domingo, 13 de noviembre de 2022

BTTANDO POR LOS MONTES DE HIERRO

          Cuando ya parecía que terminaba el año sin hacer ninguna salida más, a última hora y con muchísima voluntad por parte de todos los integrantes de la directiva, se consigue fijar un día para hacer una excursión por nuestros montes, los Montes de Hierro. Hace ya tiempo, allá por 2014, 2015,... era práctica habitual en BTTANDO las salidas dominicales con la de monte. Raro era el día que no nos juntábamos media docena de btteros junto a la fuente de La Eskontrilla, lugar habitual de kdadas por aquellos tiempos. Excepcionalmente empezamos a hacer salidas a otros lugares, cada vez disfrutábamos más... Hoy en día, después de tiempos convulsos con coronavirus de por medio, apenas quedamos para salir. ¿Y por qué no planeamos una salida "organizada" por aquí? Quizás se anime más la gente, por probar no perdemos nada,... 

         El día elegido es el 13 de Noviembre. El recorrido por definir pero con una idea clara de por donde pedalear. Unos 30 km y 1000 m de desnivel, abierto a todos los que quisieran venir. Ajustaríamos el recorrido en función de quienes fuésemos los participantes. ¡Con jamada, faltaba más! Posibilidad de pedalear y jamar, solo pedalear o solo jamar. Más opciones imposible. Con menos de 10 días de margen abrimos inscripciones. Poco a poco se va animando el asunto y conseguimos juntarnos 17 participantes.
A saber: Rubén, Borja Martín, Iñigo, Alex, Luis, Oskar, Natxo, Palma, Iñaki, Vero, Kike, Gorka, Aitor, Ivan, Alberto Fernández y Alberto Martín. El que falta en la foto es Borja Sanz. Un problema mecánico le hizo llegar con retraso. Afortunadamente apenas habíamos iniciado la marcha.



          Aunque siempre intentamos abrir la participación en nuestras marchas a todos los públicos, no por ello dejamos de tener en cuenta los diferentes nivéles de preparación entre los bikers. Y aunque tenemos claro que siempre los más rápidos pueden adaptarse al ritmo de los más lentos, intentamos por todos los medios que nadie "sufra"

          El conocimiento de la zona nos permitirá adaptar el itinerario en función del ritmo de los más lentos. Mientras Aitor se detiene en Goizalde para surtir de pan a los condimentos que degustaremos en el hamaiketako que no puede faltar en ninguna de nuestras excursiones, el resto vamos ascendiendo poco a poco los primeros km de asfalto Eskontrilla arriba. Varios participantes con eléctrica, gran invento que permite a todo el mundo disfrutar de la bizi sin sufrir. Involuntariamente y a pesar de intentar contener el ritmo cuando llegamos al inicio de la pista, donde abandonamos el asfalto, ya se han quedado atrás un par de excursionistas. La parada es obligatoria y se aprovecha para quitarse ropa de abrigo. Cuando llegan los últimos reanudamos la marcha.

          La ventaja que tiene el monte sobre la carretera es la facilidad para charlar con todo el mundo, pararse casi donde te apetece, adelantarse para sacar alguna de las fotos que ilustran esta crónica,... Más fácil además organizar y coordinar una salida por el monte que no una por asfalto. En cualquier caso habrá que atender la demanda de la peña y preparar alguna cosa para la flaka. Tiempo al tiempo. 

          Media hora de pedaleo nos colocan a la altura del Cuestón. Nadie opta por ascenderlo y aprovecho la oportunidad para proponer la segunda parada del día con intención de reagrupar a todo el mundo. Aquí me llevo una agradable sorpresa y muchísimo antes de lo esperado podemos continuar la ruta. Parece que ya hemos entrado en calor y romper a sudar ayuda a mantener el ritmo. 

