domingo, 21 de agosto de 2016

NOJA - LA SÍA - NOJA... por Ramales

          La pasada Semana Santa creamos un pequeño grupito de whatsapp entre unos pocos que nos solemos juntar en Noja con la flaca sobre todo. Después de un verano en el que hemos coincidido más bien poco y de no conocer personalmente todavía a varios de los miembros del grupo surge la idea de hacer una ruta especial, con algo más de entidad. Lopa propone Lunada, espectacular ascensión en un paraje único pero demasiado dura para mi gusto. Yo, por mi parte, propongo La Sía pero yendo y volviendo por Ramales para evitar la dureza de Fuente Las Varas y Cruz de Usaño después de los kilómetros que llevaremos en las patas. Le tengo ganas al Portillo de La Sía. Cuando en Semana Santa vinimos Lopa, Lemos y yo hasta el Collado del Asón por Fuente Las Varas volviendo por La Gándara, me quedé con muchísimas ganas de ascenderlo.

            Al final no vamos a ser muchos de la partida. Lemos tiene compromisos, Lopa a pesar de querer Lunada acepta La Sía que respaldada por Ander es la ruta que finalmente realizaremos. Cuando casi con toda seguridad vemos que seremos tres, le comento a Josu, un amiguete del camping que es un makina corriendo y que últimamente le ha dado por preparar triatlones. Hora de salida las 7.30 horas. Todos preferimos madrugar un poco antes que tener que volver más tarde a casa. La previsión meteorológica es fenomenal. La animación la pondremos nosotros.

No podía faltar la foto de Lopa haciendo el indio
          7.20 horas y quedamos en la barrera del camping Ander, Josu y yo. Salimos en dirección a la farmacia donde hemos quedado con Lopa que se encuentra allí esperándonos. Sin detenernos siquiera nos dirigimos a la rotonda de Castillo, de aquí a Argoños, Gama y nos pegamos nuestro primer calentón en el repecho de la rotonda de la autopista. Llevamos un ritmo alegre pero cómodo, que nos permite una animada conversación. En Treto nos desvíamos a la derecha hacia San Miguel de Aras y una vez cruzada la Ría de Rada hacia la izquierda dirección Carasa. Nos encontramos en la carretera que nos llevará hasta Gibaja. Un trazado que conocía hasta Ampuero pero que desde allí hasta Gibaja era completamente desconocido para mí. Gracias a Lopa y a Lemos en nuestro regreso del Collado del Asón en Semana Santa pude descubrir esta carretera completamente vacía de tráfico y muy, muy agradable de pedalear, además de fácil.

          Una vez en Gibaja y cuando tomamos la N-629... ¡el segundo calentón de la jornada! poco antes de llegar a Ramales. Una vez superado y dejando atrás la carretera que se dirige a Karrantza realizamos nuestra primera parada técnica cuando llevamos 1.30 horas de pedaleo desde Noja, más o menos lo que yo había calculado hasta Ramales. Perfecto. Una vez en Ramales nos desvíamos a la derecha por la carretera que se dirige a Arredondo. 11 km que recorreremos en apenas media hora. Mucho tiempo que no venía por aquí. quizás más de cinco años. Lo recordaba más pestoso. Igual es que no estaba de forma como ahora. ¡quien sabe! Nos detenemos en Arredondo (la capital del mundo) para repostar agua  y nos disponemos a emprender el ascenso a nuestro primer objetivo del día, Collado del Asón.

          Repasando un poco los compañeros de viaje me doy perfecta cuenta de que soy el más flojo de los tres. Lopa... sí, ya sabemos que no está andando mucho, pero es igual... nunca va mal. Ander aunque la anterior vez que coincidí con él fue en Semana Santa en Peña Cabarga y no ascendió por no estar en forma ha hecho los deberes y en alguna de las salidas con la gente de Noja ha evidenciado que no está como antes. Josu... Josu es una incognita. Pero es un makina corriendo. hace un par de años ganó la Herri Krosa de Trapaga y no creo que alguien así vaya a ir mal en bici... Visto lo visto solo me queda apretar los dientes y sufrir para no retrasarles demasiado. Mi aumento de peso producto de un verano sin restricciones no va a ayudar mucho tampoco.

