Allá por principios de Febrero, se
volvia a activar el grupo de wasap que habíamos creado con motivo de la Iñigo
Cuesta 2018. Javi preguntaba si se había apuntado alguien a la cita que tan
buen sabor de boca nos dejó el pasado 2018, La Marcha Iñigo Cuesta 2019. En
pocos días estábamos los 7 que acudimos este año apuntados. El grupo de wasap
se pierde en la parte baja de la
pantalla de móvil, hasta un par de semanas antes de la cita que vuelve a
resurgir, el Guipu cuelga una previsión con lluvia para ese dia,
GUIPU “ … esto no pinta nada bien, dan mogollón de
agua…
OSKAR ”...no seas agonías, que
faltan 15 días….”
Comienzan las risas, el buen
ambiente previo a la marcha ya se respira.
Un par de días antes de la marcha,
concretamos coches para desplazarnos hasta Villarcayo y horario de salida.
Gorka, Ivan, Oskar y Javi quedan a las 6.15 en Trapaga para cargar y salir,
Alan me recoge a mi en Muskiz a la misma hora y quedamos con Jon en Sopuerta a
las 6.35, que aunque decide ir con su coche, vamos juntos hasta el siguiente
punto de encuentro. A las 6.50 nos juntamos todos en la gasolinera que hay a
las afueras de Balmaseda. Todos sobre el cronómetro, sin retrasos.
Desplazamiento tranquilo, sin
incidentes ni lluvia y prácticamente a las 8.00 estamos en Villarcayo.
Aparcamos junto a las duchas como habíamos comentado, para que sea más cómodo
cuando terminemos la marcha. Hay muchos sitios libres, que se van llenando
conforme se acerca la hora de las salida.
Nos acercamos andando al
Polideportivo para recoger la bolsa con el dorsal, maillot (este año amarillo),
publicidad varia y demas, la mañana está fresca pero no llueve, ojala se quede
asi le comento a Oskar, a ver si hay suerte me responde, pues yo creo que nos
mojamos seguro (El Guipu otra vez). Tres amables chicas agilizan el
reparto sin que se formen colas. “
Estamos todos?” , ala pues a tomar un cafe.
Retornamos sobre nuestros pasos,
hasta la cafetería de la estación de autobuses. Ya se ve el ambiente ciclista,
gente con bicis de aquí para allá, risas, explicaciones varias sobre el
recorrido, etc... lo típico. Pedimos cafés y algunos algo para
comer (Bollería, tortilla), nos sentamos y Alan se echa las manos a la cabeza
porque me voy a tomar un café solo con dos azucarillos, junto con un pastel rebozado
en chocolate, - “ … Que solo me he
tomado un café en casa …” - le comentó, y él nos deleita con su desayuno a base
avena, cereales varios y mijo. Todos le miramos con cara entre sorprendidos y
empachados, menos Gorka que se interesa por su dieta rica en hidratos,
proteínas y minerales, -” … eso que es
alpiste …“- .
Venga vamos que se hace tarde, -“ …
un momento (comenta Oskar) foto…”-; le pedimos a un chico que la saque y nos
vamos. Debimos de comprobar la foto, totalmente oscura, no se nos reconoce, el
destino nos estaba avisando. Ya en los coches, bajamos las bicis
y nos empezamos a vestir. Surgen las primeras dudas, que me pongo?, Alan lo tiene claro -“ … a la guerra se va de
corto…. “- , Jon que habita en el mismo planeta que yo me pregunta que voy a
llevar, lo que ves le digo, (culotte largo de invierno, térmica gordita,
maillot de la marcha, escarpines, guantes largos, lo normal para un dia como
hoy), y me empiezan a llover críticas por todos lados, -“ … a Rafa no le hagas
caso que esté no se pone de corto hasta el 20 de Agosto…”-, joder que fama. Total, que Jon hace una mezcla entre invierno arriba
y verano abajo. A los demás les puede más el postureo y la foto subiendo Lunada
que la sensatec térmica, y eso que les recordé que el viernes había 3 grados en
Lunada y mucho me temo que hoy no llegaríamos a esos 21 de mínima que exigen un
culotte corto para mi.
