sábado, 14 de septiembre de 2024

LA CANTABRONA (BIS) 2024 (Crónica de Pedro)

 A petición de Natxo y por miedo a que caiga en el olvido, ahí va la crónica de la Cantabrona 2024. Marcha que normalmente se celebra en el mes de mayo, pero que este año debido a un error administrativo por parte de la organización, tuvo que ser pospuesta a septiembre. En el momento en que se anunció la cancelación, ofrecieron la devolución del importe o bien mantener el dorsal a la nueva fecha (septiembre) y a cambio te regalaban la inscripción de 2025.

El hecho de que lo anunciasen a falta de dos días para la marcha me mosquea un poco hasta el punto en que me planteo pedir la devolución y olvidarme de esta marcha para siempre... En 2022 llegué con lo justo después de la operación del maxilar, además de coger el Covid presumiblemente durante la marcha (Fernan, Alan y Javi hicieron la larga, así que libraron). En 2023 la marcha se hubo de posponer un día, pero la nueva fecha coincidía con el Día de la Madre (primer domingo de mayo) así que pedí la devolución. Pero tras hablarlo con Iván Mula, como hay tiempo, decidimos de momento no pedir la devolución.

El día de la NoCantabrona, me acerqué con el coche hasta Ramales e hice el encadenado Alisas-Caracol-Lunada-La Sía, no sin caerme una granizada bajando La Sía (si es que, marcha a la que se apunta el catalán, marcha en la que nos mojamos, incluso cuando se ha suspendido la marcha).

De cara a la marcha de septiembre, sé que la Gran Fondo (170km 3400+) se queda muy grande, así que decido ir a por la Medio Fondo (106km 1700+) intentando no perder mucho la forma el tiempo que esté en Málaga de vacaciones. Mi objetivo personal en esta marcha es hacer el PR del Caracol, que lo subí por esta vertiente en la Íñigo Cuesta de 2023 y se me hizo algo pestoso.

ENLACE AL TRACK 

Debido a que en mayo palmé el dinero del hotel, decido de cara a septiembre no reservar nada e ir en el día hasta Polanco. He vuelto de Málaga el finde anterior y apenas he salido un par de días con la BH desde que he vuelto, el primer día me siento súper raro encima de ella, por el cambio de geometría y de talla con respecto a la Cube. 

Me pongo la alarma a las 5:15 con la idea de estar saliendo a las 6:15 del garaje, el día antes he cargado la bici, la ropa, los bidones y el material en el coche de cara a no andar con más prisas de las debidas. Llego a Polanco a las 7:30, está amaneciendo y ya hay bastante gente aparcando por el pueblo, así que mi idea de aparcar cerca de la salida/meta se complica. Encuentro sitio entre calles de una urbanización, veo a más gente “vestida de romana” y preparando las bicis, yo aparco y voy a buscar los dorsales (Iván Mula finalmente no vino a la marcha).

Busco los dorsales en una lista en papel que han pegado fuera del Polideportivo, ya que no han mandado el típico correo con los dorsales que suelen mandar en otras marchas. Me dan la bolsa del corredor y aviso que voy a hacer la Medio Fondo, me lo cambian en el ordenador y listo. Vuelvo hacia el coche, son las 7:50 y me da la sensación de ir algo justo de tiempo, la marcha empieza a las 8:30… Me cambio de ropa en el coche (jolín que frío), preparo el isotónico, la comida, me dirijo hacia la línea de salida. Mando la foto de rigor a familia y a bttando, mientras voy viendo a los participantes por si veo algún maillot conocido…

 

Finalmente arrancamos a las 8:40 pasadas, la gente tiene prisa y van volando, así que procuro no despistarme para intentar seguir los grupos. Finalmente… en el km 10 de marcha, con apenas 20 minutos transcurridos desde la salida, la tragedia. ¡PINCHAZO! “No puede ser” digo, mientras me viene a la mente los recuerdos de la marcha Bezana. Pienso que voy pinchado de atrás, pero resulta ser la delantera. 

Levanto la mano al coche de asistencia que venía detrás de mí mientras sigo dando pedales y me adelanta, pasando de mí completamente. Me echo al arcén, desmonto la rueda delantera mientras me van pasando participantes hasta que pasa otro coche de asistencia el cual me ve al levantar yo la rueda. Pararon también los agentes de Tráfico y el bus escoba, invitándome amablemente a abandonar la marcha y a subirme en el autobús escoba (repito, km 10). Les digo que voy a hacer la corta, me dicen que se van y que a partir de ahora si decido continuar, lo más a la derecha posible y con tráfico abierto.

