domingo, 2 de junio de 2024

LA BIBE 2024 (TRANSBIZKAIA) LA MEDIA (Crónica de Natxo)

           Las expectativas para el primer fin de semana de junio (Lagos de Covadonga) a principios de año no son nada halagüeñas. Mi calendario laboral me recuerda que debo trabajar ese fin de semana. A pesar de ello intento llegar en la mejor forma posible a la Bilbao, el año pasado llegué muy justito. Siempre con la esperanza de poder cambiar el turno de guardia y tener la posibilidad de hacer junto a Oskitar la mítica marcha asturiana. 

          22 de marzo y gracias a uno de mis compis de curro se me abre la puerta de Lagos. ¡1 de junio conseguido! le whatsapeo a Oskar. Vete preparando subidas!!!!! No tarda nada en confirmarme aunque "llorando" y contemplando la posibilidad de hacer la corta. "¿ la corta en Lagos?, ¡pero si no sube Lagos! Yo como lo vea mal en la rotonda de Cangas pal coche, me suelta.

          Tras un par de días dándole vueltas le propongo hacer la media de la BIBE. Parecidos números. El año pasado cuando dudaba si ir a Lagos ya valoré la posibilidad de subir Urkiola como colofón final. El hecho de ir hasta Cangas para no subir me parecía un desperdicio de dinero, tiempo,... e ilusión si al final Oskitar no subía. Le propongo, valoramos las ventajas y desventajas y decidimos apuntarnos para la BIBE - MEDIO FONDO el 23 de marzo. Ambos apuntados antes del 1 de abril para aprovechar el descuento de la organización.

ENLACE AL TRACK

         A partir de aquí y en un estado de forma manifiestamente mejor que el año pasado a estas alturas de año me dedico a dar más caña aún a la flaka. Casi 1000 km de bizi en abril y un desnivel de casi 13000 m me hacen ser muy optimista de cara al domingo 2 de junio. Oskar mientras tanto no puede dedicar tanto tiempo a la bizi y se muestra francamente pesimista respecto a su participación en la martxa. 

          Nos presentamos en mayo, un mayo horrible climatológicamente hablando y además, para mas inri, en la salida de "NUESTRA PEDALES DE HIERRO" una mala pisada, un mal giro, un mal paso justo al salir del avituallamiento, me hace pegar un chasquido en la rodilla que no me gusta nada. A base de forzar la pierna izquierda consigo terminar la ruta, pero en salidas sucesivas cada vez que la pendiente pasa del 10% y aprieto el dolor de la rodilla no permite realizar el esfuerzo. El mal tiempo me viene fenómeno para "cuidar" la rodilla y las salidas se espacian en el tiempo. Mi estado de forma a finales de abril me hace estar confiado y doy más importancia a recuperar la rodilla que a aumentar la forma.

          Desde el 12 de marzo, el percance en la rodilla, hasta el 2 de junio, 21 días, sólo tres salidas con la flaka, una por semana, y dos con la ebike el finde siguiente a "Nuestra Pedales".  ¡Que sea lo que dios quiera!. Si no subo Urkiola no será porque no lo he intentado.

          El 26 de mayo y tras haberme comentado Oskar que quizás el Gipu se animase a apuntarse también, este crea un grupo de whatsapp y nos anuncia que iremos Oskar, él y yo en la Espace y Jon junto con un amigo suyo (Jon también) irán por su cuenta y nos veremos en Durango, lugar de la salida. Los pronósticos meteorológicos no presagian nada bueno y todos tenemos claro que la posibilidad de mojarnos es muy alta. 

