domingo, 19 de octubre de 2014

PIRULI - PRESA DEL REGATO - PIRULI

          El pasado jueves aprovechando la inestimable compañía de Lopa efectué el reconocimiento del terreno de lo que va a ser la ruta de hoy. Dura. En mi opinión muy dura. Muchos tramos de trialeras muy técnicas acompañados de rampas imposibles no empañan el espectáculo visual del que fuimos testigos. Y como siempre que descubro una ruta que a mi me gusta la propongo para realizarla el domigo siguiente. Oskar y Jabi confirman rapidamente su asistencia. Iñaki es de los de última hora y efectivamente la noche del sábado confirma su asistencia. La hora inicialmente prevista de partida eran las 8.30 horas para no echar para atrás a nadie por madrugar. Como los cuatro que tomamos parte en la ruta preferimos comenzar la ruta antes para volver temprano... adelantamos la salida a las 8.00 horas de la mañana. A estas horas aún es de noche.
          Y noche cerrada que hace que encienda el piloto trasero. Cuando Oskar y yo nos acercamos a nuestro punto de encuentro vemos que Jabi llega por delante e Iñaki está metiendo aire al neumatico trasero. Parece que pinchó el último día con Oskar. Tres días después decide no arreglar y tirar para arriba. Son poco más de las 8.00 horas y comenzamos. Está oscuro.

El flash hace que parezca más oscuro de lo que en realidad estaba

Una vez en la pista más tranquilos
         Según vamos ganando altura el día poco a poco va levantando. Observamos con sorpresa que son muchos los coches aparcados a lo largo de todo el ascenso. Multitud de cazadores se intuyen ... por los vehículos y por el sonido de sus escopetas. ¿estaremos seguros? Iñaki nota consternado como va a tener que detenerse para reparar su rueda trasera. En esta ocasión el líquido antipinchazos no hace su función y la sustitución de la cámara es obligada. El alto lo hacemos cuando llegamos a la carretera asfaltada que sube desde el barrio baracaldés de Gorostiza. El sol empieza a calentarnos.
El día levanta poco a poco

Tres para arreglar un pinchazo. Observese los guantes de cirujano del profesional.

Jabi y Oskar por delante. A Iñaki le hago pasar para la instantánea
          Pasan unos 10 minutos de las 9.00 horas cuando alcanzamos el Pirulí. La divertidísima bajada hacia el cementerio logra que notemos cierta sensación de "frescor". El calor es insoportable y eso que es tempranísimo. Dejamos atrás el cementerio y por pista asfaltada continuamos nuestro camino. Este tramo de ruta entre el cementerio y Peñas Negras tiene un encanto especial. Diferentes retos para cada uno de nosotros. La rampa hacia la campa. El escalón del sendero. Las piedras del pinar. Las escaleras que nos llevan al Centro de Interpretación. Cuando llegamos a Peñas Negras dejamos el bar a nuestra derecha y emprendemos un rapidísimo descenso por pista hacia el pantano de Oiola. Pista en la que el grijo recién echado nos obliga a no despistarnos ni un instante si no queremos dar con nuestros huesos en el suelo en una de las numerosas curvas presentes en la bajada.

Algún día Jabi nos esperará a nosotros aquí

El escalón en el camino a Peñas Negras. ¿Llegaremos a subirlo alguna vez?

Oskar. Sobrado, sobradísimo. Toda la ruta en cabeza

Poco antes de llegar a Peñas Negras. Ni un alma a estas horas
          Llegamos a la pista que bordea el pantano y durante un trecho coincidiremos en nuestra ruta con el trazado de la Pedales. Todavía territorio conocido. Aquí pongo el GPS en marcha puesto que, aunque creo no tener dudas en la bajada hacia El Regato, siempre es mejor  constatar que seguimos el camino correcto. Curioso, el GPS no capta los satélites. Tengo que apagar y encender tres veces hasta que por fín, justo en el punto más bajo del recorrido, me muestra la ruta a seguir. 350 m. de desnivel en sólo 2 kilometros. Resultado: Una bajada vertiginosa, divertida, complicada. Tramos en los que bajamos desmontados, otros en los que nuestra integridad peligra. ¡Disfrutamos!