8:20 el tiempo justo, venga vamos a
la salida que no llegamos. Rápidamente nos colocamos entre medias del pelotón
que atiborra la calle donde está la salida. Oskar siempre atento a que no falte
un recuerdo nos grita -“ … a ver, foto,
falta Ivan dónde está …”- , se le
ha olvidado el botellín comenta Gorka. Le vemos aparecer entre la multitud, se
coloca, foto y el tiempo justo para guardar el móvil y arrancamos.
Con un pie en el pedal y otro
haciendo equilibrio pasamos la zona de cronometraje, botonazo al Garmin y a
rodar. Giro a la izquierda, dejamos atrás la calle de la salida y enfilamos
hacia las afueras de Villarcayo entre aplausos de algunos madrugadores. Oskar y Alan salen con ganas y los
perdemos en los primeros kms. El rodar inicial se hace fácil,
carretera cortada al tráfico, prácticamente llano y metido en el pelotón no se
nota el escaso viento de la mañana. Van pasando los Kms y ya hemos entrado en calor, siempre alerta por
la cantidad de gente que formamos el pelotón y para evitar cualquier frenazo y
susto vamos adelantando ciclistas de la interminable serpiente multicolor de
predominante color amarillo que se dibuja a lo lejos.
Dejamos a nuestra derecha el bonito
pueblo de Puentedey con su inconfundible arco de Piedra excavado en la
roca. Unas ligeras gotas de agua
comienzan a formar parte de mis gafas, la carretera aún está seca, poca cosa,
ojala se quede asi y no vaya a mas, pienso para mi. Gorka me hace un gesto y
comenta ,- “ … Mira allí…”-, a lo lejos las nubes empiezan a tornarse del color
de los problemas. Para cuando lleguemos han pasado, le digo. En el ksm32 más o menos, giramos a
izquierdas y comienza una subida que sin ser muy larga ni muy dura va poniendo
a cada uno en su sitio. Justo al inicio de esta, cogemos a Oskar Y Alan, -“ …
Os estábamos esperando… “- dice Oskar, ya veo 30 kms para cogeros. Terminamos la subida y enlazamos con
la carretera que más adelante bordea el pantano de Arija y nos conduce hasta
Reinosa, pero la marcha se desvía antes de comenzar el puerto del Escudo y
tomamos dirección hacia la primera dificultad del día, El alto de LA MATANELA.
Nos reagrupamos y comenzamos a subir
tranquilos, solo nos falta Jon que se quedo mas atras. La subida cómoda, la
carretera un poco rota quizás, pero sin complicación. Mis piernas van muy bien,
subo sin problemas, controlando el pulso pero a buen ritmo. Javi se acerca a mi y me comenta -”
… hoy tengo el dia tonto…”- , joder, ya he oído eso más veces, y cuando el
Guipu te dice eso, significa no intentes seguir su rueda porque te va a fundir,
vamos, que esas patillas que tiene van solas hoy.
Sobre nuestras cabezas las nubes
cada vez se van pesando más, y en lo alto del puerto se deja intuir una espesa
niebla. Rápidamente alcanzamos la parte más fácil de la subida, un falso llano
que nos permite rodar más rápido y que nos adentra sin más dilación en la
espesa niebla. Alcanzó a Alan que nos llevaba unos metros de distancia y juntos
continuamos la subida.
El asfalto comienza a estar húmedo,
la niebla impregna nuestra ropa y dificulta la visibilidad, aunque gracias al
esfuerzo y al calor que genera nuestro cuerpo aun no tenemos una percepción
clara de la humedad. Coronamos el alto de La Matanela y
comienza a Llover, aún envueltos en la niebla que poco a poco tendería a
desaparecer para dar lugar a una lluvia más intensa y un viento racheado y frío
que recorre todo el altiplano que transitamos. Le digo a Alan que paremos para
ponerme el chubasquero ( soy incapaz de ponerlo en marcha, como alguna vez he
visto al habilidoso de Josu Hierro hacerlo, y mis maltrechos hombros no me
permiten muchas jiribillas, y menos hoy), mientras intento atinar a cerrarlo
nos pasan Oskar, Javi, Gorka e Iván, -“.... venga vamos que estan ahi ….”- me grita Alan, arrancó y nos ponemos detrás
de ellos.
