sábado, 25 de mayo de 2019

IÑIGO CUESTA 2019 (Crónica de Rafa)

          Allá por principios de Febrero, se volvia a activar el grupo de wasap que habíamos creado con motivo de la Iñigo Cuesta 2018. Javi preguntaba si se había apuntado alguien a la cita que tan buen sabor de boca nos dejó el pasado 2018, La Marcha Iñigo Cuesta 2019. En pocos días estábamos los 7 que acudimos este año apuntados. El grupo de wasap se  pierde en la parte baja de la pantalla de móvil, hasta un par de semanas antes de la cita que vuelve a resurgir, el Guipu cuelga una previsión con lluvia para ese dia,

GUIPU  “ … esto no pinta nada bien, dan mogollón de agua…
OSKAR ”...no seas agonías, que faltan 15 días….”

Comienzan las risas, el buen ambiente previo a la marcha ya se respira.

          Un par de días antes de la marcha, concretamos coches para desplazarnos hasta Villarcayo y horario de salida. Gorka, Ivan, Oskar y Javi quedan a las 6.15 en Trapaga para cargar y salir, Alan me recoge a mi en Muskiz a la misma hora y quedamos con Jon en Sopuerta a las 6.35, que aunque decide ir con su coche, vamos juntos hasta el siguiente punto de encuentro. A las 6.50 nos juntamos todos en la gasolinera que hay a las afueras de Balmaseda. Todos sobre el cronómetro, sin retrasos.


          Desplazamiento tranquilo, sin incidentes ni lluvia y prácticamente a las 8.00 estamos en Villarcayo. Aparcamos junto a las duchas como habíamos comentado, para que sea más cómodo cuando terminemos la marcha. Hay muchos sitios libres, que se van llenando conforme se acerca la hora de las salida.
   
          Nos acercamos andando al Polideportivo para recoger la bolsa con el dorsal, maillot (este año amarillo), publicidad varia y demas, la mañana está fresca pero no llueve, ojala se quede asi le comento a Oskar, a ver si hay suerte me responde, pues yo creo que nos mojamos seguro (El Guipu otra vez). Tres amables chicas agilizan el reparto sin que se formen colas.  “ Estamos todos?” , ala pues a tomar un cafe.

          Retornamos sobre nuestros pasos, hasta la cafetería de la estación de autobuses. Ya se ve el ambiente ciclista, gente con bicis de aquí para allá, risas, explicaciones varias sobre el recorrido, etc... lo típico. Pedimos cafés y algunos algo para comer (Bollería, tortilla), nos sentamos y Alan se echa las manos a la cabeza porque me voy a tomar un café solo con dos azucarillos, junto con un pastel rebozado en chocolate,  - “ … Que solo me he tomado un café en casa …” - le comentó, y él nos deleita con su desayuno a base avena, cereales varios y mijo. Todos le miramos con cara entre sorprendidos y empachados, menos Gorka que se interesa por su dieta rica en hidratos, proteínas y minerales,  -” … eso que es alpiste …“- .

          Venga vamos que se hace tarde, -“ … un momento (comenta Oskar) foto…”-; le pedimos a un chico que la saque y nos vamos. Debimos de comprobar la foto, totalmente oscura, no se nos reconoce, el destino nos estaba avisando. Ya en los coches, bajamos las bicis y nos empezamos a vestir. Surgen las primeras dudas, que me pongo?,  Alan lo tiene claro -“ … a la guerra se va de corto…. “- , Jon que habita en el mismo planeta que yo me pregunta que voy a llevar, lo que ves le digo, (culotte largo de invierno, térmica gordita, maillot de la marcha, escarpines, guantes largos, lo normal para un dia como hoy), y me empiezan a llover críticas por todos lados, -“ … a Rafa no le hagas caso que esté no se pone de corto hasta el 20 de Agosto…”-, joder que fama. Total,  que Jon hace una mezcla entre invierno arriba y verano abajo. A los demás les puede más el postureo y la foto subiendo Lunada que la sensatec térmica, y eso que les recordé que el viernes había 3 grados en Lunada y mucho me temo que hoy no llegaríamos a esos 21 de mínima que exigen un culotte corto para mi.