          Una agradable bajada permite recuperar el resuello y cuando llegamos a la explanada explico a Luis un bucle precioso que en épocas de confinamiento me enseñó Iñigo y que se une con la pista que sube desde Durañona. Palma aprovecha para meterse conmigo y cuestionar el porqué no hemos ido por ahí. Le echo la culpa a Iñigo que va con los de cabeza y al que le he pedido que haga todos los bucles que pueda para que los "lentos" puedan seguir rectos y no tengan que esforzarse tanto, ja, ja, ja, ...

          Un buen tramo empinado nos hace guardar silencio y echar en falta a un habitual de nuestras salidas y que siempre está alegrando el ambiente allí por donde va. Menos mal que luego apareció a los potes... 




          Poco antes de llegar a la carretera asfaltada que sube desde el puente de Bengolea les digo a los de cabeza que giren a la izquierda para tomar un bucle que conocimos hace ya algunos años gracias a Pedales de Hierro. Otra ligera bajada para disfrutar y volver a coger la pista principal después de recuperar la altura perdida. La rampa final de acceso al asfalto nos castiga y nos enseña también la cantidad de impresentables que todavía hoy en día tiran sus escombros en plena naturaleza. ¡que pena de sanción!

         Cuando nos reincorporamos a la pista principal no albergo ninguna duda de que todos los bikers participantes han pasado ya hacia adelante, aunque Luis con muy buen criterio lo pone en duda. Alberto Martín se ha parado en el asfalto a quitarse ropa de abrigo ¡a buenas horas! ;-) y sólo Alberto se ha dado cuenta de ello. Nos paramos y pasado un buen rato desciendo hasta el cruce a buscarle. Allí está, tan féliz, charlando con un cazador, tan entretenido que no se ha dado cuenta de que era el último del grupo y tenía a sus compañeros de fatiga preocupados por su tardanza.

Una vez reagrupados aparece Vero de la nada. Luego me contaría Oskar que se había metido por un bucle del que desconocía, Oskar, que tuviese una segunda alternativa hacia abajo. Es en la salida natural de ese bucle( que pasa muy cerca de donde termina la cuesta del silencio) donde nos encontramos con Oskar e Iñaki.











          Desde ahí hasta arriba y casi sin darnos cuenta llegamos al asfalto, cerca del merendero de Argalario (el merendero sí es de Argalario, el Pirulí no) cuando llevamos alrededor de una hora de tiempo real pedaleado. Impresionante el nivel físico demostrado por TODOS los integrantes de la marcha. 

          Volvemos a reagruparnos para, en vez de ascender hasta el Pirulí, desviarnos a la derecha y bajo el monte Bitarratxu bordear el terraplén y después de coger la pista hormigonada desviarnos a la derecha, hacia El Tope. Sin llegar a él izquierda y por un sendero apto para todos los públicos, ¡eh Alex! continuar bajo las campas de Barrionuevo de Parkotxa hasta el pintoresco pueblo de La Reineta. Desde allí y bordeando, primero el Pozo Parkotxa por su derecha y segundo el Ustión, también por su derecha, ascender al maravilloso pueblo de La Arboleda. En este punto y debido a la torpeza de algún eléctrico, todos los que venían detrás de él se vieron obligados a poner pie a tierra...

          Justo en el punto intermedio entre los dos pozos, en otra parada de reagrupamiento se valora la opción de degustar ya las viandas traídas por los participantes. Que si hace mucho viento, que si es muy pronto, que si la abuela fuma,... son opiniones que tenemos en cuenta para decidir continuar con el plan previsto y almorzar en el merendero de la casa del Guarda, en la carretera de La Aturiana.

          Aprovechamos el paso por el poblado minero de La Arboleda para repostar agua e intentamos continuar nuestra ruta adelantando, antes de llegar al atajo de La Ponderosa, a un nutrido grupo de mendizales con los que hemos coincidido en la entrada al pueblo.