          Media hora desde Trapaga mirando al cielo, nubarrones negros,... y llegamos a Durango donde en un lugar privilegiado nos preparamos para la salida. Dudas en la ropa de vestir, dudas en la ropa de después, la que nos subirán al Santuario,... pero sobre todo nervios, muchos nervios. Y yo pensaba que era el único al que le afectaba algo así. Oskitar buscando el bidón (igual que el mío) y al final lo había puesto ya en la bizi. Coche cerrado y ya para salir y otra vez Oskar... ¡la bomba! ¡hostia. la bomba! vuelta a abrir el coche porque la había dejado en la guantera de la puerta. En estas el Gipu también pegándose con algo, buscando algo,... no recuerdo qué. Creo que el móvil. Delante los morros. Alguna más ya tuvo que no recuerdo... y yo... hice toda la martxa con la carcasa del casco puesta (sin darme cuenta) y al final, ya de vuelta veo la puerta del pasillo de trasteros abierta, había olvidado cerrarla cuando nos fuimos por la mañana... ¡Muchos nervios!

          Gipu y Oskar acercan las bolsas de ropa para que nos las suban arriba, Oskar trajo una rosa muy bonita para que se diferenciara perfectamente de las naranjas facilitadas por la organización para tal efecto. Jajajajajajaja. Nos reunimos con los Jon y allí nos encontramos los 5 esperando el comienzo de la prueba con el cielo encapotado amenazando lluvia. 



          10 minutos pasan rápido y antes de darnos cuenta empezamos a dar pedales saliendo de Durango hacia nuestro primer puerto de la jornada, Kanpazar. Pedaleamos fácil. Con mil ojos en estas aglomeraciones iniciales. Vemos a algún conocido, Alberto de Labegane, Iñaki del curro,... y poco a poco vamos encontrando nuestro lugar en el pelotón. Oskar y yo salvo catástrofe iremos juntos. Los Jon al poco nos sobrepasan y hacen camino hacia adelante. Estos también harán la medio fondo. El Gipu juega en otra liga y a pesar de todas esas dudas que nos lleva transmitiendo esta semana se decide e irá a por la larga. Les vemos perderse entre los participantes. Nuestra estrategia es clara: Guardar, guardar y guardar para llegar al pié de Urkiola con fuerzas para subirlo.

          Pedaleamos en un entorno desconocido. Desconocido ciclísticamente hablando, claro. Desconozco los tramos entre puertos, desconozco los puertos. Somos conscientes de que el coco de la jornada es Urkiola pero Ixua... ojo con Ixua. Oskar y yo vamos pedaleando codo con codo. No deja de contarme historias disfrutadas por el en los alrededores. También muestra su repulsa, desagrado, malestar, rechazo al atentado ecológico que el tren de alta velocidad ha causado en un entorno único. 

          Cuando según mis cálculos aún faltan un par de km para coronar Kanpazar, lo hacemos ante la bronca de Oskar por engañarle con la altimetría. Ni idea Oskar. Tan desconcertado como tú. Algo más de 5 km de bajada por carretera ancha provocan, al menos un accidente que ya está siendo atendido cuando pasamos por el lugar. La gravedad es mi aliada en estas situaciones y solamente dejándome caer me pongo en cabeza de una larga fila de txirrindularis que se aprovechan de nuestro rebufo.




          En la rotonda que giramos a la izquierda hacia Eibar, justo detrás nuestro, el asfalto mojado y la excesiva velocidad provocan una segunda caída que solo llegamos a ver por el rabillo del ojo. Imaginamos que sin consecuencias graves. 

          Un tramo picando hacia abajo. Oskar y yo en cabeza del grupo. Oskar me para. Guarda Natxete, despacio. Dejamos que nos adelanten un par de participantes y dejamos que nos lleven. Nos encontramos en el km 25 de la martxa y en el 40 podremos reponer líquidos y hacer esa parada técnica tan necesaria para alguno que ha resultado estar sobrehidratado, eh Oskitar! Le propongo dar un relevo a los 2 que abren el grupo y se niega en redondo. No, no, no... gesticula con el brazo... y allí nos quedamos al resguardo del aire que tapan nuestros predecesores.

