jueves, 6 de febrero de 2014

RUTA AL MELLO y ALEN (en solitario)

      Día festívo por doble motivo, no curro y cumple de aitite Isma, 84. A pesar de ello madrugo por causas de fuerza mayor (análisis). Pereza, mucha pereza es lo que me da empezar el recorrido que tengo previsto para hoy. Que si hace viento, que mañana tambien tengo fiesta, ... martes y miercoles no he salido y eso inclina la balanza. Son las diez de la mañana cuando salgo del trastero con la intención primera de ascender el Mello desde Muskiz, después... ya veremos.
     Hace casi tres años que subí por primera vez al Mello. En aquella ocasión con David y con Isma también subí desde Muskiz pero hasta allí llegamos desde Gallarta y en esta ocasión decido ir hasta la playa de La Arena y luego hasta Muskiz sin abandonar el bidegorri en ningún momento. Como no recuerdo el camino a seguir no he dudado en traerme el GPS para eliminar riesgos.

La aproximación a Muskiz la hacemos por el siempre seguro bidegorri de La Arena
Tecnología. Imprescindible para la rura de hoy, por lo menos el Garmin
     Por el polígono de al lado de la N-634 nos encaminamos al inicio de la auténtica ascensión. Tras un fortísimo comienzo aunque afortunadamente breve, abandonamos el asfalto para empezar a disfrutar de lo que de verdad nos gusta. La inclinación del terreno hace que vaya realmente despacio lo que hace que me fije insistentemente en el paisaje que me rodea. Pistas madereras, algunas ya en desuso, es lo que abunda en este monte. Un auténtico laberinto por el que estoy seguro de que si siempre escoges la opción de "para arriba" llegarás sin dudarlo a la cima del Mello. A pesar de lo mucho que ha llovido en fechas precedentes el firme no esta especialmente dificil y vamos "progresando adecuadamente".
La primera parte del ascenso no asfaltado al Mello es realmente bonita

Luz, sol, color, ... cuando salimos de la penumbra de los eucaliptus

Seguimos entre arbolado, siempre subiendo
     Son varias las ocasiones, 4 exactamente, en las que nos introducimos en Cantabria en nuestro zigzagueo hacia la cima. Según voy acercandome al fin de la ascensión me voy dando cuenta de lo acertado de la decisión de haber escogido esta vertiente para la ascensión de hoy. Viento Sur, de tal fuerza que me hacen dudar en las zonas expuestas de si seré capaz de soportar suis acometidas. En el último giro a la izquierda el ruido prodicido por el viento y el movimiento de las copas de los árboles disparan mis miedos con lo que extremo al máximo la precaución. Afortunadamente cuando han transcurrido dos horas desde mi salida de Trapaga hago cima y disfruto, ahora ya relajado, de unas vistas realmente maravillosas.
Un mendigozale generoso del Baskonia me regala la instantanea

El viento de los últimos días ha hecho estragos
     Una de las ventajas de pedalear en solitario es que tu decides todo, si continuar, si regresar, si por aquí, si por allá, ... así que como no tengo ninguna prisa y en mi recuerdo no existen grandes desniveles a superar me animo a continuar hasta el poblado minero de Alen. Un rápido descenso interrumpido por unos trabajadores forestales en una ocasión y por los estropicios causados por eolo en otra nos llevan hasta el puerto de Las Muñecas sin apenas esforzarnos. Llega el momento de dar pedales de nuevo. Por una pista con un firme excepcional, sin nada de tráfico, y una suave inclinación hacia arriba nos vamos acercando poco a poco a lo que fue un trazado ferroviario minero. No sin antes echar la vista atrás y contemplar cuan lejos ha quedado nuestra cima conquistada.
Allí, ... aquello es el Mello

Pastizal, barro, arcilla, ...   ¡equilibrio!

Demasiado para mí. No he querido ni intentarlo
     Llevamos ya un buen rato en el que nuestra ruta coincide en un 100% con el trazado minero. Pero es a partir del espectacular barrizal que podemos ver un poco más arriba cuando empieza realmente la parte más bonita de esta vía verde, desconocida todavía para muchos. Un firme muy compactado nos da la tranquilidad necesaria para continuar hacia adelante ignorando las balsas de agua y los barrizales producidos por los neumaticos de los camiones madereros. Por un momento rejuvenezco 30 años y me parece estar en la Vía de La Orconera que en aquellos tiempos tenía este mismo aspecto. Una vez más nos deleitamos con el espectaculo visual que se nos ofrece. Antes de los esperado nos presentamos en Alen (poblado minero), lugar desde el que en otra ocasión continuamos nuestro recorrido dirección Oeste para pedalear hasta el Ventoso. Hoy no toca. Por esta vez es suficientemente, nos dejamos caer por la carretera asfaltada hacia la carretera de Arcentales. En el que iba a ser nuestro tercer giro consecutivo a la derecha nos metemos por la pista que continúa de frente para sin desviarnos en la trazada  llegar al otro lado de la cantera, sitio en el que retomaremos el itinerario de la Via verde de Galdames llegando al barrio de El Castaño. Como hace unos minutos que he terminado el agua decido repostar en este area recreativa. Levo ya más de tres horas encima de la bizi y las piernas empiezan a pesar. Además hay que avisar en casa de que todo transcurre según lo previsto.
Montes de Triano

Restos de explotación minera junto al poblado de Alen

Imprescindible repostar. Estamos en El Castaño
     Cuando hago este recorrido desde Trapaga en poco más de hora y diez me presento en El Castaño. La diferencia es que hoy he andado dos horas más y he ascendido los 600 y pico del Mello. No va a ser lo mismo. A pesar del entorno, el regreso se hace duro e intento evadirme del hastío recurriendo a la cámara fotográfica. Después de pasar por las mimosas llegamos al Arenao y durante kilometro y medio ascendemos de nuevo, suave, pero ascenso. Uno de los lugares más bonitos de la Via Verde de Galdames.
Es tiempo de ... ¡mimosas!

Estamos en El Arenao

Siempre se pueden probar fotos diferentes
     La Aceña. Poco menos de una hora por delante. Sólo me cruzo con un par de txirrindus. Me suenan. Creo que estos son de los habituales de entresemana. Son más de las dos de la tarde y una buena hora para dar un paseo en bizi. Hace calor, no me había dado cuenta del calor que hacía, que pasada. Y yo de riguroso invierno. Este tiempo está loco.
     Un rápido manguerazo en la gasolinera de Las Postas será la última interrupción en la ruta de hoy. El Objetivo que me había propuesto realizado, reconocimiento del terreno para proponer ruta para un domingo de estos. Pero.... ¡Ostias!  ¡65 kms! Con razón me pesaban las patas.
En La Aceña vemos una alternativa conocida, mejor para otro día

Mejor quitarle peso ¿¿¿¿¿verdad????

Reluciente