          Quedamos de acuerdo con Alex en que va a realizar el bucle por la carretera y le propongo que continúe el asfalto hasta Peñas Negras, donde una vez estuvo El Txaparral. Allí nos esperaremos. El resto, tras conseguir recorrer el atajo antes que los peatones, seguimos por asfalto hasta la campa en la que se proyectó (menos mal que se paralizó) un nuevo cementerio para Sestao. Atravesamos la campa, enredamos por los alrededores de la mina Pickwick, ascendemos divirtiéndonos la rampa antes de Peñas Negras y llegamos a donde ya está Álex esperándonos. 

          Vamos genial de tiempo y por el bucle previsto hasta el merendero no nos llevará mas de 20 minutos. Le pregunto a Alex si le apetece acompañarnos por la pista o prefiere el asfalto hasta alli y no lo duda ni un segundo: Yo cojo el bucle del asfalto; y lo repite varias veces por si acaso a alguno le queda alguna duda.

          Abandonamos el asfalto y nos disponemos a recorrer casi 3 kilómetros por unas pistas nada frecuentadas y afortunadamente bastante desconocidas. Apenas iniciado el desvío la única bajada "complicada" del recorrido hasta ahora. Excepto Luis que escoge una mala opción todos descendemos sin problemas. ¿todos? No, todos no. Oskar no ha podido realizar el descenso (10 metros) por un doble pinchazo en su bizi. Las dos ruedas. Ver para creer.

          Habiendo tomado conciencia del problema y visto que vamos a tener que estar allí un ratito, todos nos ponemos a charlar, preguntar, aconsejar,...  menos mal que el Marqués toma cartas en el asunto y se pone a soltar ruedas, cámaras,... Iñigo aporta su bombona de... ¿aire? con ánimo de ahorrar esfuerzos a los reparadores. En menos de lo que tardo en contarlo ya están las dos ruedas reparadas e Iñaki con las manos llenas de grasa, prueba irrefutable de la labor desempeñada. Sugerimos a Oskar que vuelva a subir para disfrutar de la bajada pero hace caso omiso y reanudamos la marcha con ganas de juntarnos con Álex y degustar, cómo se ha hecho de rogar, el más que merecido, hamaiketako.




          Gorka anda con prisa y hace ascos al almuerzo. Única ausencia. Diferentes quesos, salchichón, chorizo, chocolates varios,... todo ello regado con un par de estupendísimas botas de vino porteadas por Kike y Oskar. Una vez más tiro por tierra todos mis buenos propósitos de no comer en exceso y no puedo evitar atiborrarme de todo lo allí existente. Creo que no soy el único...

          Parece que el almuerzo era lo que unía al grupo. Ya son varias las voces que anuncian su intención de regresar a Trapaga con tiempo suficiente para asearse. Hasta aquí el recorrido estaba claro. A partir de ahora y viendo las ganas y fuerzas de la gente, continuaremos. Decidimos seguir juntos hasta el encuentro con la pista que asciende a Pico Ventana (o Ventuña, como muy bien apuntó Luis), un bucle, otro más que abandonando por la izquierda la carretera de La Asturiana bordea el merendero, asciende hacia el plano que baja de la fuente Maceo y vira hacia la derecha por unos hayedos impresionantes. Poco más de 2 kilómetros de disfrute para todos, aunque cierto es reconocer que despues de llenar la panza la cuesta arriba se atraganta...



          Llegado al cruce de Pico Ventana el grupo se divide. No tanto por el tiempo que se tarda en regresar por las dos alternativas disponibles sino por evitar o no la dureza, excesiva ya a estas alturas de la película. Oskar, Vero, Rubén, Alberto Martín, Alberto Fernández, Álex, Palma e Iván optan por evitar la cuesta brutal que sube hacia la Fuente de Maceo dejando a su derecha Pico Ventana. Luis, Iñigo, Borja Martín, Borja Sanz, Aitor, Kike, Iñaki y Natxo aun tenemos ganas de fiesta y sobre todo de bajar por la variante nueva bajo el Pico El Gallo que descubrimos el pasado mes de mayo gracias a Pedales, una vez más... En este punto me doy cuenta que se nos ha incorporado otro Oscar, con su flamante eléctrica se animará a realizar cn nosotros el recorrido más duro.

