domingo, 17 de marzo de 2024

BILBAO-BILBAO 2024 - LA FIESTA DE LA BIZI

         

          6 dias de bizi en Diciembre y ninguno hasta finales de enero me hacen pensar que un año más voy a sufrir como un perro en la Bilbao-Bilbao y desechar la idea de ascender El Vivero, que desde que lo incorporaron a la martxa, no he ascendido.   

          Es Oskar, como no, quien el 21 de enero (sin tocar la bizi el menda todavía en el presente año) nos advierte que ya ha reservado lugar para la jamada que tendremos una vez realizada la prueba. Con casi 2 meses de antelación, ¡que haríamos sin tí, Oskar!

          Flaka, flaka y más flaka. No queda otra. El Peso y vuelta, un día tras otro. Puede parecer cansino pero sé que no queda otra para terminarla dignamente. Afortunadamente me pongo las pilas y aunque con 6 kilos mas que en Septiembre del pasado año, afronto con optimismo el disfrute de la misma.

          Propongo salir a las 8,15 horas. Quedar en el poliki a las 7,20 horas, hacer las fotos de rigor y pedalear hasta Bilbao a las 7,30 horas.



          Ángel, Fernan (Sestao), Iñaki Gorrotxategi, Toni, Fernan (Trapaga), Iñaki, Pedro, Raúl, Alan y yo somos los que acudimos al Poli para la foto de rigor. Raúl no hace más que llorar y dice que se pira en tren y que hará la corta. No se lo cree ni él. 

          Oskar como ya hizo el año pasado irá más tarde, en tren, e intentará alcanzarnos antes de coronar Unbe. David (viejo conocido de Ciclyng) se reunirá con nosotros en la salida en Bilbao al igual que Alberto que se acercaría en coche hasta allí. 


          Cuando salimos a la N-634 veo que Raúl viene con nosotros. La temperatura es buena, unos 15 grados que posibilitan ir de corto con chaleco y manguitos. Unas veces charlando con unos y otras con otros llegamos a la salida de manera un poco caótica, principalmente por mi parte. Los nervios se hasn adueñado de mi y de repente me encuentro sólo en la salida esperando a que salgan los de las 8,00 horas para ocupar nuestro lugar en primera línea de salida de las 8,15 horas.













          En cuanto terminan de salir los de las 8,00 horas ya nos vemos todos y esperamos pacientemente a que de la hora para comenzar nosotros. Cuando se da la salida y en apenas unos segundos llegamos a la primera rotonda de Deusto me doy cuenta que no he puesto en marcha el Garmin. Por una parte me sigue "gustando" estos nervios del comienzo de una marcha que provocan olvidos tan tontos como el que acabo de comentar.

          Tengo claro que no miraré para atrás. Esta multitud me aterra. Observo como por delante mío van Alan, Fernan (Sestao) y David. A mi lado, unas veces unos metros por delante otras unos por detrás, Raúl y Pedro. Por detrás imagino que vendrá el resto. Lo cierto es que no les volvería a ver hasta el avituallamiento.

          Este año la aglomeración la alcanzamos poco después de pasar Sarriko. Hace un par de años rodamos a buen ritmo hasta Las Arenas. Una vez en casa, viendo tiempos compruebo que las diferencias no son tan exageradas como podría parecer. 
          El repecho saliendo de Berango provoca los primeros resoplidos al tiempo que observo un par de txirrindularis con el maillot txuriurdin, lástima de culotte blanco, a enmendar para el año que viene. Al igual que en la liga este año, también se quedan atrás. 

          Barrika, la estación de metro de Plentzia, el puente de Gorliz y empezamos a subir Andrakas. Como crujen los cambios, como crujen nuestras piernas. Toca poner ritmo cómodo y poco a poco para arriba. Raúl me recuerda como hace ya algunos años paramos a prestar un troncha cadenas a un participante. Entre 25 y 30 participaciones en las patas de Raúl en 35 ediciones de la Bilbao. 13 llevo yo. Lejano ya aquel 2005 en que hinqué la rodilla en lo alto del Col de La Basilique y me tuvieron que "aparcar" a un lado para después de estirar unos minutos reanudar la martxa y terminar mi primera Bilbao en solitario. Por allí paso Raúl mientras totalmente acalambrado trataba de estirar. Sólo nos conocíamos de vista del pueblo. Desde entonces hemos compartido muchas BilbaoBilbao.

          Hace tiempo que no veo a los de delante. Pedro, Raúl y yo continuamos juntos. Raúl que estaba todo el rato llorando pedalea sin problemas. Hablamos de Oskar. ¿Nos cogerá antes de Unbe? Por un lado me ha dado la sensación de ir más lentos que el año pasado, por otro lado el también se habrá encontrado más aglomeración de ciclistas.