          8:20 el tiempo justo, venga vamos a la salida que no llegamos. Rápidamente nos colocamos entre medias del pelotón que atiborra la calle donde está la salida. Oskar siempre atento a que no falte un recuerdo nos grita -“ … a ver, foto,  falta Ivan dónde está …”-  , se le ha olvidado el botellín comenta Gorka. Le vemos aparecer entre la multitud, se coloca, foto y el tiempo justo para guardar el móvil y arrancamos.



          Con un pie en el pedal y otro haciendo equilibrio pasamos la zona de cronometraje, botonazo al Garmin y a rodar. Giro a la izquierda, dejamos atrás la calle de la salida y enfilamos hacia las afueras de Villarcayo entre aplausos de algunos madrugadores. Oskar y Alan salen con ganas y los perdemos en los primeros kms. El rodar inicial se hace fácil, carretera cortada al tráfico, prácticamente llano y metido en el pelotón no se nota el escaso viento de la mañana. Van pasando los Kms y  ya hemos entrado en calor, siempre alerta por la cantidad de gente que formamos el pelotón y para evitar cualquier frenazo y susto vamos adelantando ciclistas de la interminable serpiente multicolor de predominante color amarillo que se dibuja a lo lejos.

          Dejamos a nuestra derecha el bonito pueblo de Puentedey con su inconfundible arco de Piedra excavado en la roca.  Unas ligeras gotas de agua comienzan a formar parte de mis gafas, la carretera aún está seca, poca cosa, ojala se quede asi y no vaya a mas, pienso para mi. Gorka me hace un gesto y comenta ,- “ … Mira allí…”-, a lo lejos las nubes empiezan a tornarse del color de los problemas. Para cuando lleguemos han pasado, le digo. En el ksm32 más o menos, giramos a izquierdas y comienza una subida que sin ser muy larga ni muy dura va poniendo a cada uno en su sitio. Justo al inicio de esta, cogemos a Oskar Y Alan, -“ … Os estábamos esperando… “- dice Oskar, ya veo 30 kms para cogeros. Terminamos la subida y enlazamos con la carretera que más adelante bordea el pantano de Arija y nos conduce hasta Reinosa, pero la marcha se desvía antes de comenzar el puerto del Escudo y tomamos dirección hacia la primera dificultad del día, El alto de LA MATANELA.


          Nos reagrupamos y comenzamos a subir tranquilos, solo nos falta Jon que se quedo mas atras. La subida cómoda, la carretera un poco rota quizás, pero sin complicación. Mis piernas van muy bien, subo sin problemas, controlando el pulso pero a buen ritmo. Javi se acerca a mi y me comenta -” … hoy tengo el dia tonto…”- , joder, ya he oído eso más veces, y cuando el Guipu te dice eso, significa no intentes seguir su rueda porque te va a fundir, vamos, que esas patillas que tiene van solas hoy.

          Sobre nuestras cabezas las nubes cada vez se van pesando más, y en lo alto del puerto se deja intuir una espesa niebla. Rápidamente alcanzamos la parte más fácil de la subida, un falso llano que nos permite rodar más rápido y que nos adentra sin más dilación en la espesa niebla. Alcanzó a Alan que nos llevaba unos metros de distancia y juntos continuamos la subida.


          El asfalto comienza a estar húmedo, la niebla impregna nuestra ropa y dificulta la visibilidad, aunque gracias al esfuerzo y al calor que genera nuestro cuerpo aun no tenemos una percepción clara de la humedad. Coronamos el alto de La Matanela y comienza a Llover, aún envueltos en la niebla que poco a poco tendería a desaparecer para dar lugar a una lluvia más intensa y un viento racheado y frío que recorre todo el altiplano que transitamos. Le digo a Alan que paremos para ponerme el chubasquero ( soy incapaz de ponerlo en marcha, como alguna vez he visto al habilidoso de Josu Hierro hacerlo, y mis maltrechos hombros no me permiten muchas jiribillas, y menos hoy), mientras intento atinar a cerrarlo nos pasan Oskar, Javi, Gorka e Iván, -“.... venga vamos que estan ahi ….”-  me grita Alan, arrancó y nos ponemos detrás de ellos.