          Tras pasar Bergara y Plasencia de las Armas (mira que no haber oído hablar de este pueblo nunca) pedaleando por territorio giputxi llegamos al punto de avituallamiento de líquidos y vaciado de aguas menores. Parada más o menos rápida para continuar y enfrentarnos al otro coco del día. El tapado Ixua. Con los botellines repletos reanudamos el pedaleo y hacemos esa aproximación que tantas veces hemos visto en ETB retransmitiendo la Itzulia. 5 km con algun repecho que otro nos ponen a los pies de Ixua. Despacito y con buena letra. A por él.

          Es el Gipu el que me pasa la altimetría de Ixua que yo no soy capaza de encontrar. 3 km iniciales al 10% practicamente es cosa seria. Alrededor de 5 km de puerto en total. Mi prudencia subiendo se agiganta y veo como Oskar hace esfuerzos desesperados bajando su ritmo para no perderme de vista. En toda la ascensión le tengo a la vista. Ahí delante, a unos metros. Sólo cuando cogemos ya el desvío a la izquierda es cuando le pierdo de vista. 300 m después llego al alto de Ixua, Km 50 de la martxa. Ahí esta Oskitar esperándome. No deseo pararme. No estoy exhausto, voy regulando. Un participate nos advierte de la peligrosidad de los kms iniciales de la bajada. Antes el Gipu nos lo decía también. ¡Cuidado con la bajada de Ixua! Agradecemos el consejo y nos dejamos caer con mucha precaución.








          Mi desconocimiento de la ruta es tal que por primera vez pego en el tubo de la bizi el perefil del recorrido con los puntos de avituallamiento y asistencia mecanica. Así veo que en la bajada de Ixua, al final, está el primer punto de alimentos solidos. El siguiente unos 30 km más adelante. La única dificultad entre medio Milloi. Una tachuela de 3 km de subida que en ningún tramo supera el 6%  de pendiente. Le propongo a Oskar saltarnos la parada. Tenemos los bidones llenos. Se muestra conforme y seguimos disfrutando de nuestro placentero recorrido.

          ¡Que bonita es Bizkaia! No se cuantas veces lo dijo en voz alta. No quiero ni imaginarme las que lo pensó. No puedo estar más de acuerdo. Tenemos un paraiso al alcance de la mano. 10 kms de bajada nos dejan en la "muy noble y muy leal villa" de Markina. Pedaleamos en un grupo entre 20 y 30 txirrindus. Cuando hay un tramo de subida poco a poco la gravedad me coloca en mi lugar natural en el grupo. Ese lugar en el que te giras para mirar para atrás y ves, constatas que no hay nadie detrás tuyo. Sin embargo cuando la carretera se inclina para abajo la gravedad es mi aliada y recupero el terreno perdido. Unas 2 o 3 veces repetimos la historia... Conviene no quedarse aislado en estos andurriales y cuando la carretera pica para arriba aprieto un poco más de lo deseado. Oskar, mientras, bebe, se alimenta, toma potingues,... 




          Superamos Milloi sin soltarme completamente del grupo. 6 km de descenso son tiempo suficiente para volver a encabezar el grupo. 10 km para el avituallamiento y Oskar me comenta que anda justo de agua. No te preocupes, tengo de sobra, le contesto. No se si le preocupa más la falta de agua o la necesidad de vaciar la vejiga...

          Munitibar nos da la bienvenida con un avituallamiento bastante pobre. Aquí nos encontramos con los Jon, Fernandez e Iriberri, al parecer Jon Iriberri no está pasando por su mejor momento y está sufriendo más de la cuenta. Eso es lo que le cuenta a Oskar cuando nos encontramos con él en el avituallamiento. Nos saludamos, cambiamos impresiones y les animamos a seguir. Al final nosotros acabamos de aterrizar


          Una vez satisfechas nuestras necesidades reanudamos nuestro pedaleo. Toca el Balcón de Bizkaia. En 2018 con Gipu y Rafa y como preludio de Oiz ascendimos por esta misma vertiente en una ruta que iniciamos en Larrabetzu. No tengo ningun recuerdo de él. Al lado de Oiz es insignificante pero por ello mismo la precaución con la que empiezo su ascenso es máxima. 

