Una fría mañana de invierno nos juntamos a los pies del Anboto con la idea de pasar un rato agradable. Lo que no pensaba yo era que se me iba a hacer tan largo (el día). Con la única anecdota de la rotura de tija de David (de su bici). Afortunadamente le ocurrió en carretera, yendo muy despacio.
La jornada comienza en el barrio de Mendiola, a los piés del Santuario de Urkiola. Tras una muy corta aproximación iniciamos el ascenso al Santuario por una pista que discurre junto al puerto de Urkiola. Cerca del final y ante la dureza de la ascensión existe la alternativa de la carretera para los menos fuertes.
 |
Ansiosos por comenzar. Da arriba a abajo y de izquierda a derecha:
Dani, Jon Z., Xabi, Jon M., Borja, David, Isma, Ángel, Iñigo, Ibon y Natxo |
 |
| Tras una dura ascensión alcanzamos los aledaños del Santuario |
 |
| La primera parada ante el final del puerto y las vistas... ¡es obligada! |
 |
| Vamos, ¡¡¡¡¡que es para hoy!!!!! |
Después de esta parada rodaremos bastante tranquilos disfrutando de una mañana ideal para la práctica del BTT hasta la sigueinte parada técnica.
 |
| En esta parada sí hay que repostar. LLevamos ya unas horas de recorrido |
 |
| Pues parece que aquí pega menos el aire, ¿verdad? |
 |
| El paisaje impone. El recorrido también. |
LLega el momento del disfrute, sendas tortuosas, suave descenso, hayedal, ... Los más osados nos dejan atrás. David fuerza demasiado la máquina. ¿Se da cuenta de que lleva una bizi con más de 25 años a sus espaldas?
 |
| Vaya manera de bajar, claro que ... ¡ con esa bizi... cualquiera! jajajajajaja |
 |
| El trazado corta el hipo. El hayedal impresiona. Descenso mullido por el colchón de hojas secas |
 |
| Hay que cuidar la trazada y escoger cuidadosamente la rueda buena |
 |
| Disfrutamos....¡¡¡¡como locos!!!!! |
 |
| En varios tramos es necesario poner pieatierra |
 |
| LLegamos a la mitad del recorrido. Al fondo... ¡Udalaitz! |
 |
| Monumento al montañero. Estamos en Besaide |
Sin apenas darnos cuenta se acaba el recorrido. La última parte por asfalto. David, ante la rotura de su montura, nos espera. Menos mal que el percance ha ocurrido al final del recorrido.