          Una vez en la carretera del puerto tres kilómetros de falso llano con el Asón a nuestra izquierda y en un entorno bucólico son el marco ideal para comenzar la subida. Cruzamos el río y se empieza a ascender por rampas no demasiado inclinadas durante un par de kilómetros. Es a partir del km 5 desde el cruce cuando la pendiente se sitúa en torno al 7%. Porcentaje que no disminuirá hasta alcanzar el Collado del Asón. Es al comienzo de estas rampas cuando poco a poco y como es costumbre voy encontrando mi lugar natural en el grupo. Lopa y Josu se van por delante y Ander se queda amablemente conmigo acompañandome en estos inicios de ascensión. Para Ander igual que para Josu es su primera vez. Como no puede ser de otra forma el ritmo permite una convesación muy agradable. Al fondo a la derecha, apenas imperceptibles en esta época del año, las cascadas donde nace el Asón. Cuando vinimos por aquí en Semana Santa Lemos, Lopa y yo el espectáculo era impresionante por la cantidad de agua que caía.

          Tres kilómetros y medio al 7% antes de llegar a la primera curva de herradura consiguen que casi no veamos allá a lo lejos a Lopa y Josu. Es aquí cuando veo en Ander las primeras muestras de flaqueza. Hasta ahora, y quizás era así, me daba la sensación de que Ander iba esperándome a mí. Parece que sufre, tiene cara de no encontrarse bien. Aflojo mi ritmo y le acompaño en estas cuatro curvas de herradura que forman parte de lo más pintoresco de la subida. Cuando faltan apenas 300 metros no puedo evitar incrementar el ritmo para llegar al Alto del Collado del Asón donde esperaré a Ander. Me asomo al otro lado del Collado buscando a Lopa y Josu pensando que quizás hubiesen parado aquí para agruparnos pero no. Con buen criterio y sabiendo que ibamos todos acompañados han decidido continuar hacia arriba sin detenerse.

          Poco después llega Ander que se encuentra rematadamente mal. Le animo a continuar conmigo hasta donde comienza propiamente La Sía, en el cruce hacia La Gándara. Pienso que puede ser una agonia para el el regreso en solitario hasta Noja y le conmino a seguir aunque sea despacio despacio para que cuando bajemos nosotros, al menos vuelva acompañado. Acepta la primera parte y deja en suspense la segunda. Me comenta que de caja va bien pero que las piernas no le responden. Lleva en las patas alrededor de 70 km y le falta otros tantos para regresar.... ¡bufff!

        Cuando comienzo propiamente la ascensión a La Sía Ander va quedando poco a poco atrás. Allá arriba, a lo lejos, veo a Josu y Lopa, demasiado lejos para pensar en alcanzarles. Ander me grita por detrás que se da la vuelta, que parará en un bar y que nos esperará. Le digo que avise, a ver si nos vamos a pasar sin verle y le dejamos tirado... Hagas lo que hagas avisanos, le grito. Poco después de 1 km pedaleado y después de trazar una curva de herradura a derechas veo como Ander, al llegar a una casa de agroturismo un poco más abajo, se da la vuelta, se detiene y se abriga para empezar a bajar y emprender su particular peregrinación de regreso a casa.


Ander en el Collado del Asón ya de regreso, problemas físico le impidieron continuar hasta La Sía
           Yo por mi parte continúo disfrutando. Estoy acostumbrado ya en mis paseos en bizi a buscar la parte positiva de cada momento y el tener que subir sólo hasta La Sía no va ser lo que empañe un día para disfrutar. Me atrevo a aumentar el ritmo pero sin asfixiarme. Recordaba el puerto completamente expuesto, pelado, al estilo de Lunada o Estacas de Trueba, otros dos colosos de la Cordillera Cantabrica pero no. La Sía, En su parte central hay muchos tramos de sombra. Se sube fácil. Una vez superado los dos primeros km desde el cruxe de La Gándara, los más duros junto con los dos finales, el resto es muy llevadero, con rampas en torno al 6%. 