          Alguna rampa al 13% en el primer km otra al 10% en el tercero son las únicas dificultades reseñables en un puerto que no llega a los 5 km y su pendiente media no supera el 5,5%. Oskar, como en todas los puertos excepto en Kanpazar rueda unos metros por delante mío, poco. Podemos charlar tranquilamente. Soy consciente de que es la última dificultad antes de Urkiola así que...

          Al llegar arriba del balcón las vistas hacen honor a su nombre aunque yo no puedo dejar de recordar al escritor trapagarandarra Luis de Castresana que en contraposición a éste decía que La Reineta, las vistas desde la estación del funicular, ese era el auténtico balcón de  Bizkaia. Será por balcones en Bizkaia...

          Echamos de menos voluntarios en los cruces señalizándolos. Hoy mismo me he enterado que algún participante se equivocó de recorrido y se calzó casi 15 km de más. Justo después de dudar en un cruce  allá al fondo entre Balcón de Bizkaia y Montecalvo Oskar me señala una casa de agroturismo que le trae gratos recuerdos, Astegi. Una vez rebasada empezamos a descender el puerto de Montecalvo. A este casi se llega en descenso. 








          Una larga bajada por buen asfalto nos dejan en 4 km en el cruce a Bakixa, donde Aitor Atxurra nos agasajó en aquella ocasión que vinimos a preparar una vuelta a Anboto. Cuando pasamos por encima de la autopista Oskar me señala a lo lejos... Jon Iribarren! Jon Fernández un poco más adelantado. Les alcanzamos en el polígono industrial Arriandi, en la primera rotonda. Al final de esta recta se encuentra el último avituallamiento de líquidos. Km 110 aproximadamente. Jon Fernández nos comenta a ver si le podemos coger la bolsa con la ropa que ha preparado para que le suban al Santuario. No subirá, acompañará a Jon Iriberri en su paseo hasta el polideportivo.

         Última parada para nosotros. Casi ni me hace falta rellenar el bote. Oskar, servicio completo agua y vejiga... ni se las veces que pudo mear a lo largo del día...

          Aproximación al inicio del puerto. Fea, muy fea la carretera. Menos mal que dura poco. Apenas 3 km. Ya hemos comentado que el objetivo de llegar juntos al inicio de la subida a Urkiola está cumplido. Ahora Oskar, no mires para atrás. Tira para arriba y disfruta. Mañaria nos señala el inminente comienzo. No hay escapatoria. Una hora he calculado que puedo tardar en subir. Exagerando sí, pero me conozco y haré todo lo posible por llegar arriba. Eso implica un ritmo muy, muy despacio.

          La climatología que tan mal pronostico nos auguraba nos ha dado una tregua durante todo el día de tal forma que incluso hemos tenido sol y hemos pasado calor en diferentes momentos del día. Ahora en cambio pinta mal. A estas alturas de la peli ya no importa. Toca sufrir. Oskar se pierde en la distancia y comienza mi agonía.






          Imposible ponerme de pié para descansar. Mi rodilla derecha no me lo permite. Veo el cartel indicador que ha puesto la dipu a modo informativo, copiando los puertos del Tour de Francia. Pendiente media del primer km 8,9%. Sufro, pedaleo despacio. Más despacio no puedo pedalear. No veo a Oskar, parece que disfruta. Segundo km al 9,5%, tercer km al 8,5%, cuarto km al 10%, quinto al 9,9%!!!!! la agonia no acaba. Me está resultando tan duro que ni me doy cuenta cuando paso por Txakurzulo y su rampa del 15% Hace ya un buen rato me ha rebasado el coche que abre la martxa gran fondo, la larga. Con Rubén al frente dando ánimos a todos los que como yo penamos camino al Santuario. ¿Que será del Gipu? Tengo la esperanza de verla antes de las duchas.

