sábado, 14 de mayo de 2016

"LA IÑIGO CUESTA" ... PRESTATZEN!!!!!

          Una vez realizada la Pedales llega el momento de coger la flaca en serio para preparar el siguiente reto, La Iñigo Cuesta. Esta semana sólo he podido andar el martes y estaba fundido aún del esfuerzo del domingo para terminar con dignidad nuestra martxa, la de nuestro pueblo, la Pedales. El fin de semana que viene curro con lo cual sí o sí debo hacer una kilometrada este finde. Además faltan 15 días para la cita y es el momento ideal para probarnos y ver como estamos.

          Cuando nos apuntamos a esta martxa Iñaki y yo ambos enredamos a Oskar para que se animara y viniese con nosotros. Desafortunadamente Iñaki, por culpa de un percance laboral, no podrá acompañarnos, ¡nos queda pendiente para hacerla juntos! Las gestiones para buscar sustituto no dan frutos hasta que en el día de hoy "convencemos" a Ieltzu para que se una a nosotros, otro descerebrado claro, nos contestará en uno o dos días. Además de Ieltzu, Oskar y yo se animarán a venir con nosotros en el día de hoy Fernan y el aita de Ieltzu, Ángel. Un makina que conocí hace varios años en la Minero y que hace poco descubrí que era aita de Ieltzu.

          Cuando hablo con Oskar entre semana para ver qué hacemos el sábado le lanzo un par de propuestas una de unos 100 km y otra de unos 120, ambas con puertecitos varios. Después de convencer a Oskar para hacer la larga lanzamos la convocatoria  a BTTANDO especificando el recorrido para que nadie se llame a engaño. Trapaga, El Peso, La Escrita, Peña Ranero, Gibaja, Ampuero, Hoyomenor, La Granja, Las Muñecas, Muskiz y Trapaga. La víspera recibimos la agradable sorpresa de que Julio nos acompañará durante un tramo (hasta El Peso nos dice) y luego continuará ruta hacia Ampuero continuando su preparación para "El Soplau".

          Son las 8.00 horas cuando quedamos en el Polikiroldegi de Trapaga. Seis personas comenzamos la ruta. ¡Allá vamos!
          Comenzamos la ruta subiendo por la carretera de Portu para enlazar con el bidegorri que nos llevará hasta la playa y de allí a Muskiz donde, por la carretera de Sopuerta continuaremos nuestro pedaleo. La primera vez que coincido con la flaca con Fernan, Ieltzu y Julio. A mi el que me asusta es Julio, sus medias cuando le "fisgo" en el Strava atemorizan. Es un temor infundado puesto que ha demostrado sobradamente ser capaz, con la de monte, de acoplarse al ritmo del más lento sin ningún tipo de problema, pero ya sabemos que el miedo es irracional, que le vamos a hacer.

          Cuando camino de Sopuerta me toca ponerme al lado de él en cabeza del grupo, inconscientemente aumento el ritmo. No me doy cuenta pero cuando luego más tarde es Ieltzu quien pedalea a su lado y le decimos a Julio para que baje un puntito... es ahí cuando "veo" que no es él el que tira. Lo que creo es que cuando nos ponemos al lado del "makina" queremos ponernos a su altura y sin ser conscientes aumentamos el ritmo. Y las culpas para el pobre Julio, jajajaja

          Entre una cosa y otra el ritmo es alto. Cierto que ha habido veces en las que he venido más rápido por aquí pero nunca cuando me quedaban 100 kilómetros por delante. Durante la ascensión al Peso Oskar y yo somos más conservadores mientras el resto mantiene el ritmo constante. Cuando llegamos al cruce de Turtzios Julio se despide de nosotros animándonos a completar el plan previsto. ¡A ver cuando volvemos a coincidir con la flaca!

          La subida a La Escrita siempre se me hace larga. No por su dureza (aunque si aprietas...) sino por ... no sé. La ascendemos sin pena ni gloria y coronamos dejándonos caer hacia el espectacular Valle de Karrantza. Al fondo el paso que flanquea las Cuevas de Pozalagua, punto de nuestra próxima subida. En estos kilómetros que han pasado hasta ahora veo como Oskar y yo somos los más flojitos del grupo. Me sorprende como anda Fernan, aunque cuando pienso en la remontada que hizo en pedales... Ieltzu y su aita... fuertes, estos no me causan sorpresa. La climatología hasta ahora nos respeta pero a la vez nos amenaza. Creo que no nos libraremos del chaparrón hoy. 