Esta vez es Oskar el que baja desmontado

Por aquí bajó Lopa el jueves. Hoy seco, más fácil
          Y es aquí, cuando vislumbramos el tejado de las casas del Regato, el momento en el que giramos a la derecha para tomar la "Senda de los Galdameses", itinerario que seguían los vecinos del valle de Galdames para acudir a trabajar a los Altos Hornos bordeando lo que siempre ha sido conocido como la Presa del Regato. Ruta preciosa, alternando tramos ciclables con otros no ciclables. Los no ciclables fundamentalmente por la inclinación de las cuestas, que en numerosas ocasiones hacen que tengamos que tomarnos un pequeño descansito.

Presa del Regato o embalse de Etxebarria

Incluso después de subir andando es necesario descansar

Duro, duro, duro....
          Así iremos avanzando poco a poco hasta que decidimos hacer un alto para alimentarnos. En estos instantes soy un mar de dudas. Quiero llegar hasta donde paramos Lopa y yo el otro día, pero el entorno es tan similar que me vuelvo loco y paramos 50 metros antes del lugar deseado.

          Cuando el otro día realizamos el recorrido, el track que seguimos era una ruta que me había currado yo en el mapa con la consiguiente posibilidad de error que esto conlleva. Había dos o tres alternativas para hacer la ruta y opté por una de ellas. En un momento después de almorzar y subiendo Lopa un cuestón impresionante (ninguno de los integrantes del grupo de hoy fuimos capaces de superarlo) me dí cuenta de que la ruta que quería seguir había quedado a la derecha. Después de semejante paliza "escalando" no iba a decirle a Lopa que debíamos volver, así que improvisamos y continuamos por una de las alternativas verificando con el mapa del GPS la viabilidad de la nueva ruta.
Por aquí todavía se puede

Siempre hay que intentarlo

Técnica, habilidad, fuerza, cabezonería,... pero sobre todo... ¡orgullo!

Descanso y refresco bien merecido ¡que calor!
     
          Al poco de reanudar la marcha después de nuestro almuerzo y con Oskar metiéndonos prisa como de costumbre, presto especial atención al GPS para tomar el desvío que el jueves me colé. Incomprensiblemente la pista que marqué en el mapa no coincide con la que observamos poco después a nuestra derecha. A pesar de ello me empeño en seguirla y tras sortear un gran árbol caído llegamos a un muro totalmente infranqueable. Poco a poco se nos echa el tiempo encima. No se puede andar dudando así que decido continuar por el camino del jueves pasado, siendo muy consciente de lo que nos espera.... ¡sufrir!

         Hasta el barrio de Castaños el camino es llevadero. A partir de aquí empieza el infierno. En 500 metros de recorrido salvamos 100 de desnivel. Como podéis imaginaros en esos 500 metros los realizados encima de la bici son menos que los realizados andando

A sufrir como todos

Fijaos en la sonrisa. ¡Véis cómo disfrutamos!

Pero cuando no se puede....¡no se puede!
          Superado lo más duro de la jornada enlazamos con la exigente subida que viene desde Peñas Blancas y que nos llevará al Tojo. Es tan duro lo que hemos dejado atrás que esta subida al Tojo se nos antoja fácil. Casi descansamos. Recuperamos el ritmo de respiración y enseguida Oskar lanza la piedra: Allí delante van tres, ¿les cogemos? Creo recordar que ninguno contestamos. Yo pensé para mi: " estoy yo para coger a nadie". Una vez llegamos al Tojo la pista, ahora de verdad, suaviza. Personalmente voy recuperando sensaciones poco a poco. Creo que a todos les ocurre lo mismo. Bueno, a todos menos a Oskar, que el tío va sobrado. ¿Por donde volvemos?, pregunta. Cuando lleguemos a Peñas Negras por donde queráis, le contesto. En mala hora. Ah, genial, pues volvemos por el Pirulí y por las trialeras de la Pedales. ¡Por preguntar! 