          Me he propuesto firmemente no apretar en Unbe. Difícil de cumplir. Quiero subir el Vivero. Es la ilusión de este año. Y además de esto quiero detenerme unos minutos en el lugar donde Juanto se nos fue. Allí donde el pasado mes de octubre se colocó un recuerdo en su memoria. No tengo muchas oportunidades de pasar cerca. Lejos de mi habitual zona de salidas deseo aprovechar la oportunidad que me ofrece la Bilbao. Apenas debo desviarme 300 metros. El Vivero es una posibilidad, la visita a la placa de Juanto... una "necesidad".

          Dejamos el castillo de Butrón a nuestra derecha, poco más o menos aquí fue donde nos alcanzó Oskitar el año pasado. Y donde nos engancharon Luis y Eva a los que he saludado en la salida. Este no nos coge, le comento a Raúl. Ritmo alegre, sin forzar. Rebasando a muchos pero siendo superado por muchos más. Casi sin darnos cuenta hemos coronado y bajamos hacia la rotonda de Asua. Giramos hacia Sondika y poco antes de llegar al mencionado pueblo allí están esperando los tres que iban por delante. Se incorporan y ya pedalearíamos juntos hasta el avituallamiento en el parque tecnológico de Zamudio. 

          Poco después de pasar por el cementerio de Derio una fea caída queda a nuestra derecha, mala pinta. No recuerdo no haber parado nunca antes de llegar al parque. Siempre he tenido la necesidad de realizar una parada tecnica. Voy tan apurado que no se si llegaré a tiempo de aliviar la vejiga...

          Los voluntarios reparten amablemente las bolsas de avituallamiento. A mano derecha se han orillado los que me preceden. Allí esperaremos al resto. 

           Aparece Oskar. Me dice que ha visto más de 20 maillots zurigorris. ¡joder! Yo solo he visto un par de ellos. Ha saludado a un montón de gente y nos cuenta que Ángel ha sufrido un percance y que ha ido a curarse. A punto de irse al suelo se ha hecho un corte en el dedo. Al poco viene acompañado de Alberto y quita toda importancia al percance, afortunadamente. Ahora al ver la foto de grupo me pregunto donde se habría metido Pedro. Toni y los Iñakis llegarían un poco más tarde.  

          










          El calor aprieta. Aunque me quité el chaleco en la salida sigo notando el ascenso de la temperatura. Quedan las peores horas del día y decido quitarme la térmica interior. Alan me recuerda ponerme los tirantes antes de colocarme de nuevo el maillot, jejeje...

          Aprietan las prisas. Casi sin darnos cuenta se van Alan, Fernan (Sestao), David, Raúl y Pedro. Oskar y yo saldremos a continuación y Fernan y Ángel seguido. Más tarde me enteré de que Iñaki Gorrotxategi hizo la corta por su cuenta, que Toni y "el otro" Iñaki también hicieron la corta.

          Al poco de salir del parque y empezando a ascender Artebakarra ya voy resoplando como un búfalo. Y es que voy con Oskar, y quieras que no él va fácil para arriba. Yo, a pesar de estar mejor que los dos años anteriores estoy claramente peor que en 2017 (mi mejor Bilbao). 

          Poco después cogeremos a Raúl, a Pedro y a Fernan. Los cinco seguiremos más o menos juntos los siguientes kms. Me ha sorprendido Fernan (Trapaga) que se ha animado a hacer la Clásica. Raúl, que decía que iba a hacer la de 85 kms, se encuentra haciendo la clásica, ¡todavía se anima con El Vivero!.  A Oskar no hay quien le entienda, cada vez se parece más al Gipu... por cierto, que pena que no se haya animado. Lo que decía, que no, que no sube El Vivero. Que ni de palo... Pedro es el único "mortal" que se propone subir El Vivero y lo dice abiertamente. Veremos como acaba esto...

          Además del avituallamiento, menos rácano que en años anteriores, me he traído 4 barritas. Me he metido 2 antes del descanso y otra, como el año pasado, subiendo Gerekiz. Sorprendentemente me encuentro bien. No voy a decir que subo fácil porque mentiría pero vamos, que ni tan mal...

          Juraría que dejamos a Pedro subiendo Gerekiz, quizás bajándolo, Antes de llegar al pueblo de Andra Mari me tengo que desviar y descender unos 300 metros. Allá por 2004 descubrí a qué se dedicaba mi antiguo profe de historia y me convertí en otro loco de las cumbres. Siempre en nuestro recuerdo, Juanto





          Volver a la carretera del puerto de Morga y ascender esos escasos 300 metros de un desnivel superior al 15% provoca en mi una satisfacción brutal a pesar del dolor de mis patas y ayudado al fenomenal desarrollo que porto en mi vieja Orbea, 34 x 32.

