobre el trazado a seguir, exceptuando un tramo puntual en El Tojo (vamos preparados con el GPS por ello), no debo dar indicaciones hoy sobre la ruta. Me propongo dejarme llevar y lo consigo. Pero la razón es que no soy capaz de seguir el ritmo de los que me preceden. Exceptuando el Cuestón, en el que el farolillo rojo se lo cedo a Fernan, en el resto de zonas de subida me tienen que esperar. Siempre. Y como bajando soy un auténtico zapato, tengo la sensación de ir a remolque, de frenarles, de darles el coñazo, ... en fin  ¡a sufrir para que esperen lo menos posible!
BTTANDO sabatinos!!!!

          Después del calentón del Cuestón sigue el ritmo alegre por parte de mis acompañantes. Veo a Ieltzu que distraídamente se queda pelín descolgado para esperarme. Son detalles que se agradecen. La sensación de ir el último y de que te esperen no es conocida por muchos pero la gratificación que obtienes cuando observas como tus compañeros de excursión van pendientes del que ocupa el lugar final del pelotón... es desconocida también por muchos más todavía. 

          Tengo la sensación de ir despacio todo el rato. Al final los kilómetros realizados con la flaca no cunden para arriba de la misma manera que llaneando. Si a esto le añadimos "mi extrema delgadez", ahí tenemos la ecuación perfecta que explica todo lo que sufro cuando la pendiente se crece ante mí. 

         Varias posibilidades se ofrecen a nuestro paso hasta alcanzar la zona más alta de nuestro querido pueblo de Trapagaran. Los rumores sobre los posibles itinerarios de la Pedales 2016 están en boca de todos. Que si no se va a subir el Cuestón. Que vaya bucle bonito sale por allí a la izquierda. Que si es más bonito aún el de la derecha, ... Cuando llegamos a uno de ellos los de cabeza se meten por él sin dudar y no me queda más remedio que pararles. ¡Eh! que la del 2015 no iba por ahí. ¿No hemos dicho que vamos a seguir el recorrido fielmente? 

          Retomamos el camino original, El mismo hasta el punto donde nos encontramos en las tres ediciones que llevamos de Pedales. Cuando estamos a punto de alcanzar el punto donde confluyen el camino que llevamos con la carretera asfaltada que sube desde Retuerto, ya en el área recreativa de Argalario, intento seguir a los makinas por el sendero de la derecha y soy incapaz. Está claro que hoy no va a ser mi día.

          Ya en el asfalto nos dejamos caer hasta tomar la pista, que dejando Bitarratxo a nuestra izquierda, nos lleva rapidísimamente hasta el barrio minero de La Reineta. Es también aquí, a la altura del Tope, donde Ieltzu y compañía descendiendo completamente enchufados se pasan el desvío a la derecha que nos llevará hasta La Reineta. La inercia del descenso es tal que no volveremos sobre nuestros pasos y enlazaremos el recorrido a la altura la carretera asfaltada que desciende desde Barrionuevo hacia Peñamora. Enlazamos de nuevo el itinerario y llegamos a La Reineta, de aquí a Los Pozos. Y en los Pozos.... ¡a disfrutar! el espectáculo visual no tiene rival. Y estos c... siempre por delante. 

          En menos de lo que canta un gallo nos encontramos rodeando el campo de golf por una pista recién reparada. Mucho más cómoda para rodar pero un poco menos... ¿atractiva?. La parada en Peñas Negras de obligado cumplimiento para repostar líquidos es el brevísimo paréntesis que haremos antes de terminar de ascender la empinada pista que nos llevará hacia el Collado de La Rasa. Con más o menos dudas llegaremos a la fuente de las piedras en la bajada al Sauco. Imprudentemente cometemos la torpeza de no parar a llenar los botellines. Luego, más tarde, nos daríamos cuenta de tan craso error. 

          No puedo evitar la broma del hospital a la altura del Sauco. Y justo en el estrecho paso antes del cruce hacia la Cueva de La Magdalena realizaremos nuestra primera parada para repostar. Los anacardos de Gorka se llevan el protagonismo del hamaiketako. El resto nos conformamos con barritas, mandarinas o geles. 

         Cuando hemos salido y durante parte del ascenso hemos sufrido el acoso del riesgo de lluvia. Amagos en forma de ligerísimo sirimiri que hacen sospechar que nos mojaremos. Afortunadamente esto no fue así. A pesar de las lluvias caídas en días anteriores el barro, aunque presente, no es excesivamente protagonista en el día de hoy...¡todavía! Cuando llegamos a tramos como el del Arco de Piedra me doy cuenta de mi torpeza. Mi escasa habilidad sobre la bicicleta se ha visto aumentada (la escasez) por mi intensiva utilización de la flaca estos últimos días. En realidad estos tres últimos meses. La ausencia casi total de mantenimiento de esta última en estos días de invierno le dan ventaja sobre la gorda. Además con la compañía que he disfrutado últimamente entre semana... ¡Recuperate Marqués! ¡Nos quedan muchas horas de bizi por delante!