    El ritmo de pedaleo aumenta paulatinamente y sin pretenderlo cojemos a los tres que iban delantes nuestro. Al tiempo rebasamos tambien a otros tres parados reparando un pinchazo. En un pis pas nos hemos puesto en cabeza de carrera, ja ja ja ,.... El camino entre el Tojo y el cruce con la pista principal que sube hacia Ganeran siempre se me hace largo. Son un par de veces las que pienso que ya estamos en el cruce y no, todavía queda. Un descenso rápido que no recordaba es la antesala al último esfuerzo antes de alcanzar la pista de Ganeran. De aquí a Peñas Negras descenso bestial que realizamos con bastante precaución debido a la cantidad de mendigozales que a estas horas frecuentan la zona. En el Centro de Interpretación repostaremos líquidos y subsanaremos otra incidencia mecánica, a Jabi se le ha aflojado el sillín. No, la tija del sillín no, si no el propio sillín. Oskar acecha impaciente sin repostar, que tío... (se quedaría sin agua poco más adelante, je, je, je, ...)

Momento en que alcanzamos la pista de Ganeran

Jabi reparando bajo la atenta mirada de Iñaki. No parece muy convencido
          La familia de Jabi y varios de sus amigos han realizado el paseo desde La Arboleda con los críos. Iñaki e Iratxe son la avanzadilla pero cuando ascendemos hacia " el laberinto" nos cruzamos con el resto de la cuadrilla. Estoy convencido que nunca habrán visto tan de cerca una exhibición de potencia y habilidad como la nuestra, ;-) ..... Como decía antes, a Oskar le tenemos que agradecer este regalito. Yo, que siempre que regreso a Peñas Negras sé que sólo me queda por delante la cuesta de La Reineta, sufro. Sufro y a la vez disfruto. Disfruto enormemente al recorrer lo que tantas y tantas veces hemos transitado en sentido inverso. Dejando a un lado los escalones iniciales el resto es una auténtica delicia. Trialeras bajo los pinos, las piedras en descenso, las raíces en ascenso, ... ¡y el ESCALÓN! Me acerco completamente convencido de salvarlo a pié pero al ver la facilidad con la que Oskar lo sortea, le imito con buen resultado. No tiene tanta suerte Iñaki que viene detrás y acaba de pié junto a su bici caída en el suelo. ¡vaya estilo que tiene el tío! ni tocar el suelo. Jabi que llega después se ve obligado a parar para no tropezar con Iñaki. Nunca sabremos sus intenciones, ¿ quería intentarlo o quizás no?

          Las únicas veces que he subido al Pirulí desde el cementerio de La Arboleda han sido cuando hemos realizado la Pedales, la oficial o las realizadas con BTTEANDO. Por ello, los recuerdos, desde el punto de vista del esfuerzo,  no son buenos. En todos los casos con una fatiga importante a cuestas. En esta ocasión no me parece tan duro si bien, fiel a mi política conservadora, realizo la ascensión cerrando el grupo.

Iñaki en primer plano y al fondo se puede observar a Jabi y Oskar

Las casas que se ven a la derecha... Barrionuevo de Parcocha

No pierde nunca la sonrisa, un lujo
          Mas de tres horas y media de duro pedaleo nos hace dudar de si lavaremos hoy las bicis o quedarán para otro día. A pesar de ello realizamos íntegro el último tramo de la Pedales 2014. Tras la primera trialera Iñaki se despide, la hora aprieta y Jabi baja tranquilo. Confirmamos el recorrido previsto y le vemos alejarse mientras Oskar y yo esperamos. Tras salvar la segunda trialera, es impresionante como hemos progresado todos en los descensos, nos dejamos caer por terreno más favorable. Todavía tendremos tiempo de rebasar a un grupo de bikers en la pista que discurre por encima del picadero. Es curioso como nos sorprende aún hoy en día encontrarnos con dos chicas en bici, a ver cuando cambiamos esto. Al llegar al picadero decidimos no lavar las bicis y tiramos rectos para casa, evitando de esta manera la difícil trialera de Zaballa.

          Ya van unas cuantas rutas, todas con un ambiente estupendo, una camaradería contagiosa y una gente incríble. Muchas veces con pena de no ser más los participantes. pero siempre llegando a casa con la satisfacción y el convencimiento de haber vivido una aventura inolvidable. Un auténtico gustazo. ¡Que dure!
Los tres mosqueteros de la jornada de hoy. ¿que? también eran cuatro, ¿no?