Comenzamos a rodar por la pequeña
meseta que hay desde que coronas el puerto hasta la bajada propiamente dicha,
la lluvia ya nos moja de forma contundente y el viento racheado mueve nuestras
monturas de forma poco previsible, el frío comienza a notarse. Enfilamos la bajada tapados por la
ladera de la montaña, pasó a Iván y Gorka y me pongo a rueda de Oskar. La
lluvia no cesa, nuestro cuerpo no genera calor, mis ojos a través de las gafas
medio empañadas y la otra mitad pixeladas por las gotas de agua, intuyen las
curvas que describe el asfalto mojado con la hojarasca resbaladiza adherido a
él y alguna que otra muestra de que el ganado pasta libre por esta zona. La lluvia ya recorre mi cara, el
chubasquero sive de tobogan para la gotas que recalan en los guantes, noto como
el agua recorre la entrepìerna y se desliza culotte abajo hasta las zapatillas
y el frío cada vez se agudiza más en todo el cuerpo.
La bajada con mucho tacto y
precaución, sigo la rueda de Oskar prudente en todo momento. Algunos
participantes nos pasan rápido apurando las frenadas, no con algún que otro
problema y demostrando que el nivel de anormalidad se esta elevando al máximo
esta edición 2019. Se van sucediendo los kms sin dar
pedales prácticamente y el frío va en aumento, me duele la frente, las manos no
la siento, he perdido por completo el tacto, bastante que soy capaz de
agarrarme y poder hacer el mínimo empuje para frenar (hoy si que puedo decir SI
a los frenos de disco hidráulicos), y los dedos de los pies empiezan a perder
sensibilidad.
Oskar entre curva y curva suelta una
mano y la agita intentando que circule la sangre y aporte algo de calor, yo
soplo la mía a forma de tubo, ganando calor que pierde inmediatamente al
agarrarme para frenar de nuevo. EL intenso frío ya ocupa todo mi cuerpo. Llegamos al final de bajada, a
dejado de llover, pero el frío es insoportable, estoy tiritando. Quiero subir
unos piñones para rodar los 3 kms que restan hasta la Vega de Pas donde
reagrupan la carrera pero no va, - “ …. se habra jodido el cambio electrónico
con la lluvia? …. “- me digo, tiro de riñones para coger inercia, sopló las
manos y comentó con Oskar sobre el frío, intentó de nuevo cambiar y ahora si,
el problema no era el cambio, era yo que no tenía sensibilidad y no atinaba a
dar los botones del cambio.
Llegamos a Vega de Pas, km 62,
Primer avituallamiento y reagrupamiento de la carrera. Dejamos la bicis y
comenzamos a realizar movimientos que nos hagan entrar en calor poco a poco, no
paro de temblar, Ivan tiembla aún más. Vamos acercándonos a recoger algo para
comer, beber y reponer fuerzas. Cuando estoy recogiendo el
avituallamiento, oigo -” ….. Aupa Igor, menudo frío ehhh…”- ( Es Igor Antón) ,
que responde con su acento Euskaldun -” … bueno Frrrio no, más bien Frresco
….”.- , imagino que esta percepción entre Fresco y Frío te la da alguna que
otra etapilla de Gran Vuelta mientras coronas Tourmalet o similar con mucha
lluvia y algo de FRRRESCO.
Vuelvo con el resto y llega Jon,
trae cara rara, como de tener frío, y lo primero que me dice -”.... y mis
zapatillas de Invierno en el coche …” , alli estan bien melón.
Pregunto si hay alguna escapatoria
de la ruta hacia Villarcayo, Oskar me dice que si, Javi y Alan comentan que ya
hemos pasado lo malo y de aquí para adelante despeja, el poder de
autoconvencimiento que tienen es bestial mientras cada uno intenta entrar en
calor como puede, y como nadie secunda la moción, minutos más tarde nos vamos
colocando para iniciar la marcha de nuevo, Ivan esta a mi lado aún
tiritando.Oskar me comenta que ha visto cómo metían a un chico en la ambulancia
con una tiritona de miedo, principio de hipotermia imagino. Guipu y yo nos guardamos el
chubasquero porque iniciamos la subida a La Braguia, segunda dificultad del
dia, y como va a despejar ya no nos hará falta. Se empieza a estirar de nuevo la
serpiente ciclista mientras comenzamos a ascender.