          Ni rastro de Lopa y Josu. Me da la sensación de que no iban "tan" rápido pero cierto es que los dos últimos km de Asón con Ander, el esperarle un rato allí y el comienzo tranquilo de la segunda parte han creado una distancia insalvable ya para mi. la sensación de libertad aquí es enorme. Una soledad impresionante me envuelve hasta que me alcanza un camión con un tíovivo de barracas del año de la polca... ¿pero que hace un tíovivo por aquí?. Antes de llegar al Collado del Asón, en un par de ocasiones (una en el pueblo de asón y otra en la curva a derechas antes de alcanzar el Collado) he visto grupos de gente con material de espeleología. Más arriba, muy poquito antes de entrar en un falso llano de nuevo gente con el mismo equipo. Al parecer la zona es un paraíso para los que practican esta actividad. 

          Nada más dejar atrás el grupo de espeleólogos la pendiente suaviza y entro en un terreno favorable que me permite observar lo poco que me queda para alcanzar mi objetivo, apenas 2,5 km. Me falta un kilómetro y medio cuando veo un ciclista que baja a mi encuentro... ¡Lopa! ¡Que grande! Palizón subiendo con Josu y todavía tiene arrestos el tío para bajar a buscar al resto. Me rebasa y me doy cuenta de que quizás vaya a buscar a Ander, ¡joder!  se va a bajar hasta Arredondo. Cuando me giro para gritarle veo que da la vuelta...¡menos mal!  Y el gran Lopa se pone a mi lado para exprimirme en este kilómetro y medio que falta para llegar arriba. ¡que cabrón!

          Le cuento lo de Ander, me dice que a Josu se le ha hecho largo al final, pero que él se ha encargado de animarle, alimentarle e incentivarle para llegar hasta arriba...¡pues bueno es! A mi, desde que se ha puesto a mi lado me está dando caña. Sabe que me gusta y a él le encanta ver como me intento exprimir... Pero en esta ocasión no aprieto todo lo que hubiera podido... ¡nos queda volver! Aún así aprieto. Acabo de consultar los datos del Polar y no se si es por Lopa o porque justo ahí empezaba de nuevo el tramo duro... pero las pulsaciones suben notoriamente. 

          El subidón que experimento cuando llego al punto más alto del Portillo de La Sía es una sensación que, no por conocida, deja de ser extasiante. Al fondo, ya en la provincia de Burgos, sentado y tomándose un merecidísimo descanso nos espera Josu recreándose con las espectáculares vistas sobre las Merindades. Comentamos las sensaciones vividas en la ascensión, expresamos la preocupación por Ander, admiramos la capacidad de Lopa, ... ¡mi Personal Trainer!  Y Josu... Sin andar en bici desde ni se sabe y hacerse la subida que se ha cascado... ¡que makina!
Portillo de La Sía. De izq. a dcha. Natxo, Josu y Lopa
          Después de sacar las fotos de rigor emprendemos raudos el descenso. Han transcurrido poco más de tres horas y media hasta alcanzar la cima del puerto, son las 11:15 horas  y debemos ponernos las pilas. Josu y yo nos ponemos ropa de abrigo y empezamos el descenso. Al poco Lopa se da cuenta de que debería haber hecho o mismo y, en un alarde de habilidad, destreza y ... temeridad (por las curvas) se pone el txubas sin detenerse. En nada nos deja atrás a Josu y a mi y un poco más tarde me quedo yo solo. Con el tonelaje que llevo encima y también me quedo atrás en los descensos... ¡en fin!

          Por un momento pienso que Lopa no va a parar en Collado de Asón y no he tomado fotografías al subir, le pego un grito para ver si lo oye pero afortunadamente en el cruce de La Gándara se detiene a esperarnos. Recorremos juntos el baja y sube hasta el Collado y nos detenemos a recrearnos de las maravillosas vistas que desde aqui se observan. ¡Que lejos queda aquel 2004 en que saqué fotografías igual a estas despues de ascender el Collado de Asón por primera vez!