Los del coche de asistencia amablemente me ayudan a cambiar la cámara, he pinchado una tubolito y de recambio llevo otras dos, espero no me hagan el día como en Bezana… Su bomba de pie no marca la presión, así que a ojímetro vemos si está bien inflada o no (un inciso y este dedicado a Fernan que sabe lo dejado que soy, para ciertas cosas que compro y dejo muertas de risa meses, incluso años, me había comprado un compresor con motor para inflar las ruedas en caso de pinchazo, el cual en el momento de los hechos se encontraba en su cajita, precintado. Por suerte, ahora lo llevo en la bolsa de herramientas esperando tener que usarlo lo menos posible).

Una vez reparado el pinchazo, los del coche de asistencia me ofrecen subir la bici al coche hasta que alcancemos a los participantes y reanudar la marcha desde más adelante, a lo que respondí que no, de la misma forma que lo hice a los que me ofrecieron subir al coche escoba. Llevo el track en el Garmin, así que me lo tomo como una salida en solitario, pero con dorsal. Llego a una rotonda y me toca ceder el paso a los que van por dentro, cómo se nota el ir dentro de la cápsula de seguridad que tienes preferencia en los cruces.

Giro en dirección Puente Viesgo, estamos en plena carretera N-623 y hay bastante tráfico, así que toca ir lo más a la derecha posible, hay ciclistas por aquí que no son de la marcha. Algunos repechos fuertes para ir entrando en calor, no sube la temperatura de 11º. El Garmin me marca el desvío hacia Villacarriedo/Selaya, pero antes de llegar aquí hay que superar el Alto de San Martín, de poco más de 5km los cuales se pasan rápido. Iniciamos el descenso hacia la carretera que lleva a Selaya, hay nubes bajas y están metidas en el Valle.

Veo a una pareja chica-chico con el maillot de la marcha que están parados en el arcén, pregunto si todo bien y me responden que sí. Por aquí se empiezan a ver, aunque con cuentagotas, a algunos ciclistas de la marcha -llevan maillot y/o dorsal en el manillar-. Nos vamos aproximando a Selaya (km 38 de la marcha) para afrontar el Alto del Caracol, subida de 10,5 km con una bajada a partir del km 2,5. Se van sucediendo los kilómetros y sigo alcanzando y rebasando participantes, a falta de 2 km para coronar he alcanzado al autobús escoba, cuyo conductor me hace gestos para que lo rebase y entre dentro de la cápsula otra vez.

Coronar y parar a por agua en el avituallamiento, por suerte quedan cosas pese a ser de los últimos, pero no como nada de lo de allí, sino que me tomo un gel de los míos para recuperar. 5 km de bajada y el desvío hacia San Roque -izquierda- o Lunada -derecha-. No iba a hacer la heroica así que seguí el plan trazado y giré a la izquierda. Este descenso hacia Liérganes lo he hecho una vez con Josu y Berta, de aquella vez que fuimos a Los Machucos, y es un descenso de dar pedales, con continuos sube-baja y hasta algún repecho de 1km. Sopla viento en contra, se me está haciendo muy pestosa esta parte. Veo que los km en los hitos de chapa van bajando y por fin llegamos a Liérganes. Un repechaco para salir del pueblo y llegar a Pámanes, donde se coge la N-634 y no la abandonamos durante casi 30 km atravesando los pueblos de Pénagos, Sarón, Pomaluengo… sopla viento de cola, pero prefiero guardar algo para la última subida. Van sucediendo los kms hasta que llega la última dificultad montañosa del día, el Alto de la Montaña por su vertiente de Las Presillas. 3 km que pasan muy rápido y empieza el descenso hasta Sierrapando, lugar por donde hemos pasado a la salida de la marcha.

Ahora el viento está dando de cara, quedan menos de 5km para meta, ya lo tengo hecho. Un último repecho para entrar en Polanco, ya veo viniendo gente con el dorsal colocado que se está marchando o cargando las bicis en el coche. Últimos metros y ya veo la meta… recojo la medalla “Finisher” (parece que se han puesto de moda en lugar del típico trofeo conmemorativo) sin parar ni bajar de la bici y me dirijo al Polideportivo a llenar la buchaca. Tenemos ensalada de pasta para comer, echo en falta café o sobao como en otras marchas.

Mando la foto de rigor a familiares y bttando -alguno pensó que las gafas de la foto también eran parte del regalo-

 

Tras llenar el estómago, pienso en la pereza que me da ir al coche, guardar la bici y volver al Polideportivo para ducharme, además no doy un duro porque quede agua caliente, así que prefiero ducharme en casa sin prisa y con calma. Pienso en que al final se ha salvado el día y he podido acabar la marcha pese a que no he ido sobrado de todo. Finalmente salieron unos 1700+ y no los 1500 que anunciaba la organización.

Revisando a posteriori los datos en Strava, veo que he rebajado el tiempo del Caracol en 5 minutos, pero todavía tengo margen de mejora porque no he bajado de la hora…

Ya pensando en la Edición 2025, aunque de aquí a mayo pueden pasar muchas cosas. Ah! Y el maillot de regalo está muy chulo, se da un aire al del UAE.