            Comenzamos a rodar por la pequeña meseta que hay desde que coronas el puerto hasta la bajada propiamente dicha, la lluvia ya nos moja de forma contundente y el viento racheado mueve nuestras monturas de forma poco previsible, el frío comienza a notarse. Enfilamos la bajada tapados por la ladera de la montaña, pasó a Iván y Gorka y me pongo a rueda de Oskar. La lluvia no cesa, nuestro cuerpo no genera calor, mis ojos a través de las gafas medio empañadas y la otra mitad pixeladas por las gotas de agua, intuyen las curvas que describe el asfalto mojado con la hojarasca resbaladiza adherido a él y alguna que otra muestra de que el ganado pasta libre por esta zona. La lluvia ya recorre mi cara, el chubasquero sive de tobogan para la gotas que recalan en los guantes, noto como el agua recorre la entrepìerna y se desliza culotte abajo hasta las zapatillas y el frío cada vez se agudiza más en todo el cuerpo.

          La bajada con mucho tacto y precaución, sigo la rueda de Oskar prudente en todo momento. Algunos participantes nos pasan rápido apurando las frenadas, no con algún que otro problema y demostrando que el nivel de anormalidad se esta elevando al máximo esta edición 2019. Se van sucediendo los kms sin dar pedales prácticamente y el frío va en aumento, me duele la frente, las manos no la siento, he perdido por completo el tacto, bastante que soy capaz de agarrarme y poder hacer el mínimo empuje para frenar (hoy si que puedo decir SI a los frenos de disco hidráulicos), y los dedos de los pies empiezan a perder sensibilidad.

          Oskar entre curva y curva suelta una mano y la agita intentando que circule la sangre y aporte algo de calor, yo soplo la mía a forma de tubo, ganando calor que pierde inmediatamente al agarrarme para frenar de nuevo. EL intenso frío ya ocupa todo mi cuerpo. Llegamos al final de bajada, a dejado de llover, pero el frío es insoportable, estoy tiritando. Quiero subir unos piñones para rodar los 3 kms que restan hasta la Vega de Pas donde reagrupan la carrera pero no va, - “ …. se habra jodido el cambio electrónico con la lluvia? …. “- me digo, tiro de riñones para coger inercia, sopló las manos y comentó con Oskar sobre el frío, intentó de nuevo cambiar y ahora si, el problema no era el cambio, era yo que no tenía sensibilidad y no atinaba a dar los botones del cambio.


          Llegamos a Vega de Pas, km 62, Primer avituallamiento y reagrupamiento de la carrera. Dejamos la bicis y comenzamos a realizar movimientos que nos hagan entrar en calor poco a poco, no paro de temblar, Ivan tiembla aún más. Vamos acercándonos a recoger algo para comer, beber y reponer fuerzas. Cuando estoy recogiendo el avituallamiento, oigo -” ….. Aupa Igor, menudo frío ehhh…”- ( Es Igor Antón) , que responde con su acento Euskaldun -” … bueno Frrrio no, más bien Frresco ….”.- , imagino que esta percepción entre Fresco y Frío te la da alguna que otra etapilla de Gran Vuelta mientras coronas Tourmalet o similar con mucha lluvia y algo de FRRRESCO.
Vuelvo con el resto y llega Jon, trae cara rara, como de tener frío, y lo primero que me dice -”.... y mis zapatillas de Invierno en el coche …” , alli estan bien melón.

          Pregunto si hay alguna escapatoria de la ruta hacia Villarcayo, Oskar me dice que si, Javi y Alan comentan que ya hemos pasado lo malo y de aquí para adelante despeja, el poder de autoconvencimiento que tienen es bestial mientras cada uno intenta entrar en calor como puede, y como nadie secunda la moción, minutos más tarde nos vamos colocando para iniciar la marcha de nuevo, Ivan esta a mi lado aún tiritando.Oskar me comenta que ha visto cómo metían a un chico en la ambulancia con una tiritona de miedo, principio de hipotermia imagino. Guipu y yo nos guardamos el chubasquero porque iniciamos la subida a La Braguia, segunda dificultad del dia, y como va a despejar ya no nos hará falta. Se empieza a estirar de nuevo la serpiente ciclista mientras comenzamos a ascender.