          La distancia entre unos y otros en la bajada nos hacen apretar a los de atrás y esperar un poco a los de delante. Lo necesario para que al llegar al cruce que sube a Pozalagua tengamos el tiempo justo para avisar a Ángel que tire para arriba. Poco más de 5 kilómetros de puerto y sólo 4 de ascensión pura y dura, ¡pero que cuatro! Podéis mirar los detalles aquí. La subida tiene su miga y logicamente Ieltzu y Ángel van abriendo hueco por delante nuestro. Fernan al principio intenta seguirles pero poco a poco decae en su esfuerzo. Poco antes de llegar a la mitad de subida veo como me acerco a Fernan. Oskar viene detrás mío pero no se a que distancia. Alcanzo a Fernan que sorprendido me anima al grito de ¡ese Natxo! No se sí por aflojar yo un poco o por haber servido de estímulo a Fernan, el caso es que en muy poca distancia Fernan vuelve a sobrepasarme y ya no lo alcanzaré hasta arriba del todo. Por detrás Oskar, en la parte más dura de la subida tiene problemas de tracción y debe poner pie a tierra para evitar una caída. En lo alto con más detenimiento observa que ha llegado la hora de que sus cubiertas pasen a mejor vida. Los últimos 500 metros hasta la entrada de las Cuevas de Pozalagua son llanos e incluso en suave descenso, tal y como yo recordaba.

Mirador de Pozalagua
           La bajada por el mismo sitio para retomar nuestro itinerario se nos complica cuando empieza a llover ligeramente. Pronunciadas cuestas con suciedad en varias curvas hacen que extrememos las precauciones para no tener ningún percance en el descenso. La intensidad de la lluvia aumenta y nos obliga a detenernos para ponernos el txubas (alguno con buen criterio se lo había puesto arriba) 

         Cuando llegamos a la carretera principal que habíamos abandonado sólo nos queda dejarnos "caer" hasta Gibaja, menos de 10 km, donde nos detendremos para degustar un espectacular tentempié.           

Repostando

Homenaje
          La parte que nos toca pedalear ahora, entre Gibaja y Ampuero, me ha resultado siempre particularmente tediosa, hasta tal punto que en la planificación de mis rutas evito siempre que puedo este tramo. Todo esto cambió esta pasada Semana Santa cuando con Lopa y Lemos volvimos desde el Collado del Asón por La Gándara y bajamos a Ramales. la nueva variante que me enseñaron me encantó. Nueva variante para mí porque debe ser la habitualmente utilizada por el 100% de los cicloturistas de la zona. Se rueda fácil, fácil y rápido.  Al llegar a Udalla recuerdo un repecho muy cortito que me pareció durísimo el día que vinimos desde Asón. Aviso al resto de la cuestita pero es algo totalmente innecesario, debía ir muy justito el día aquel.

          Cuando dejamos el cruce que sube a la Aparecida a nuestra izquierda sabemos que ya estamos practicamente en Ampuero. Al pasar junto a la Iglesia observamos una gran multitud de gente "guapa", bodorrio a la vista. Comenzamos la ascensión a Hoyomenor cuyos detalles podéis ver aquí.

          7 kilómetros de ascensión muy moderada nos dejarán en la cima de este puerto. Comenzamos a un ritmo tranquilo. Enseguida Ieltzu y su aita se van por delante con Fernan a la zaga. Oskar y yo prudentes... más despacito. Fernan continúa con el txubas puesto y se está pegando un buen calentón hasta que decide parar a quitarselo. oskar por su parte ha hecho lo propio y su pedaleo es más fluido. No recuerdo cuando me he quitado yo el txubas pero tengo claro que no se debe comenzar a ascender un puerto con excesiva ropa. El arreón que pega Fernan para intentar enlazar con nosotros creo que le hace vaciarse en exceso y agarra tal melocotón  que no se recuperará en el resto de la subida. Le ofrecemos geles, barritas, agua, ... llevamos ya 85 km en nuestras patas y nos empiezan a pesar los kilómetros. Faltando uno para alcanzar la cima nos cruzamos con Ángel que baja en busca de los más rezagados. Ieltzu ha preferido quedarse arriba esperando. 