          Allí al fondo veo el cruce al Santuario. Los ánimos de los aficionados durante toda la subida son oro puro. Su aliento empuja casi tanto como mis maltrechas piernas. Los agradecimientos no serían suficientes. Hago el giro a la izquierda y mi pierna izquierda dice basta. No puedo parar, me queda tan poco... Tiro de pierna derecha aun a costa de cascar, de petar. Mi pedaleo se ralentiza aun más aunque pueda parecer imposible... Ya llego. Paso la linea de llegada. ¡Lo he hecho! Pensaba que no lo lograría.




          Veo a Oskar. No cabe en sí de gozo. Tiene un subidón brutal. Está eufórico. Con una cerveza en la mano su cara de satisfacción es la misma que cuando sale de San Mames tras una victoria zurigorri. ¡Que digo! Más aún. No recuerdo haberle visto nunca tan contento. Saludo a Ainara, fisio de Trapaga a la que no tenía el gusto de conocer. 



          Oskar ya ha recogido la bolsa de Jon y la suya. Descansamos, nos refrescamos, recojo mi bolsa y nos preparamos para bajar a Durango. Le recuerdo a Oskar que ponga en marcha el Garmin y olvido hacerlo yo. Casi 2 km menos de bajada...

          Durante la bajada Oskar se va distanciando. Creo ver a Alberto García (Oskar me confirmaría después que era él). Toda la bajada escrutando para ver a Gipu y nada y justo al final, en la primera rampa de subida de  Urkiola allí está. En un grupo de unas 15 personas. Me ve. Me saluda... El Gipu. Tengo dudas de si Oskar le habrá visto. Casi casi habrá cuadrado en la rotonda...

          Luego, más tarde Gipu nos contaría que había subido mal Urkiola. Que no iba. Que si no pasaba de 200 w, que si no se qué... Vamos. Que no le había dejado satisfecho cómo había subido.

         Veo a Oskar parado a la derecha esperándome. Reanuda la marcha al llegar a su altura y nos metemos en el centro de Durango para ir al Poli, donde tenemos el coche. Un giro a la izquierda donde no debíamos hacerlo es motivo para recibir una bien merecida reprimenda por parte de la munipa de Durango. Llegamos al poli sin más incidencias y hacemos turnos para la ducha. Cambiamos el coche de sitio para poder guardar las bizis y mientras me voy a la ducha, Oskar va a recibir su bien merecido masaje. Horas antes Jon Fernández había estrenado el servicio de fisios. 

          Cuando salgo de la ducha voy a guardar turno para mi sesión. Oskar continúa allí, le están dando una buena paliza... Cuando llega mi turno voy dispuesto a recibir parecida paliza a la de Oskar pero a mi me resulta bastante más agradable. Después de casi una hora de tratamiento y cuando me estoy vistiendo se me acalambra la pierna derecha, el vasto interno. ¡Joder! ¡ Me habéis dejado peor de lo que he venido! suelto entre risas... Venga, túmbate anda. A ver si podemos arreglarlo...

          15 minutos después y muerto de vergüenza por el tiempo que me han dedicado abandono el poli tras agradecer los servicios prestados para reunirme con estos. El Gipu, que ha llegado al masaje después de haber empezado yo el mío ha terminado y ,e llamaba por teléfono para ver donde andaba. Entra más tarde que yo y sale antes. No necesita tratamiento. Está sobrado.

          Unas cervezas y unos pintxos después para subsanar la comida no ofrecida por la organización ponen punto y seguido a otro día más espectacular de BIZI. Con una compañía inmejorable no se puede pasar mejor. ¿repetiremos?

Nota: Mis agradecimientos más sinceros a Pedro por colaborar a ilustrar esta crónica.