Saliendo del Arco de Piedra

Gorka nos muestra su pericia. Yo voy el último para que no vean la mía

Paraiso terrenal para la práctica de BTT. No me cansaré de repetirlo

Algunas zonas más rotas por el paso del agua

Esta cuestita con barro.... se hace incómoda
          Esta ladera Sur de los montes de la Sierra de Gromeran es un regalo para los sentidos. Gracias a que no han pasado 500 bikers por delante nuestro hoy la ciclabilidad por aquí está garantizada. Sólo queda disfrutar. Un poco más adelante nos espera El Tojo. En realidad un gran desconocido para muchos. Trialeras imposibles (para mí), senderos sinuosos, balsas de cieno, pozas de sapaburus, ramas cortadas, troncos derribados, ... Pintado así no parece muy atractivo, ¿verdad? La primera vez que vine al Tojo fue reconociendo el terreno antes de la Pedales Larga 2013. Desde entonces habré transitado por aquí una docena de veces. Siempre llego exhausto, Sufro como un perro hasta La Rasa,  disfruto como un auténtico enano hasta antes de dejarnos caer al Tojo y una vez allí esos seis kilómetros "tojanos" se me hacen durísimos. 
El fotógrafo ... fotografiado

Fernan, 

Ivan en primer plano, Fernan, al fondo

Gorka a rueda. Aprovechándose del trabajo del gregario, ... jejeje

¡Cómo andan estos jóvenes!, dice el caradura de él. Pues tú ne te quedas atrás... por lo menos subiendo jajajajaja
Dejamos atrás el Collado de La Brena

El llevar la cámara para justificar ir el último, ¿sirve como excusa?

Ieltzu e Iván se resguardan del viento mientras me esperan.

Rodeo Este Ganeran. Hoy no toca hacerlo a fuego, nos queda mucha tela por cortar

Llegando al final de uno de mis recorridos habituales, Collado Ganeran.

De frente, Gasterantz... a la derecha Pico La Cruz

Collado Mustariaga
          La tensión que padezco debido a las trialeras por las que debemos de transitar es el motivo principal del cansancio acumulado en esta zona. Si a esto le añadimos las cerca de tres horas de pedaleo (en mi caso) hasta llegar aquí tenemos la razón por la que el ascenso hacia el Pirulí se me hace terriblemente largo. En contraste con lo descrito anteriormente se encuentran las sensaciones que transmiten Ieltzu, Fernan e Iván. Es una gozada (y una frustración personal también) ver cómo disfrutan. Probablemente hubiesen disfrutado mucho más si no se hubiesen visto obligados a detenerse constantemente  esperando a los más tardones del grupo. Aquí incluyo a Gorka, que creo intuir le sucede lo mismo que a mí. 

          La primera trialera que debemos descender para adentrarnos en El Tojo ya nos avisa de qué va a ir la historia. Es de esas que te asomas al borde, miras, dudas, ... y cuando crees que quizás (quizás) puedas conseguirlo, observas como el que lo tenía más claro que tú y te ha precedido en el intento, hace un recto y está a punto de empotrarse contra un árbol estrategicamente situado para no salirte de la trazada. En ese instante se te aclaran todas las dudas, te bajas de la bizi y realizas el descenso con rapidez para colocarte en un buen lugar para grabar las... ¿caídas? del resto de participantes de la excursión. Adivinad quien hizo el recto.
Acceso a las profundidades del Tojo

Mama miedo!!!!!!! yo bajé igual...

El que sabe...sabe!!!!!!!  Ieltzu

La pericia tiene nombre, se llama Iván
          Lo cierto es que, por un lado, es positivo que lo más duro o difícil del Tojo esté al principio. De esta forma todo lo que queda por venir te parece más asequible. Aún así tanto Gorka como yo debimos de desmontar varias veces para no poner en peligro nuestra integridad física. Tal vez todo se pueda resumir en una de las frases que repetía Gorka en la martxa, ¡Como bajan estos jóvenes, eh Natxo! Jóvenes, quizás esa sea la clave. Nos hacemos mayores. 