          Subida no muy complicada y buen asfalto, desde el principio las piernas ya no van bien, no entran en calor, me cuesta coger un ritmo bueno. Alan tira para adelante y ya no le volvería a ver hasta llegar al coche. Los demás vamos subiendo poco a poco. Pasada la mitad del puerto de nuevo se cierne sobre nosotros la niebla, nos engulle, y seguimos para arriba, parece que las piernas van algo mejor y consigo coronar con Javi mientras la niebla vuelve a desaparecer al iniciar el descenso.

          Parece que hace menos frio aqui, comenzamos la bajada y unas curvas más abajo de nuevo la lluvia. Javi me indica que paremos para poner el chubasquero, es esas estamos cuando nos pasan el resto, Oskar nos grita “- …. Flojosssss ….”- y Gorka “- …. si no queda nada …”- , lo suficiente para helarte otra vez. La lluvia no muy fuerte continúa cayendo y el descenso con precaución aunque más rápido que el anterior. El frío es menos intenso, pienso que esto ya va mejorando. Pasamos a Iván y llegamos al final de la bajada, cruce a derecha y sin más de nuevo para arriba, tercer ascenso, El Caracol, la trampa de esta marcha.

          Plato pequeño, subo un par de coronas y comenzamos a coger ritmo. De nuevo las piernas como troncos, no van, noto el frío en ellas. Javi va a mi lado “ …. venga vamos suave y poco a poco …”- me dice, ( Claro como tu tienes el dia tonto …. jeje). Le indico que tire para arriba, no, se convierte en mi fiel escudero durante los primeros kms. Vamos sumando metros a la ascensión bajo una lluvia que cada vez arrecia más, alcanzamos a Oskar y Javi tira para arriba con mejor ritmo que nosotros. Oskar y yo seguimos juntos, bromeamos con otros participantes sobre la lluvia y Oskar recuerda que su chubasquero está en el coche, alli esta bien melón!!!! A mitad del Caracol parece que las piernas van entrando en calor y voy descolgando a Oskar, el ritmo va mejor y llegó con fuerza a la cima.


          La lluvia ha cesado aquí arriba, Javi y Gorka ya están comiendo en el avituallamiento y yo hago lo propio. Al poco llega Oskar, hidratación, alimentación y evacuación de aguas menores para emprender la marcha. Aparece Iván cuando salíamos, “-.... venga, coge algo para comer y sobre la marcha …”- le indica Gorka. De nuevo iniciamos otro descenso, aquí si se hace notar el intenso frío de nuevo, esta cara estaba más expuesta al norte que la anterior. Asfalto mojado, frío intenso, otra vez los dedos empiezan a perder sensibilidad, el frío inunda mi cuerpo y no estoy cómodo, poco a poco me van cogiendo unos metros en la bajada, solo queda tras de mi Ivan, bueno y Jon que no le volvimos a ver hasta terminar.

          Fin del caracol y comienza sin tregua la ascensión del día , El Portillo de Lunada, 14 kms fáciles de desnivel pero que hoy serían más duros de los normal. Oskar, Javi y Gorka me llevan unos 100 mts, pero soy incapaz de recortarlos, las piernas de nuevo congeladas, me duelen los cuádriceps. Los mantengo siempre a esa distancia y vamos recortando kms a la interminable subida. En la cima nos aguarda la niebla de nuevo. Voy adelantando participantes y de mitad para arriba, de nuevo parece que las piernas vuelven a funcionar. Ya queda menos, envuelto en la manta blanca de la humedad, alcanzó el Mirador, “- …. 2 kms y la cima….”- me digo, aprieto un poco el ritmo y al fondo intuyo a Gorka, le alcanzó, último kms, “ … venga vamos …” le exhalo como puedo, se pone a mi rueda y juntos alcanzamos la cima a buen ritmo.