          Los mismos kilómetros ascendidos son los que disfrutaremos ahora bajando hacia el valle de Guriezo para, sin apenas tregua, empezar a subir el siguiente de la jornada, La Granja, ver detalles aquí. Otros 7 kilómetros de puerto aunque en esta ocasión y despues de haber subido el primero pedalearemos un segundo en moderado descenso para seguir con rampas en su mayor parte superiores al 6%. Parada técnica obligatoria para repostar agua al comienzo del puerto. Como me pasa siempre en todos los puertos y mientras me aguantan las fuerzas voy de menos a más. En esta ocasión y viendo lo jodido que va Fernan, Ieltzu se queda a su lado para apoyarle en lo que necesite. Oskar se queda también en este grupo, yo creo más por deseo de ir tranquilo que por necesidad. Vuelvo a cruzarme con Ángel que baja en busca de los rezagados mientras yo me exprimo un poco. Al fin y a la postre se trata de un test de cara a La Iñigo Cuesta, ¿no? ¡pues habrá que forzar un poquito!

          Aprovechamos los descensos de los puertos para alimentarnos y para recuperar nuestras maltrechas fuerzas. Otra vez 7 km para abajo que nos situarán en las cercanías de Santullán. No recuerdo muy bien debido a qué pero Oskar y yo nos detenemos en una rotonda a la espera del resto. No tardan nada en aparecer y continuamos nuestra ruta ascendiendo una pequeña cuestita junto a la cantera. 5 km son los que nos separan desde el final del descenso hasta el comienzo del siguiente puerto. La mañana está ya muy avanzada y nos van a dar las mil y monas, pero bueno, era más o menos lo previsto. 

          Cuando comenzamos la última ascensión de la jornada, Puerto de Las Muñecas, mis piernas me lanzan un aviso, amago de calambre. ¡Mierda! Pues no voy a poder exprimirme en este. Cambio el chip y pongo el modo ECO. Fernan por su parte se ha recuperado y avanza a buen ritmo junto con Ieltzu (siempre pendiente de los demás) y Oskar, que va piano piano pero muy dignamente. Ángel, el aita de Ieltzu, baja hasta mi altura y se pone a empujarme. Le comento que no estoy fundido, sólo regulando pero hace oídos sordos a mis explicaciones y me empuja una media docena de veces. Le comento que empuje a Fernan pero éste le dice que no, que no le empuje... ¡y a él le hace caso! Subir a un ritmo muy lento consigue que mis piernas puedan recuperarse un poco y el tramo final soy capaz de incrementar ligeramente el ritmo, ayudado también por la poca dureza de la pendiente en este punto.

           Antes de finalizar la ascensión nos adelanta un cicloturista a muy buen ritmo, le cogeremos poco después, ya iniciado el descenso, aprovechando que se detiene a repostar líquidos. Me alcanza a su vez en la parte final del descenso y me pregunta a ver donde lleva la carretera que estamos siguiendo. Le miro incrédulo. ¿de donde vienes?, le pregunto. Creo que me respondió que de Lekeitio. le indico cómo acercarse hacia su lugar de origen y vuelvo a enganchar a mis compis de salida, que como ya es habitual, me sacan un mundo cuando la carretera pica hacia abajo (sí, ya sé, hacia arriba también).

          Los 11 kilómetros que nos separan de la Playa de La Arena están salpicados de repechos varios. Tres en concreto en los que suelo apretar. Hoy, aunque voy fundido también lo hago, no en todos pero sí lo suficiente para saber que todavía "me queda" algo de fuerza en las patas. Hombre, no supero mis mejores tiempos pero tampoco me quedo tan lejos. Llegados ya a la playa se impone llenar los bidones de agua. Se escuchan las voces de vamos, vamos, ... al tiempo que emprenden la martxa de nuevo. El comienzo del bidegorri se me hace duro, durísimo. Mis compañeros de ruta deben esperarme continuamente. El parón me ha sentado fatal. Hasta que no llegamos al primer area de descanso no empiezo a encontrarme mejor. El sentir que me encuentro mejor  hace que me venga arriba y aumento el ritmo progresivamente sabiendo que faltan menos de 2 km de subida para llegar al alto. 

           Nos dejamos caer hasta casa. Ieltzu se despide el primero, su aita después y Fernan nos deja para llegar a nuestro destino cuando están a punto de dar las tres de la tarde. Ha sido un buen test. Un día duro de bizi. Otro vez más en que hemos disfrutado de una jornada de bizi bestial... ¡en todos los aspectos! Un día más...¡GOZATZEN!