Hace algo más de 6 meses que
Natxo, David y yo fuimos a inspeccionar el recorrido de esta ruta, que más
tarde íbamos a proponer al grupo. Por desgracia, el tiempo cambió radicalmente
y tuvimos que suspenderla por las lluvias, ya que el canal, de 2 kilómetros por
el que teníamos que pasar, estaría con agua y por lo tanto algo peligroso.
El 12 de Mayo es la nueva fecha
propuesta para poder volver a intentar hacer dicha ruta y al final con el
tiempo más benévolo, 9 valientes (Iñigo, Alberto Bernaldez, Manu, Oskar, Gipu,
Angel, Alde, David y un servidor), nos vamos a por ella. A
las 7:30h se queda en el poli y desde ahí, una vez montadas las bicis en
los coches nos dirigimos a Guriezo.
Ya en el coche, me viene el
recuerdo de Natxo, que por estar convaleciente no va a poder estar con nosotros
recordando la ruta que hicimos unos meses atrás.Una vez allí, nos entran algunas
dudas sobre que ropa llevar, ya que hay 7 grados, pero sabiendo que en cuanto
nos pongamos a subir nos sobrará la ropa.
Empezamos ruta y ya empiezan los
primeros problemas con los Garmin, ya que estos no cogen bien la señal. Menos
mal que tenemos buena memoria y recordamos la ruta de la vez anterior. Al poco de empezar, Don Manu da
con los huesos en el suelo, no sabemos si está todavía dormido o si en el café
que le han preparado en el bar de la abuela, le han puesto alguna carga extra
de algo. Se levanta sin problemas y sin entender muy bien el motivo de la caída
seguimos la ruta bordeando el rio Agüera. Sin comerlo ni beberlo nos
presentamos en el inicio de la subida, como es habitual, el jolgorio y la
chachara se acaban de inmediato y cada cual va cogiendo su ritmo.
Pasado un buen rato y con las
pierna calentitas, llegamos a la estación eléctrica donde la cosa se allana y
la chachara aparece de nuevo. Poco dura lo bueno y enseguida estamos otra vez
tirando hacia arriba buscando el embalse del Juncal, aunque antes de esto nos
quedan dos repechos de los de como dice David, se te caen los huevos al suelo.
Alderete nos abre el camino, siempre llevando el ritmo justo para no abrir
huecos muy grandes entre nosotros, es decir, filosofía BTTANDO. Por fin llegamos al embalse y como no puede
ser de otra forma nos tomamos un respiro y sacamos unas fotakos de las buenas. Precioso
lugar y preciosas vistas. Curiosamente, nada más bajarme de la bici, me encuentro una moneda de 2€ gracias a mis
lentillas supersónicas.
En esta ocasión el nivel del agua
está muy por debajo de la anterior vez. Se nota que el invierno ha sido seco. En esta segunda foto se puede
observar los acoples de la bici de iñigo que no sabemos porque aparece y se
cruza en muchas de nuestra fotos. Al fondo podemos ver la ermita de
la virgen de las nieves.
En poco más de diez minutos
llegamos al canal del Juncal. Bajamos directos a él y Alde es el primero en
entrar. Se queda mirando una vaca muerta en proceso de descomposición, cuando
delante de él, un buitre, que a buen seguro se la estaba comiendo, sale justo
delante suyo a unos 10 metros. Le digo que pare (Alde no lo había visto al
estar mirando la vaca) ya que el buitre ha salido corriendo delante de su bici
y se queda unos segundos delante nuestro, hasta que se deja caer por la
vaguada.
Empezamos nuestro trayecto por el
canal y Oscar me dice que recuerde que llevamos 12,1 kilómetros, de esta manera
sabremos cuanto tiene de largo cuando lo terminemos. Las vistas a nuestra derecha son
espectaculares, ya que tenemos una impresionante vaguada llena de árboles
autóctonos y de variadas especies (robles, hayas, acebos, espinos…)
Como se ve en la imagen, el canal
tiene algo de agua y en algunas zonas patina y si no que se lo digan a nuestro
amigo Angel. Al final del canal, una cabra que está dentro nos obliga a minorar
la marcha y así será hasta que se acabe el canal.
Pasado el canal mayor, entramos
en un hayedo impresionante, en el cual discurrimos por la derecha de otro
pequeño canal. Es un sendero precioso y serpenteante, por él no te puedes
despistar, ya que hacia la derecha hay una caída que en algunas zonas es
considerable. La zona es digna de pararse y
deleitarse con los grandes árboles y con el verdor de la zona.
Al final de este
hayedo, llegamos a un puente de madera y una vez cruzado, optamos por hacer el
merecido hamaiketako.
Como mesa de operaciones elegimos
el tronco de árbol más horizontal posible.
Al chico este de OMEGA nos lo
encontramos por allí perdido y le invitamos a comer algo.
El de Aramaio dando lecciones de
bota.
Una vez finiquitadas las viandas,
seguimos nuestra ruta. Con la tripa llena, nos toca subir un par de repechones
de los jodidos de verdad y con mucha piedra suelta. A toro pasado, tanto David
como yo, creemos que hubiera sido mejor hacer el hamaiketako debajo mismo de la
virgen de las nieves, pero no sabíamos si iba a hacer mucho aire o no. En nada llegamos al cruce de la
carretera y Alde nos dice agur, ya que va mal de tiempo, pues su mujer trabaja
por la tarde y él se tiene que hacer cargo de los niños. Nosotros nos dirigimos a las
faldas de la virgen de las nieves. Angel comenta que otro día vendrá y subirá
hasta arriba, pero andando claro!! Subir en bici parece complicado por el
desnivel de la propia subida.
Ya solo queda tirarnos para
abajo. Por no dar la vuelta a la virgen y retomar el camino andado, decidimos
bajar por un sendero muy técnico y peligroso que nos obliga a desmontar de la
bici varias veces. Ya en la pista de bajada al
pueblo, Oscar se detiene de repente al oír unos ruidos en la parte delantera de
su bici. Cuál es nuestra sorpresa, cuando nos dice que lleva el cierre rápido
de la rueda totalmente suelto. Menos mal que no le ha dado por pegar algún
salto!!!
Solucionado el percance, seguimos
nuestro descenso y nos detenemos de nuevo. Una bella “pastorcita” nos pide que
esperemos para no asustar a sus vaquitas, ya que está intentando meterlas en
una campa próxima. Alguno de los allí presentes, nos hace ver los buenos
atributos de dicha pastora jiji y ahí lo dejo, que si no
todo se sabe.
Llegados a los coches, montadas
las bicis en los portas y adecentados un poco, nos dirigimos a recoger el
premio a tanto esfuerzo. Esa caña de cerveza fresquita acompañada de una chica
en minifaldas y de la pastorcita que curiosamente nos encontramos en la terraza
del bar. DIOS EXISTE!!!