          Avituallamiento, comer, beber y la foto de rigor en el cartel del puerto. Hace frío y decidimos comenzar la bajada. Por fin una bajada seca, en dos kms desaparece la niebla y el resto de bajada muy rápida y muy muy fría, llegamos congelados a Las Machorras. Vamos pedaleando con calma para entrar en calor el llaneo hasta Espinosa de los Monteros haciendo grupeta con otros participantes.
Ya no tendremos más lluvia ni frío durante la marcha, (y pa que quieres más…). Atravesamos Espinosa y el ritmo empieza a ser intenso, un repecho nos hace ponernos en pie y apretar de lo lindo, me pongo delante y tiró  para no descolgarnos del grupo, menudo calentón, largas rectas de llano  y esto no para, miro el garmin 46 kms/hr ( a rueda claro). En un respiro giró la cabeza y no veo a ninguno de mis compañeros, me dejo caer en la grupeta y no están, tampoco se les ve a lo lejos, que hago? Me quedo solo y hasta que lleguen? Las ganas de llegar y ducharme hacen que cierre el hueco con la grupeta y me voy hasta Villarcayo a un ritmo infernal, por la noche vi en Strava, que había hecho una media de 40 kms/hr en los últimos 40 kms. Se acabó, meta y para el coche. Alan no está, su bici sí. Le llamo y esta saliendo de la ducha, en 1 min esta en el coche.


          Dejó todo allí, cojo la mochila y a la ducha. Menuda mierda, esta lleno, 20 tios sudados en 8 mts2, y de las 4 duchas solo funciona medio bien 1. Bueno pues en pelotas y a la cola, que lentitud, me toca, en una ducha sale un hilo de agua caliente con el que mojarte con las manos, te jabonas como puedes y cuando termina otro pasas a la siguiente ducha con tres hilos de agua para enjuagarte, no hay derecho a unas duchas como estas. Lo he reclamado a la organización y me han dicho que lo solucionaran para la próxima edición. Me estoy vistiendo cuando llegan Javi, Oskar y Gorka, “ … donde os habeis quedado? …” les pregunto, -” ….. gorka, le ha dado un calambre en el repecho donde tu has tirado y hemos tenido que parar …. “-, vaya ni me entere.



          Me cago en la leche no he traído calcetines limpios y las zapatillas son de agujeritos, no me jodas mas frio nooooo. Menos mal que Gorka tiene unos de mas y me los deja. Llegan Ivan y Jon, hemos terminado todos, perfecto. Duchados todos y recogido el material, decidimos acercar los coches con las bicis cerca del Polideportivo donde comemos porque han aparcado junto a nosotros una furgoneta de la que se bajan  2 individuos de dudosa reputación con una mochila, todo esto conjeturas nuestras, seguro que llevan trabajando desde las 4 de la mañana los hombres y lo que querían era comer y dormir la siesta, pero en fin , por si acaso.



          Unos aparcan los coches y otros vamos al poli a coger sitio. El menú a elegir paella o arroz, pues paella, cerveza y pan, luego repetiriamos arroz con más cerveza y pan. Ya relajados comentamos la marcha, nos reimos, soplamos y degustamos la paella con mas hambre que sabor.

          Cuando decidimos repetir plato, Alan se empieza a preocupar por su peso, -” … otro plato? a ver si voy a pesar más esta noche que esta mañana….”-, duda si comerlo o no. Gorka, Oskar y Yo nos levantamos y repetimos, llegamos a la mesa y Alan exclama -” … y el mio..”, -”... pero quieres?...”- le preguntó, “... claro…” , vuelvo al mostrador y le traigo otro plato, -” …. si has engordado luego no quiero saber nada…”- jajajaja Tripa llena, el cuerpo en calor, esto ya tiene otra pinta. Decidimos tomar el café fuera y degustar la caja de palmeras que nos ha traído Gorka. Te vas a convertir en el suministrador oficial de Palmeras y Pañuelos.

          Caminamos unos metros hasta el mismo bar del año pasado, colocamos unas mesas fuera y pedido 2 cafés solos (1 con Hielo), 2 cortados. 1 con leche, 2 descafeinados (1 de cafetera) y 4 chupitos. (Diréis, y qué nos importan los cafés) Tuve que preguntarselo 5 veces a Javi para decírselo al camarero porque era incapaz de recordarlo, tenía la mitas de las neuronas aun congeladas. Cafecito y media caja de palmeras cerraron esta edición de  la Iñigo Cuesta 2019, que siempre recordaremos, y también tuvo su encanto aunque Jon se empeñe en decir que la marcha es una porqueria, porque solo ha visto frío y agua.