Subida no muy complicada y buen
asfalto, desde el principio las piernas ya no van bien, no entran en calor, me
cuesta coger un ritmo bueno. Alan tira para adelante y ya no le volvería a ver
hasta llegar al coche. Los demás vamos subiendo poco a poco. Pasada la mitad del puerto de nuevo
se cierne sobre nosotros la niebla, nos engulle, y seguimos para arriba, parece
que las piernas van algo mejor y consigo coronar con Javi mientras la niebla
vuelve a desaparecer al iniciar el descenso.
Parece que hace menos frio aqui,
comenzamos la bajada y unas curvas más abajo de nuevo la lluvia. Javi me indica
que paremos para poner el chubasquero, es esas estamos cuando nos pasan el
resto, Oskar nos grita “- …. Flojosssss ….”- y Gorka “- …. si no queda nada …”-
, lo suficiente para helarte otra vez. La lluvia no muy fuerte continúa
cayendo y el descenso con precaución aunque más rápido que el anterior. El frío
es menos intenso, pienso que esto ya va mejorando. Pasamos a Iván y llegamos al final
de la bajada, cruce a derecha y sin más de nuevo para arriba, tercer ascenso,
El Caracol, la trampa de esta marcha.
Plato pequeño, subo un par de
coronas y comenzamos a coger ritmo. De nuevo las piernas como troncos, no van,
noto el frío en ellas. Javi va a mi lado “ …. venga vamos suave y poco a poco
…”- me dice, ( Claro como tu tienes el dia tonto …. jeje). Le indico que tire
para arriba, no, se convierte en mi fiel escudero durante los primeros kms.
Vamos sumando metros a la ascensión bajo una lluvia que cada vez arrecia más,
alcanzamos a Oskar y Javi tira para arriba con mejor ritmo que nosotros. Oskar
y yo seguimos juntos, bromeamos con otros participantes sobre la lluvia y Oskar
recuerda que su chubasquero está en el coche, alli esta bien melón!!!! A mitad del Caracol parece que las
piernas van entrando en calor y voy descolgando a Oskar, el ritmo va mejor y
llegó con fuerza a la cima.
La lluvia ha cesado aquí arriba,
Javi y Gorka ya están comiendo en el avituallamiento y yo hago lo propio. Al
poco llega Oskar, hidratación, alimentación y evacuación de aguas menores para
emprender la marcha. Aparece Iván cuando salíamos, “-.... venga, coge algo para
comer y sobre la marcha …”- le indica Gorka. De nuevo iniciamos otro descenso,
aquí si se hace notar el intenso frío de nuevo, esta cara estaba más expuesta
al norte que la anterior. Asfalto mojado, frío intenso, otra vez los dedos
empiezan a perder sensibilidad, el frío inunda mi cuerpo y no estoy cómodo, poco
a poco me van cogiendo unos metros en la bajada, solo queda tras de mi Ivan,
bueno y Jon que no le volvimos a ver hasta terminar.
Fin del caracol y comienza sin
tregua la ascensión del día , El Portillo de Lunada, 14 kms fáciles de desnivel
pero que hoy serían más duros de los normal. Oskar, Javi y Gorka me llevan unos
100 mts, pero soy incapaz de recortarlos, las piernas de nuevo congeladas, me
duelen los cuádriceps. Los mantengo siempre a esa distancia y vamos recortando
kms a la interminable subida. En la cima nos aguarda la niebla de nuevo. Voy adelantando participantes y de
mitad para arriba, de nuevo parece que las piernas vuelven a funcionar. Ya
queda menos, envuelto en la manta blanca de la humedad, alcanzó el Mirador, “-
…. 2 kms y la cima….”- me digo, aprieto un poco el ritmo y al fondo intuyo a
Gorka, le alcanzó, último kms, “ … venga vamos …” le exhalo como puedo, se pone
a mi rueda y juntos alcanzamos la cima a buen ritmo.
Avituallamiento, comer, beber y la
foto de rigor en el cartel del puerto. Hace frío y decidimos comenzar la
bajada. Por fin una bajada seca, en dos kms
desaparece la niebla y el resto de bajada muy rápida y muy muy fría, llegamos
congelados a Las Machorras. Vamos pedaleando con calma para entrar en calor el
llaneo hasta Espinosa de los Monteros haciendo grupeta con otros participantes.