          Cuando me giro para continuar por la pista observo como un loco toma una variante fuera de la pista principal, muchísimo más inclinada. Al principio no le conozco. ¡Joder! Kike, quien si no...
Creo que en una ocasión intenté subir por aquí hace... mil años. Imposible. Loco digo yo... Locos los que vamos detrás de él como corderitos. Uno a uno todos le seguimos como gilipollas...

          Además de la inclinación de la cuesta se añade la dificultad de abundante piedra suelta, hojarasca que tapa dichas piedras, palos secos,... esto hace que faltando unos 20 metros para llegar al final pierda el control de la bizi y vuelva violentamente hacia la derecha estando a punto de llevarme por delante a Borja Martín, al que le impido continuar en su ascenso. Después de esto lo que nos falta por ascender será un juego de niños.

          Recuperada la normalidad de ascender por una pista fácilmente ciclable nos aceramos a las inmediaciones de Pico Ventana y es aquí donde pinchamos a los eléctricos para que suban a ver el buzón a ver si es Pico Ventana o Ventuña. Iñigo seguido por Iñaki se animan y cuando parece que los demás no estamos por la labor aparece Luis con su Merida pulmonar y deja el pabellón bien alto.

          Cuando subimos el rampón que nos queda reconociendo la pasada Pedales Oskar y Yo (Palma yase había ido por delante) ninguno de los dos recordaba lo larga que es la dichosa cuesta. Hoy, antes de separarnos, Oskar decía que eran 200 metros duros (él no iba a subir, claro), yo creía recordar que no eran menos de 500, después de medirlos en aquella ocasión. Bueno, pues comprobado hoy (cuando escribo la crónica) debo decir que 500 metros duros, duros, no los quita nadie.

          Arriba del todo, casi en el collado que une la pista que sube de La Aceña con la que lleva a La Rasa y donde estuvo el avituallamiento de panceta en la Pedales, nos esperan los más rápidos. No paramos. Eran las 12 horas cuando nos hemos separados en dos grupos y tampoco tenemos demasiado tiempo si es que queremos disfrutar del poteo de antes de la jamada. Nos dirigimos a la Fuente Maceo y justo antes de llegar giramos a la izquierda para tomar la pista, que por el plano de una antigua explotación minera sigue por la pista que bajo el Pico El Gallo desciende hasta Peñas Negras. ¡Que bajada! Desde que la conocí hago lo imposible por volver por ella. Disfrute total. Gozada auténtica. El descenso por el plano unos 100 metros es la única dificultad reseñable de dicha variante. Totalmente recomendable. 

          Mucho antes de lo que nos gustaría llegamos a Peñas Negras. Desde aquí por Triano a coger la bajada al barrio minero de La Orconera, bastante rápida también. El Marqués nos abre la cancela (como ha cambiado el cuento) y por asfalto ascendemos hacia Cadegal donde hacemos el último esfuerzo de la jornada. Descenso hasta la Via Verde de La Orconera y giro abrupto para coger la pista arreglada con motivo del Ibilaldi 2012 y llegar a Trapaga desde Ortuella, por el polígono Granada. Ya en los pabellones recibimos el chivatazo de que no hace mucho que han pasado por allí los integrantes del grupo que eligió la variante menos dura. 

           El lavado de la bizi es el paso previo a la kdada para empezar con los potes.






          Son poco más de las 13:30 horas cuando ya vamos juntándonos. Unos potes previos a la jamada son el momento de recordar anécdotas, gastar bromas,... 

         Ha sido un gran día. Mucho tiempo que no andábamos un grupo tan numeroso por nuestros montes. Ganas de repetir. Ganas de seguir disfrutando. Ganas de monte. ¡Hasta la próxima!