          Al despedirme de estos comentaban que quizás esperaran arriba. Yo no me he detenido mucho pero 15 minutos de retraso no me los quita nadie. Además de los que iba con ellos solo Pedro hacía El Vivero... Efectivamente, cuando corono Morga no hay nadie esperando. Luego me contarían que saludaron a Vero allí. Sin detenerme continúo hacia abajo. A las 12.50 horas cierran el acceso para subir al Vivero. Voy a tener un margen de 20 minutos y me encuentro bien. Decidido, subiré El Vivero.

          La bajada rápida de Morga y la aproximación se hace fácil gracias a los numerosos grupos que circulan a estas horas. Sé que el inicio es duro, durísimo, unos 300 metros con rampas del 14%. Se trata de superar esa dificultad inicial y luego hacer camino poco a poco.

          Al poco de superar ese durísimo inicio me parece ver a lo lejos a Pedro, no tengo la seguridad completa pero me ilusiona poder alcanzarle. en estas estoy cuando me alcanza por detrás Alberto. ¡Que sorpresón! A este sí que no lo esperaba y aunque pienso que me dejará en breve me acompañaría en prácticamente toda la subida. Le comento que he creído ver a Pedro para animarle a que arrease pero pedalea sólo un poco por delante mío. Calculo que cuando se iba a finalizar los primeros 4 kms y antes de llegar al falso llano es cuando alcanzamos a Pedro. Hacemos todo el falso llano - bajada en buena armonía y llega una sorpresa en forma de repechón que no esperaba. Unos 500 metros que me relegan a la última posición del trío. 

          Y se acabó. De la misma manera abrupta que comenzó acaba. Alberto se lanza hacia abajo y Pedro nos advierte que se lo tomará con calma. Más tarde comentaríamos los dos que no queremos ni imaginar lo que podría suponer ese descenso con lluvia.

          Y mucho más rápido que el final de la subida llega el final de la bajada y nuestra incorporación a la N-634. Tengo la suerte de coger un grupo "bueno" y aprovecho la ocasión despreocupándome absolutamente de Pedro. Más tarde le echaría en falta....

          No voy justo. No voy sobrado. Cierto dolor en mi maltrecha rodilla derecha me impide apretar. Dudo de mi capacidad para subir dignamente el Col de La Basilique. Me descuelgo del grupo que me ha traído y comienzo la penosa ascensión. El contraste es violento pero una vez superados los 100 metros iniciales me encuentro mejor y termino la ascensión alegre. Tanto es así que no puedo dejar de apretar en el penúltimo repecho antes de dejarme caer hacia el Puente de La Salve. Vuelvo a apretar en la curva a derechas que da acceso a dicho puente y me dejo caer hacia meta con una satisfacción contenida. 

          Muchos años sin entrar sólo en meta. Sensación agridulce. El año que viene El Vivero no será una prioridad... 13,38 horas. Ni tan mal. 




          Una Coca Cola y un Aquarius en meta además de las galletitas del avituallamiento me preparan para afrontar el regreso a Trapaga. Iñaki Gorrotxategi por un lado y Toni e Iñaki por otro han sido de los primeros en llegar. Poco después de las 12,30 horas. Han hecho la de 85 kms.

          Sobre las 12,55 horas Oskar, Fernan (Trapaga) y Raúl llegan a meta. Han hecho la Clásica. Un cuarto de hora más tarde anuncian su llegada Alan, Fernan (Sestao) y David. Han subido El Vivero. Ángel avisa de que parte hacia El Valle a las 13,25 horas, también ha subido El Vivero. A las 13,38 llego yo. Un poco por delante mío Alberto. Un poco por detrás Pedro. Como ya he dicho los tres hemos subido El Vivero. 

          Siempre nos pasa lo mismo y no aprendemos. El año que viene tenemos que compartir la ubicación real con el grupo de whatsapp, durante 8 horas. Así ante cualqueir circunstancia siempre sabremos donde estamos unos y otros. Queda como debe para la próxima.

          El más listo ha sido, este año, Alex. Sin dar una pedalada se ha metido una txuleta entre pecho y espalda que no se la salta un ... Las anécdotas de la martxa, las bromas, el conjunto rosa y rojo de Ángel nos alegran estos momentos tan especiales. De todos los participantes los que nos hemos animado a la jamada además de Alex hemos sido: Oskar, El Marqués, Alberto, Ángel, Raúl, Alan y family y yo mismo. 

          A ver el año que viene como nos organizamos para superar esto. No lo tenemos fácil. Gracias a todos los participantes por hacernos disfrutar de un día tan especial.

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