Ya no tendremos más lluvia ni frío
durante la marcha, (y pa que quieres más…). Atravesamos Espinosa y el ritmo
empieza a ser intenso, un repecho nos hace ponernos en pie y apretar de lo
lindo, me pongo delante y tiró para no
descolgarnos del grupo, menudo calentón, largas rectas de llano y esto no para, miro el garmin 46 kms/hr ( a
rueda claro). En un respiro giró la cabeza y no veo a ninguno de mis
compañeros, me dejo caer en la grupeta y no están, tampoco se les ve a lo
lejos, que hago? Me quedo solo y hasta que lleguen? Las ganas de llegar y
ducharme hacen que cierre el hueco con la grupeta y me voy hasta Villarcayo a
un ritmo infernal, por la noche vi en Strava, que había hecho una media de 40
kms/hr en los últimos 40 kms. Se acabó, meta y para el coche. Alan
no está, su bici sí. Le llamo y esta saliendo de la ducha, en 1 min esta en el
coche.
Dejó todo allí, cojo la mochila y a
la ducha. Menuda mierda, esta lleno, 20 tios sudados en 8 mts2, y de las 4
duchas solo funciona medio bien 1. Bueno pues en pelotas y a la cola, que
lentitud, me toca, en una ducha sale un hilo de agua caliente con el que
mojarte con las manos, te jabonas como puedes y cuando termina otro pasas a la
siguiente ducha con tres hilos de agua para enjuagarte, no hay derecho a unas
duchas como estas. Lo he reclamado a la organización y me han dicho que lo
solucionaran para la próxima edición. Me estoy vistiendo cuando llegan
Javi, Oskar y Gorka, “ … donde os habeis quedado? …” les pregunto, -” …..
gorka, le ha dado un calambre en el repecho donde tu has tirado y hemos tenido
que parar …. “-, vaya ni me entere.
Me cago en la leche no he traído
calcetines limpios y las zapatillas son de agujeritos, no me jodas mas frio
nooooo. Menos mal que Gorka tiene unos de mas y me los deja. Llegan Ivan y Jon, hemos terminado
todos, perfecto. Duchados todos y recogido el material, decidimos acercar los
coches con las bicis cerca del Polideportivo donde comemos porque han aparcado
junto a nosotros una furgoneta de la que se bajan 2 individuos de dudosa reputación con una
mochila, todo esto conjeturas nuestras, seguro que llevan trabajando desde las
4 de la mañana los hombres y lo que querían era comer y dormir la siesta, pero
en fin , por si acaso.
Unos aparcan los coches y otros
vamos al poli a coger sitio. El menú a elegir paella o arroz, pues paella,
cerveza y pan, luego repetiriamos arroz con más cerveza y pan. Ya relajados comentamos la marcha,
nos reimos, soplamos y degustamos la paella con mas hambre que sabor.
Cuando decidimos repetir plato, Alan
se empieza a preocupar por su peso, -” … otro plato? a ver si voy a pesar más
esta noche que esta mañana….”-, duda si comerlo o no. Gorka, Oskar y Yo nos
levantamos y repetimos, llegamos a la mesa y Alan exclama -” … y el mio..”,
-”... pero quieres?...”- le preguntó, “... claro…” , vuelvo al mostrador y le
traigo otro plato, -” …. si has engordado luego no quiero saber nada…”- jajajaja Tripa llena, el cuerpo en calor,
esto ya tiene otra pinta. Decidimos tomar el café fuera y degustar la caja de
palmeras que nos ha traído Gorka. Te vas a convertir en el suministrador
oficial de Palmeras y Pañuelos.
Caminamos unos metros hasta el mismo
bar del año pasado, colocamos unas mesas fuera y pedido 2 cafés solos (1 con
Hielo), 2 cortados. 1 con leche, 2 descafeinados (1 de cafetera) y 4 chupitos.
(Diréis, y qué nos importan los cafés) Tuve que preguntarselo 5 veces a Javi
para decírselo al camarero porque era incapaz de recordarlo, tenía la mitas de
las neuronas aun congeladas. Cafecito y media caja de palmeras cerraron esta edición de la Iñigo Cuesta 2019, que siempre
recordaremos, y también tuvo su encanto aunque Jon se empeñe en decir que la
marcha es una porqueria, porque solo ha visto frío y agua.