          Transitamos con más pena que gloria (en mi caso) por los sinuosos senderos del Tojo con unos guías excepcionales. Creo que es de las pocas veces, si exceptuamos las tres Pedales, en las que no hago de guía. Esto también es de agradecer. Ir pendiente del GPS en estos caminos tan complicados no es agradable y además la pantalla de mi Garmin cada vez se hace más pequeña. Sólo en un punto es donde Ieltzu duda a la hora de continuar. El resto del itinerario tanto él como Fernan lo dominan con suficiencia. 
Esto está algo mejor. Por aquí nos atrevemos, eh Gorka!

He librado por poco. Justo delante había mucha pendiente. Me cagué

El Tojo es un entorno.... único. A veces parece Mordor.

Toca meter presión en la rueda delantera. Estreno bombona de CO

Justo en este lugar partí el cambio trasero el año pasado. Hay más inclinación que la que se aprecia.

La Txabola del Tojo. Lugar de avituallamiento en Pedales. Como un oasis en el desierto

Reparto y mercadeo de geles

Al fondo Peñas Negras. A la izquierda Alta Galdames
          Cuando salimos del Tojo después de habernos avituallado adecuadamente en la txabola del mismo nombre, tengo la sensación de que me ha resultado más fácil que en otras ocasiones. De hecho, había contemplado la posibilidad de retirarme subiendo hacia Peñas Negras desde la plaza de toros debido a lo avanzado de la hora. En lugar de esto y ante mis "buenas sensaciones" (quien lo diría, ¿verdad?) decido continuar hasta el Pirulí. Soy consciente de que esta ascensión es mi cruz en la Pedales y no debo dejar pasar cualquier oportunidad para afrontar el reto. 

          Debido a la cantidad (y calidad) de barro acumulada en la transmisión de nuestras bizis en el paso por El Tojo los problemas mecánicos empiezan a hacerse presentes. Me veo obligado a poner el tensor shadow de mi cambio trasero para evitar los chupados de cadena y aún así no puedo forzar demasiado debido a los ruidos que produce nuestro pedaleo. Ieltzu no tiene tanta suerte y ni con el shadow puede seguir pedaleando en los tramos duros de subida. Así que decide subir desmontado el fuerte repecho. Y además lo hace corriendo el tío. Me recuerda a Ángel. ¡que capacidad! 
Repechón después de pasar la plaza de toros. Ni el Shadow evita los chupados de cadena
No podemos evitar desviar la mirada. 

Cuestita de La Gorriga. ¿quien coño habrá dejado el coche aquí?
        No podemos evitar recrearnos con las vistas que se abren a nuestro paso mientras bordeamos por carretera asfaltada el pantano de Oiola. Nos dirigimos a La Gorriga para desde allí, siguiendo el trazado de una antigua vía ferroviaria, espectacular por otra parte, acceder a la pista que nos llevará hacia Arnabal. Justo al final del trazado minero nos encontramos una agradable sorpresa: Javi y familia, que han decidido dar un estupendísimo paseo por el trayecto que acabamos de recorrer. 
Pantano Oiola. A rebosar. 

Trazado de ferrocarril minero

¡Que pena de desprendimientos! Pero bueno, tiene su aquel también

¡Hombre, mira que sorpresa! No es de extrañar la zona bien merece una visita

Escasez de agua. Después de haber repostado en una torrentera, nos tiramos ávidos a la fuente
          La técnica y dura subida inicial hasta que suaviza un poco la pendiente pone a prueba nuestras castigadas patas. El esfuerzo que hago para superar este corto tramo es tal que no recuperaré un ritmo digno en todo lo que queda de ascensión. También es cierto que igual soy excesivamente amarrategui, demasiado conservador, ... puede ser. El reloj y el paso inexorable del tiempo me indican que no podré terminar la ruta programada. Me resisto a no terminar de ascender, por ello decido que me retiraré cuando supere el cuestón que precede a Bitarratxo. 

          Los otros cuatro participantes no tienen tanta prisa como yo por lo que, cuando son las 12.55 horas les abandono dirigiendome yo hacia La Reineta por asfalto y ellos hacia los terraplenes de Barrionuevo. Vuelve a confirmarse mi teoría que debo de salir a las 7.30 u 8.00 horas como muy tarde para poder realizar el recorrido entero. Es una sensación rara. Habitualmente no soy de los que primero se van, más bien al contrario pero...

          Lo que no se puede dudar en ningún momento es la maravillosa mañana que hemos disfrutado poniéndonos a prueba para la Pedales, espero que al igual que los BTTANDO que salieron ayer sábado. Y es que poco más que una Bizi y agradable compañía necesitamos para gozar de una jornada estupenda de BTT. En definitiva, otro día más.... GOZATZEN!!!!!!!!!!

Nota: El Strava delataría más tarde que Ieltzu estuvo haciendo series en el REPECHO LOBERA y en el REPECHO ZABALLA, o ¿no sería tal vez que olvidaría algo cuando lavó su amada bizi?