Parada en el Collado del Asón para disfrutar del paisaje
          Les recuerdo a mis compis que a la altura del poblado de Ason bajen despacio para ver si Ander anda por allí y nos tiramos para abajo. Josu nos confirma que vendrá con la family. Cuantos somos los que después de extasiarnos con paisajes maravillosos traemos a nuestros familiares después para que experimenten la misma gozosa sensación. Ander no se encuentra en los bares de Asón y decidimos continuar hasta Arredondo, repostar líquidos allí e intentar poneros en contacto con él.

          Mientras repostamos agua en Arredondo, mismo lugar que hace unas horas, leo un mensaje de Ander en el whatsapp que nos tranquiliza en parte: "Chicos, doy media vuelta. Estoy muerto físicamente. Me echaréis mano de vuelta seguro. Porque el dolor de patas es increíble". Pues nada, toca llanear. A por ello. 

          Camino de Ramales estoy de subidón. Me encuentro fuerte, muy fuerte. Al final mi "prudencia" economizando energía tiene su premio ahora. Lopa me frena varias veces. No, No porque no pueda él. La víctima es el pobre Josu que después de haberle aguantado la subida a La Sía a Lopa está tocado. Se le va a hacer muy largo. 

          Después de dejar atrás Gibaja y antes de coger el desvío hacia Udalla un txirrindulari de La Cavada nos pide ayuda. ¿No tendréis una llave de allen? Inmediatamente paramos y nos disponemos a echar una mano. Es curioso, siempre que veo a alguien parado le pregunto si necesita a algo y a este que no lo había hecho... Toda la avería ha venido causada al parecer por el aflojamiento de un tornillo de la roldana del cambio. Después de volverse un poco loco con el paso de la cadena y hacer caso de nuestras indicaciones al final copiando de la bici de Lopa resuelve el problema y continuamos hacia Noja. Le preguntamos si su itinerario coincide con el nuestro y a pesar de ser afirmativa la respuesta dice que ira suave comprobando el correcto funcionamiento del cambio. Ok, hasta la vista.

          No transcurren ni tres kilómetros cuando el de La Cavada nos alcanza y volveremos a ser cuatro en el grupo. Lopa me recuerda constantemente que Josu viene fundido, que afloje un poco... Me encuentro demasiado bien, se me olvida. Además... hoy que puedo darle a Josu... ¡le doy! Me tomo venganza de cuando hace tres años gano la Herri Krosa de mi pueblo, jajajajajaja... Hemos dejado atrás el desvío a la Bienaparecida cuando me emparejo con el cuarto del grupo y entablamos animada charla en torno a los diferentes recorridos de la zona y al paraíso que es Cantabria en general para la bicicleta de carretera. En el cruce de la Ría de Rada nos despedimos. Se irá hacia Fuente Las Varas (venía de Alisas) y a mitad de descenso hacia Solorzano por Riaño se dirigirá a Entrambasaguas, al ladito mismo de La Cavada.

          Nosotros por nuestra parte vamos haciéndo camino poco a poco. Josu sufriendo pero con muchísima dignidad, aguantando un ritmo que otro (yo mismo) en su estado no hubiese podido soportar. Gama, Escalante... ¡El Portillo! 300 metros incrementando el ritmo hasta explotar literalmente a escasos 30 metros del cambio de vertiente. Exhausto, contento, cansado, feliz, ... No hay sprint a la entrada de Noja, decimos agur a Lopa donde le hemos encontrado esta mañana y llegamos al camping sobre las 14.00 horas. Casi casi clavando "el tiempo previsto por la organización", si no llega a ser por la asistencia técnica al de La Cavada....

          En cuanto llego a la parcela le llamo a Ander. Acaba de llegar. Se he detenido en Gibaja y se ha comido la barra de pintxos del bar. Eso le hizo revivir un poco y poder llegar hasta casa. Tremendo mérito el suyo. Enorme satisfacción la de todos. La bici nos aporta muchas cosas y sería imposible enumerarlas todas pero lo que no cabe ninguna duda es de que nos da VIDA!!!!!!!!! Otro día de ciclismo, otro día de compañerismo, de amistad, de risas, de bromas, de cansancio, ... otro día más... GOZATZEN!!!!!!!!